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Un Personal “Bondadoso” y “Compasivo” que Asesina a Niños

Ya que el aborto ha sido legal en los Estados Unidos por más de 30 años, a menudo nos mostramos indiferentes e insensibles delante de la naturaleza atroz de esta práctica. En otros artículos en nuestro sitio Web y en nuestras revistas, hemos abordado el carácter pecaminoso de esta acción bárbara (vea Miller, 2003). Este artículo breve que está leyendo tiene como propósito traer a nuestra memoria la atrocidad moral que plaga nuestra sociedad, para que así no olvidemos usar las acciones moralmente aceptables para parar esta práctica perversa.

En Montgomery, Alabama, la capital del estado y mi residencia por los pasados cinco años, las páginas amarillas ofrecen a lo menos 7 clínicas en las cuales se puede realizar un aborto. Una de esas clínicas es el Centro de Mujeres de Beacon, una división del Centro Médico Summit. En su sitio oficial en la Web, ellos se jactan que tienen un personal “bondadoso y compasivo” que entiende las “necesidades únicas de cada paciente”, y que ofrece una “experiencia cómoda, servicial y positiva” (“About Summit Medical”, 2004).

En el sitio del Centro de Mujeres de Beacon, se provee un enlace para ayudar a la mujer joven a entender los procedimientos de aborto que se ofrecen. Uno de esos procesos se lista como un aborto quirúrgico. La descripción del procedimiento dice: “Un aborto quirúrgico o una aspiración por vacío, es cuando un doctor, u otro clínico, remueve un embarazo del útero. El doctor anestesia el cuello del útero con un anestésico local…luego remueve el embarazo por succión. Usualmente toma menos de 5 minutos cuando se tiene poco tiempo de embarazo” (“Abortion: Which…”, s.d.). Entonces, básicamente se inserta una aspiradora en el útero y el niño no-nacido es succionado en una bolsa de aspiradora médica y es desechado como si fuera polvo del suelo de la clínica—y todo esto es hecho por un personal “bondadoso” y “compasivo”.

El sitio de Summit también ofrece varios testimonios de mujeres que han experimentado procedimientos en la clínica. Una mujer de Montgomery dijo: “Mi primera impresión fue que yo estaba segura y que todo estaba en orden. El personal médico me hizo sentir cómoda y fueron muy amigables”. Otra mujer de Bridgeport, Connecticut mencionó: “Me sentí cómoda y ayudada en todo”. Una paciente de Detroit, Michigan declaró: “Todos fueron muy buenos y atentos. Ya que yo no tenía a nadie a lado mío, ustedes fueron mis ángeles de la guarda” (“Patient Testimonials”, 2004, énfasis añadido). Note la idea fundamental que corre a través de cada uno de estos testimonios: Me sentí cómoda, el personal fue bueno conmigo, me sentí segura, me protegieron. ¿Dónde está la compasión para el niño no-nacido? Mientras que el personal “bondadoso” estaba succionando a los bebés de la matrices de sus madres, ¿qué enfermera o doctor era el “ángel de la guarda” de los bebés? ¿Dónde estaba la ayuda y comodidad que estos bebés inocentes merecían como seres humanos? ¿Quién era el responsable de hacer la experiencia del bebé no-nacido una “cómoda, servicial y positiva”?

Es vergonzoso para la ciudad de Montgomery, y para nuestra sociedad en general, que la gente que ayuda y asiste en la matanza de niños no-nacidos sea calificada como “bondadosa y compasiva”. También es un testimonio adicional de la desensibilización de esta nación cuando las madres que permiten que sus hijos sean succionados de su matriz alaban a los homicidas que hicieron el procedimiento ya que las madres se sintieron seguras, cómodas y protegidas, sin importarles en absoluto la vida de sus hijos.

Estamos matando más de un millón de bebés cada año en este país, succionándolos de la matriz en un procedimiento que haría que muchas de las cosas que los nazis hicieron a los judíos parezcan “bondadosas y compasivas”. Sin embargo, clamamos ser gente que quiere libertad y justicia para todos. ¿Cuándo veremos la verdad que las manos de esta nación están manchadas con la sangre de niños inocentes? ¿Cuándo nos despertaremos y nos observaremos atentamente en el espejo para ver que estamos matando a más de los nuestros que los terroristas, el SIDA, la guerra o las drogas? Debemos reconocer que el aborto es un homicidio brutal y bárbaro, y que aquellos que lo practican, o que asisten en su práctica, son homicidas que están directamente bajo la condenación de Dios (1 Corintios 6:9-11). Debemos abrir nuestros oídos para escuchar el grito de los niños muertos, quienes con seguridad repiten los sentimientos de aquellos mártires en Apocalipsis: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (6:10). Abramos nuestros oídos nacionales para oír la advertencia que Jesús hizo: “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:5).

REFERENCIAS

“Abortion: Which Method Is Right For Me?” (sine data), [En-línea], URL: http://www.pregnancyoptions.info/whichmethod.htm.

“About Summit Medical Centers” (2004), [En-línea], URL: http://www.summitcenters.com/aboutus.htm.

Miller, Dave (2003), “El Aborto y la Biblia” [En-línea], URL: https://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/664.

“Patient Testimonials” (2004), [En-línea], URL: http://www.summitcenters.com/testimonials.htm.


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