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Si es Solo un Buen Libro, Entonces No es el Libro de Dios

Hace un tiempo atrás, leí un artículo escrito por un profesor universitario que declaró que “lo mejor que le pudiera haber pasado al Nuevo Testamento ya le ha pasado…. Al menos, dentro de la Universidad, la Biblia ha llegado a ser simplemente otro ‘gran libro’”. Hoy muchos en el mundo consideran que la Biblia es un “buen libro” que contiene enseñanzas morales escritas por hombres nobles, pero rechazan la idea que la Biblia “es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Hoy muchos profesores en las universidades enseñan que la Biblia es simplemente un “buen libro” que no tiene más inspiración que la Odisea de Homero o los Cuentos de Canterbury de Chaucer. Simplemente es el resultado del genio natural que es característica de hombres de habilidad inusual. ¿Qué se puede decir en cuanto a estas declaraciones?

El sentido común obliga a la persona honesta a rechazar estas nociones ilógicas. Si la Biblia es simplemente otro “buen libro” y no es inspirada por Dios, esto transforma a los escritores bíblicos en mentirosos o lunáticos que reclamaron que el Espíritu Santo fue la fuente fundamental de sus documentos. La persona honesta ciertamente admitirá que la Biblia—un libro que ha sido estudiado y examinado más que otro libro en el mundo—definitivamente no es producto de hombres dementes. Su unidad, profecía cumplida, exactitud histórica y conocimiento científico previo testifican de una fuente inteligente. Por ende, la Biblia fue escrita por hombres honestos o deshonestos. Lógicamente, no existe otra elección.

Moisés mintió o fue veraz cuando registró: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:1-3, énfasis añadido). Moisés reclamó esta inspiración literalmente cientos de veces. ¿Fue un mentiroso o dijo la verdad? En el Nuevo Testamento, leemos que Pedro escribió que “nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21, énfasis añadido). ¿Dijo Pedro la verdad o estuvo mintiendo? Se puede hacer esta pregunta de todos los escritores de la Biblia que reclamaron inspiración (¡más de 3,000 veces!).

Decir que la Biblia es simplemente un “gran libro” escrito por “hombres buenos” transforma a los escritores bíblicos en mentirosos que repetidamente reclamaron que Dios fue la fuente básica de sus documentos (cf. 2 Samuel 23:2 y Hechos 1:16). Por ende, la Biblia es el producto de Dios o el producto de mentirosos. No existe otra opción. Si estos hombres fueron mentirosos, ellos pronunciaron insensatamente su propia destrucción, ya que afirmaron que mentir era equivocado y que todos los mentirosos serían arrojados al infierno (cf. Éxodo 20:16, Colosenses 3:9 y Apocalipsis 21:8). Además, si estos hombres fueron mentirosos, no se puede explicar el misterio de por qué el hombre moderno, con todo su aprendizaje acumulado, no ha podido producir un libro comparable que tenga la habilidad de hacer a la Biblia obsoleta.

En el tiempo antiguo, el profeta Elías preguntó, “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” (1 Reyes 18:21). La Biblia es el producto de mentirosos no-inspirados que pronunciaron su propia destrucción o es el producto del Dios Todopoderoso. ¿Qué explicación acepta?


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