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Sobras…¡Otra Vez!

A los evolucionistas les gustan las sobras. Es decir, aman su supuesta prueba para la evolución que sugiere que muchos organismos vivos poseen sobras inservibles producto de la evolución. Por más de un siglo, los evolucionistas han usado estos restos, conocidos como órganos vestigiales. Tristemente, aunque la ciencia ha demostrado repetidamente durante las décadas pasadas que las supuestas partes “inservibles” del cuerpo realmente tienen funciones importantes (vea Bergman y Howe, 1990), los evolucionistas continúan utilizando este argumento.

Recientemente, la evolucionista Laura Spinney intervino para perpetuar esta teoría destrozada. Ella escribió un artículo para la revista New Scientist, titulado, “Cinco Cosas que los Humanos ya No Necesitan” (2008). En la lista estaban las muelas del juicio, la “piel de gallina”, el cóccix, el órgano vomeronasal (una parte de la nariz) y el punto de Darwin (una “malformación menor” en la oreja). Sin embargo, desde el comienzo Spinney parloteó acerca de su lista pro-evolutiva de órganos y funciones que los humanos “ya no necesitan”. Ella indicó que estos son los “cinco órganos y funciones que son más probablemente vestigiales” (énfasis añadido). Ella escribió que estos son “más o menos inservibles” (énfasis añadido). Así que, ¿qué son? ¿Son totalmente inservibles y “ya no se los necesita”, o son solamente los “más probables” o “más o menos” inservibles?

Los evolucionistas, especialmente los que editan libros evolucionistas, deberían alarmarse que Spinney admitiera en el párrafo introductorio de su artículo que “[p]robablemente el ejemplo más famoso” (énfasis añadido) de órgano vestigial, el apéndice, puede no ser vestigial en absoluto. Aunque los libros de texto científico, tales como el libro de texto de secundaria de Glencoe/McGraw-Hill, han declarado repetidamente que “[e]l apéndice humano es una estructura vestigial” (Ciencia…, p. 360, énfasis añadido), la revista New Scientist ha reconocido que “ahora es una pregunta abierta si el apéndice es realmente vestigial” (Spinney, 2008). Así que el supuesto órgano humano vestigial que los libros de texto han resaltado más que ningún otro supuesto resto de la evolución puede incluso no ser vestigial. De hecho, no lo es, sino es “una parte muy funcional de los sistemas inmunológicos y endocrinos” (vea Bergman y Howe, 1990, pp. 40-47).

Lo más desconcertante fue la contradicción obvia de Spinney en cuanto al cóccix humano. Aunque lo incluyó en su lista de “Cinco Cosas que los Humanos ya No Necesitan”, admitió que realmente funciona “como un punto de anclaje para los músculos que sostienen al ano en su lugar”. El hecho que el cóccix humano que se admite que es funcional esté en la lista de “los cinco órganos y funciones que más probablemente son vestigales” demuestra completamente la debilidad de tal sostenimiento para la teoría de la evolución. Además, si Spinney realmente cree que los “humanos ya no necesitan” el cóccix, sería interesante ver si ella permitiría que se le removiera el cóccix—solo para ver si los humanos realmente necesitan su hueso impar.

En cuanto a otros supuestos órganos vestigiales, la ciencia ha demostrado que (1) no son vestigiales, (2) se ha calificado mal a algunos (e.g., el punto de Darwin es simplemente un “defecto congénito inofensivo que es el resultado de una malformación en la cual las orejas se doblan durante el desarrollo temprano”, apareciendo en el 10% de humanos; DeWitt, 2008), o (3) simplemente se pueden desconocer sus funciones (después de todo, ahora se sabe que muchas supuestas docenas de “restos inservibles de la evolución” son órganos muy útiles del cuerpo humano (e.g., páncreas, bazos, glándulas pituitarias, etc.) [NOTA: Para una respuesta más detallada sobre los supuestos órganos vestigiales de Spinney, vea DeWitt, 2008].

Así como sucede con los argumentos de los evolucionistas en cuanto a la homología, los evolucionistas ven lo que quieren ver en cuanto a los supuestos restos de la evolución. El hecho es que, incluso si hubiera órganos en el cuerpo humano que no tuvieran una función o que fueran menos útiles de lo que antes se pensaba, esto todavía no probaría que los humanos evolucionaron de criaturas parecidas a simios o que esas supuestas criaturas evolucionaron millones de años atrás de los reptiles. De hecho, se podría argumentar lo opuesto de la enseñanza de la Teoría General de la Evolución de lo “simple a lo complejo”, ya que el argumento de los órganos vestigales hace que la vida antigua sea más compleja que la vida moderna. Además, los creacionistas fácilmente pueden argumentar que, desde que el pecado entró al mundo (Génesis 3), el mundo físico y todo en él se ha deteriorado a su estado presente. En realidad, el argumento de los órganos vestigiales es nada más que una propaganda basada en suposiciones improbables.

 

REFERENCIAS

Bergman, Jerry y George Howe (1990), “Órganos Vestigiales” Son Completamente Funcionales [Vestigial Organs” Are Fully Functional] (Kansas City, MO: Creation Research Society Books).

DeWitt, David (2008), “Poniendo el Registro en Orden en Cuanto a los Órganos Vestigiales” [“Setting the Record Straight on Vestigial Organs”], 28 de mayo, [En-línea], URL: http://www.answersingenesis.org/articles/am/v3/n2/setting-record- straight-vestigial#fnMark_1_1_1.

Ciencia: Nivel Azul [Science:Level Blue] (2003), (Columbus, OH: Glencoe/McGraw Hill).

Spinney, Laura (2008), “Cinco Cosas que los Humanos ya No Necesitan” [“Five Things Humans No Longer Need”] New Scientist, 19 de mayo, [En-línea], URL: http://www.newscientist.com/article/dn13927-five-things-humans-no- longer-need.html.


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