¿Reemplaza el Bautismo a la Circuncisión?
Una razón por la cual algunos grupos religiosos bautizan a bebés en vez de a creyentes es porque creen que el bautismo es en el Nuevo Testamento lo que la circuncisión fue en el Antiguo Testamento. Supuestamente, ya que “aquellos que nacían en familias judías podían ser circuncidados en previsión de la fe judía en la que serían educados…en el Nuevo Testamento, aquellos que nacen en familias cristianas pueden ser bautizados en previsión de la fe cristiana en la cual serán educados. El patrón es el mismo” (“Infant Baptism”, s.d.). Un texto bíblico que a menudo es citado para abogar por el bautismo de infantes es Colosenses 2:11,12. En este pasaje, el apóstol Pablo escribió acerca de la circuncisión espiritual, diciendo:
En él [Jesús] también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos (Colosenses 2:11,12).
Numerosos defensores del bautismo de bebés (algunas veces llamados pedobautistas) creen que la referencia de Pablo acerca del bautismo y “la circuncisión de Cristo” implica que el bautismo del Nuevo Testamento y la circuncisión del Antiguo Testamento son equivalentes. Hace algún tiempo atrás, recibí una carta que insistía que estos versículos prueban que el “bautismo reemplazó a la circuncisión”, y ya que “la circuncisión fue aplicada a bebés”, el bautismo de infantes es una práctica bíblica. Además, se nos dice que “si Pablo pretendía excluir a los bebés, entonces no hubiera escogido la circuncisión como un paralelo para el bautismo” (“Infant Baptism”, s.d.).
Primero, argumentar que Pablo no hubiera escogido la circuncisión como un paralelo para el bautismo si los bebés pretendían ser excluidos del bautismo, es como decir que Jesús no pudiera haber comparado a Sus discípulos a las serpientes (Mateo 10:16) si Él no quería que ellos actuaran como el diablo, “la serpiente antigua” (Apocalipsis 12:9; 20:2; cf. Génesis 3:1; 2 Corintios 11:3). Al razonar de esta manera, una persona puede suponer que los cristianos deben ser descuidados, ya que varias veces Jesús comparó a Sus seguidores con las ovejas (Mateo 10:6-16; 18:10-14; etc.). O, alguien puede intentar justificar el consumo de vino embriagante ya que Jesús en una oportunidad habló de “odres viejos” (Lucas 5:37-39). Argumentar a favor del bautismo de infantes ya que Pablo hizo un paralelo de la circuncisión espiritual y el bautismo en agua en su carta dirigida a la iglesia en Colosas es errar. No se puede suponer que el escritor de la Biblia aprueba otros puntos de la comparación cuando solamente se propone un solo punto de comparación. Jesús una vez comparó las acciones de Dios a las de un “juez injusto” (Lucas 18:1-8), pero eso no transforma a Dios en alguien injusto (Zacarías 9:9; Salmos 11:4-7). Tampoco eso significa que Jesús aprobó a los jueces injustos de Su tiempo. Jesús usó al juez injusto en esta parábola solamente para comparar su vindicación de la viuda a la vindicación que Dios dará a Su pueblo (Lucas 18:7,8). Similarmente, en su carta a los Colosenses, Pablo usó la palabra “circuncisión” para ilustrar cómo una persona “corta” el pecado en el bautismo. La comparación entre la circuncisión y el bautismo no tiene nada que ver con la edad de los que fueron bautizados.
Segundo, no aprendemos en Colosenses 2:11,12 (ni en ningún otro lugar en la Biblia) que “el bautismo reemplaza a la circuncisión” (“Questions Often Asked”, s.d.). En la carta de Pablo a los colosenses, él simplemente declaró que cuando ellos llegaron al cristianismo fueron “circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal” (2:11). Pablo mencionó la circuncisión solamente para aclarar el punto que cuando los colosenses obedecieron el Evangelio, fueron circuncidados espiritualmente. [Moisés había usado esta misma clase de lenguaje 1,500 años antes cuando mandó a los israelitas, diciendo: “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz” (Deuteronomio 10:16, énfasis añadido)]. Debido a la obra de Cristo en la cruz, la gente pecadora (i.e., aquellos que tienen la edad suficiente para transgredir la ley—1 Juan 3:4) tiene la oportunidad de quitar el cuerpo pecaminoso carnal. Adicionalmente, aquellos en Colosas tenían la edad suficiente para saber y entender que “el cuerpo pecaminoso carnal” era “echado” de ellos por Cristo en el bautismo, y tenían la edad suficiente para tener “fe en la obra de Dios”. Se debe admitir que los bebés que son bautizados no tienen conocimiento del pecado ni de Dios. Así que, por inferencia, los bebés fueron realmente excluidos (no incluidos) por Pablo en este pasaje.
Finalmente, note algunas otras razones por las cuales la enseñanza que “el bautismo reemplaza a la circuncisión” es errónea:
- Si “el bautismo reemplazó a la circuncisión” como algunos alegan, la gente que ya se había circuncidado según la ley no podía ser bautizada. Como J.W. Sheperd declaró: “Si uno llegó a reemplazar al otro, los dos no podían existir al mismo tiempo en la misma persona. Pero todos los judíos que habían sido circuncidados fueron bautizados cuando creyeron en Cristo” (1929, p. 17). Fue la voluntad de Dios que los judíos que oyeron a Juan el Bautista, Jesús y/o a uno de Sus discípulos, fueran bautizados independientemente de su circuncisión (Lucas 7:30; Juan 3:22-24; 4:1,2). Si el bautismo reemplazó a la circuncisión, ¿cómo pudieron estar ambos en vigencia al mismo tiempo, entre la misma gente y bajo el mismo pacto (Brents, 1874, pp. 345-347)?
Ciertamente, el bautismo de infantes no puede ser defendido lógicamente al usar Colosenses 2:11,12. El hecho que Pablo usó la palabra circuncisión en un sentido espiritual para ilustrar el momento cuando los no-cristianos “quitan” el pecado y llegan a ser cristianos (el momento del bautismo—Colosenses 2:11,12; Romanos 6:3,4; Gálatas 3:27) no hace a los bebés candidatos para el bautismo. Además, Pablo sabía claramente que los colosenses que fueron “circuncidados con circuncisión no hecha a mano”, eran conscientes del pecado y de Dios. Sin embargo, los bebés no son conscientes de ninguno.
REFERENCIAS
Brents, T.W. (1874), The Gospel Plan of Salvation (Bowling Green, KY: Guardian of Truth Foundation, 1987 reprint).
“Infant Baptism,” (sine data) Catholic Answers, [En-línea], URL: http://www.catholic.com/library/infant_baptism.asp.
“Questions Often Asked and Answered” (sine data), [En-línea], URL: http://www.scborromeo.org/truth/q4.htm.
Shepherd, J.W. (1929), The Church, the Falling Away, and the Restoration (Nashville, TN: Gospel Advocate, 1973 reprint).
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