Una Razón de Cuatro Millones de Dólares para la Existencia de Dios
Una maravillosa pieza tecnológica que pesa diez libras, que cuesta cuatro millones de dólares y que está conectada a los hombros de Claudia Mitchell la transforma en la primera mujer “biónica” en el mundo. Después de perder su brazo izquierdo, Mitchell recibió un miembro prostético diseñado especialmente para funcionar usando impulsos nerviosos de su cuerpo (Davis, 2006).
El 14 de septiembre de 2006, Mitchell reveló el nuevo brazo en una conferencia noticiera en Washington, D.C. El doctor de Mitchell, Todd Kuiken, jefe de ingeniería neural en el Instituto de Rehabilitación de Chicago, ha realizado cosas impresionantes para hacer realidad la creación de este brazo biónico futurista. Kuiken y su equipo pudieron trasladar nervios en el pecho de Mitchell, desconectar esos miembros de los músculos reales y conectarlos a los sensores del brazo biónico; y ahora “seis músculos en el pecho de Mitchell mueven seis motores en el brazo biónico” (2006).
La tecnología biónica nueva como el brazo conectado a Mitchell está llevando a la protésica a nuevos niveles. Con el nuevo brazo de Mitchell ella puede realizar tareas diarias como “doblar un par de pantalones sin tener que extenderlos primero en una superficie plana”, y puede “abrir una lata de espaguetis y levantarla en un ángulo inclinado y usar una cuchara para vaciarla” (2006). Sin embargo, aunque ella puede lograr todas estas cosas con esta máquina avanzada, Kuiken todavía califica al brazo como “torpe”, denotando que la tecnología necesita más precisión y sensibilidad (2006).
Cuando consideramos el enunciado de Kuiken concerniente al brazo biónico “torpe”, no se puede evitar considerar que ese brazo es torpe en comparación al brazo humano real. Pero tal idea conlleva una implicación profunda. Si los seres humanos han empleado millones de dólares y miles de horas, usando la tecnología avanzada disponible, para producir un miembro prostético “torpe” que funcione, entonces el brazo humano que funciona mejor que el biónico debe haber sido diseñado y creado por una inteligencia superior que la poseída por los ingenieros del miembro biónico. El observador honesto no puede refutar tal conclusión. El brazo biónico “torpe” de cuatro millones de dólares es otro recordatorio de que existe un Diseñador Inteligente, y que el cuerpo humano diseñado por Él es formidable y maravilloso (Salmos 139:14).
REFERENCIAS
Davis, Robert (2006), “Meet the $4 Million Woman,” USA Today, September 14, [En-línea], URL: http://news.yahoo.com/s/usatoday/20060914/tc_usatoday/ meetthe4millionwoman.
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