Menu

¿Que Zacarías?

El nombre Zacarías aparece muchas veces en la Biblia: Zacarías el profeta menor, Zacarías hijo de Joiada, quien fue apedreado por mandato del Rey Joás (2 Crónicas 24:20-22), Zacarías el padre de Juan el Bautista, así como otros 25 que la Escritura menciona con ese nombre. Entre los escritos de los críticos de la Biblia, un Zacarías en particular sobresale más que los otros—el Zacarías que Mateo 23:35 registra, a quien Jesús mencionó en su condenación de los fariseos hipócritas. Supuestamente, Jesús (o Mateo) se equivocó al hacer referencia que los judíos mataron a “Zacarías hijo de Berequías…entre el templo y el altar” (énfasis añadido). El escéptico Dennis McKinsey dice que este Zacarías “es realmente el hijo de Joiada como 2 Crónicas 24:20 demuestra…. El nombre Berequías no se encuentra en el Antiguo Testamento” (2000, p. 30).

Ciertamente, 2 Crónicas 24:20 menciona a “Zacarías hijo de Joiada” que fue apedreado “en el patio de la casa de Jehová” (24:21). Pero ¿estuvo Jesús haciendo referencia a este Zacarías en particular cuando reprendió a los fariseos duros de corazón? Es posible que lo estuviera haciendo, pero todavía no existe contradicción. En tiempos antiguos, la gente frecuentemente tuvo más que un nombre. El suegro de Moisés fue conocido como Reuel y Jetro (Éxodo 2:18; 3:1). Gedeón adquirió el nombre Jerobaal después de destruir el altar de Baal (Jueces 6:32; 7:1; 8:29,35). En 2 Reyes 15, al padre del Rey Jotam se le llama Azarías (vs. 7) y Uzías (vs. 32). Los nombres son diferentes, pero hacen referencia a la misma persona (cf. 2 Crónicas 26:1-23; Isaías 1:1). A veces se le llama al apóstol Pedro, Simón, Pedro y Cefas (Mateo 14:28; 16:16; 17:25; Juan 1:42; 1 Corintios 1:12).

La gente ha usado nombres múltiples por siglos. En tiempos modernos, la mayoría puede pensar en diferentes personas a quienes se les conoce por nombres diferentes. Aunque la mayor parte del tiempo mi hijo mayor responde a su segundo nombre, “Bo”, algunas veces le llamamos por su primer nombre, “Elijah”. Otras veces, podemos llamarle por su nombre completo “Elijah Bo Lyons”. ¿No es posible que Joiada también fuera conocido como Berequías? ¡Absolutamente! Es interesante notar que los críticos se muestran tan seguros que Jesús cometió un error cuando ellos mismos están acostumbrados a llamar a otras personas por varios nombres.

También puede ser posible que Joiada fuera el abuelo de Zacarías y que Berequías fuera su padre. El término “hijo” se usa en varios sentidos diferentes en la Escritura. Aparte de usarlo para hacer referencia a un hijo de un nacimiento real, los escritores de la Biblia lo usaron para hacer referencia a un (1) yerno (1 Samuel 24:16; cf. 18:27), (2) nieto (Génesis 29:5), (3) descendiente (Mateo 1:1), (4) hijo por creación, como en el caso de Adán (Lucas 3:38), (5) hijo por educación (i.e., un discípulo—1 Samuel 3:6), etc. Después de leer Génesis 29:5, se puede pensar que Labán era hijo de Nacor, pero Génesis 24 explica que él realmente era nieto de Nacor (24:24,29; cf. 22:20-24). Considere también a Mefi-boset. A él se le llama “hijo de Saúl” en 2 Samuel 19:24, pero realmente era “hijo de Jonatán hijo de Saúl” (2 Samuel 9:6; 4:4). Él fue literalmente el nieto de Saúl, pero las Escrituras hacen referencia a él una vez como simplemente “hijo de Saúl”. Estos son solamente dos ejemplos en que la Biblia indica al lector que se usaba el término “hijo” con referencia a un nieto. No se puede saber cuántas veces las Escrituras usan los términos “hijo” e “hija” en esta manera pero que a diferencia de los ejemplos mencionados anteriormente, no se explica completamente la relación real. En realidad, Zacarías, hijo de Joiada, puede ser solamente un ejemplo. En cuanto a esta posibilidad, el comentarista R.C.H. Lenski señaló:

Esto es posible cuando recordamos la gran edad de Joida, 130 años, y cuando recordamos sus grandes obras, siendo muy digno de honra ser llamado su hijo. Así que en Crónicas, Zacarías sería llamado teniendo en cuenta a su abuelo ilustre, pero en Mateo teniendo en cuenta a su padre, habiéndose preservado el nombre del padre a través de la tradición judía o en los registros genealógicos. Los judíos también frecuentemente llamaban a un hombre el hijo de un antepasado poderoso, especialmente cuando el último todavía estaba vivo (1961, p. 920).

