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¿Vino Jesús a Traer Paz—o Agitación?

Muchos extremistas religiosos, militantes y violentos han provocado preocupación legítima concerniente a la seguridad de América. En Palestina, la misma tierra donde Jesús caminó, la gente se mata entre sí en una guerra motivada por la religión. ¿Autorizan o animan las enseñanzas de Cristo tal comportamiento? En Juan 14:27, Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Algunos han reclamado que la promesa de Jesús de paz en ese versículo contradice Su mensaje en Mateo 10:34: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada”. ¿Vino Jesús a la Tierra para traer paz—o agitación?

Basados en la evidencia escritural, es irrefutable que Jesús quiere que Sus seguidores tengan paz. Las palabras “Cristo” y “Paz” se encuentran juntas en versículos individuales no menos de 24 veces en la Biblia. Considere Filipenses 1:2: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. 2 Corintios 1:2 dice: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Pablo instó a los tesalonicenses, “Tened paz entre vosotros” (1 Tesalonicenses 5:13). El mensaje de Cristo es llamado el “evangelio de la paz” (Efesios 6:15), y Filipenses 4:7 dice que la paz de Dios “sobrepasa todo entendimiento” y que la paz guardará los corazones y mentes de los cristianos. Jesús, Quien es llamado Príncipe de Paz en Isaías 9:6, definitivamente vino a traer paz.

¿Pudiera darse el caso que Jesús también viniera a traer agitación? Sí. En el contexto de Mateo 10:34, Jesús estuvo explicando a Sus discípulos que el Evangelio, en algunos casos, causaría división. Un hijo creería en Jesús, pero su padre pudiera no creer. Una madre creería, pero su hija pudiera rechazar incluso oír el Evangelio. En Mateo 10:37,38, Jesús presentó una verdad dura: “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”. Richard Lenski profundizó acerca de las implicaciones de la “agitación” traída por Cristo:

La idea es esta: si Cristo no hubiera venido, la tierra hubiera continuado tranquila en su pecado y en su culpa hasta el día de su condena. Ahora, Cristo vino para quitar el pecado y la culpa. Inmediatamente resultó una guerra, ya que en su perversión los hombres se aferraron a su pecado, pelearon en contra de Cristo y el evangelio, y por ende produjeron dos campos hostiles. Cristo previó este efecto y deseó que ocurriera. Él declaró enfáticamente que Él vino a traer espada sobre la tierra. Es mejor la guerra y la división, la cual salva a muchos como sea posible, que permitir que todos perezcan en su pecado (1943, p. 415).

Muchos reaccionan con hostilidad hacia el Evangelio. Esto no es porque la enseñanza de Cristo promueva la hostilidad (vea Mateo 5:44; 7:12; Juan 13:14; 13:35), sino porque las enseñanzas de Jesús son muy controversiales. En Mateo 10:34, Jesús no pretendió sugerir que Su propósito era traer hostilidad o agitación, sino que la hostilidad, en algunos casos, sería un efecto de Su enseñanza (Barnes, 1949, p. 115). Siempre se dará el caso que algunas personas responderán negativamente a las enseñanzas de Cristo, ya que algunos siempre preferirán la oscuridad espiritual que la luz de Jesús (Juan 3:19). Cristo, Quien vino a la Tierra para traer tanto paz y agitación, nunca se contradijo.

REFERENCIAS

Barnes, Albert (1949), Notes on the New Testament: Matthew and Mark (Grand Rapids, MI: Baker).

Lenksi, Richard C. H. (1943), The Interpretation of St. Matthew’s Gospel (Minneapolis, MN: Augsburg).


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