Aunque es posible que Zacarías fuera el hijo de Berequías y el nieto de Joiada, y aunque puede también ser posible que Berequías y Joiada fueran la misma persona, el hecho es que Jesús pudo no haber estado haciendo referencia a “Zacarías hijo de Joiada” (2 Crónicas 24:20) en Mateo 23:35. Realmente, nadie puede probar que “Zacarías hijo de Joiada” fue el mismo Zacarías que Jesús mencionó en su reprimenda a los fariseos. También se puede argumentar razonablemente que el profeta a quién Jesús hizo referencia fue realmente Zacarías el profeta menor, quien predicó durante los días de Esdras (Esdras 5:1), algo de 400 años después de Zacarías hijo de Joiada. De hecho, a diferencia del comentario de McKinsey que “el nombre Berequías no se encuentra en el Antiguo Testamento” (2000, p. 30), realmente se le llama a Zacarías, el profeta menor, “hijo de Berequías, hijo de Iddo” (Zacarías 1:1; cf. Esdras 5:1; 6:14). Aunque los escritores del Antiguo Testamento no registraron su muerte, Jesús hubiera sabido cómo murió, y también se hubiera sabido esto por medio de la tradición judía.

Se debe tener en cuenta que el Antiguo Testamento no es la única fuente para la información del Nuevo Testamento en cuanto a lo que pasó desde la creación hasta la venida de Cristo. Los escritores del Nuevo Testamento fueron inspirados por Dios (cf. 2 Pedro 3:16; 1 Corintios 14:37; Juan 16:13). ¿Cómo supo Pablo que “Janes y Jambres resistieron a Moisés” (2 Timoteo 3:8, énfasis añadido) si no se dieron en el Antiguo Testamento los nombres de estos magos de Faraón? ¿Cómo supo Judas que el arcángel Miguel y el diablo “disputaron por el cuerpo de Moisés” (Judas 9) si ningún escritor del Antiguo Testamento mencionó tal evento? Pablo y Judas supieron estos hechos por tradición y los registraron por inspiración, o Dios milagrosamente les reveló esta información. De igual manera, en Mateo 23:35 Jesús simplemente pudo haber hecho referencia a la muerte de uno de los últimos profetas, que no se registró en el Antiguo Testamento, pero que ambos, Dios y la tradición judía, conocían.

Arriesgándonos a ampliar el punto que existen varias explicaciones razonables para el enunciado de Jesús que Mateo 23:35 registra (y demostrar que los escépticos están siendo deshonestos cuando declaran que este pasaje es erróneo), se debe discutir dos o más explicaciones posibles. Primero, muchos suponen que Jesús estuvo haciendo referencia a un mártir del Antiguo Testamento llamado Zacarías. Sin embargo, cuando analizamos más profundamente los comentarios de Jesús parece que esto no es así. Él reprendió a los fariseos, diciendo:

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación (Mateo 23:29-36, énfasis añadido).

Note que Jesús habló a Sus enemigos del primer siglo, diciendo, “matasteis” a Zacarías, hijo de Berequías (Mateo 23:35, énfasis añadido). Al leer rápidamente este pasaje, sin asumir que Zacarías fue uno de más de dos docenas de Zacarías en el Antiguo Testamento, podemos llegar a concluir que los fariseos mismos habían matado a un hombre justo llamado Zacarías. Puede ser, como Burton Coffman concluyó,

…que Cristo aquí hizo referencia a algún homicidio perpetrado secretamente, no por los antepasados de estos hombres, sino por ellos…. Cristo trató de conmoverlos con este último rayo de verdad, pero incluso eso falló. El hecho que no se haya registrado este homicidio en el Antiguo Testamento o en el Nuevo Testamento, que no fuera de conocimiento general en los días de Cristo, y que no se desarrollaran tradiciones con referencia a esto, no es un problema en absoluto, sino señala directamente a los fariseos y muestra su eficacia para cubrir sus obras malas y esconderlas del público en general…. También es evidencia de su depravación el hecho que ninguno de ellos confesara esto, ¡incluso después de que quien conocía sus pensamientos lo revelara públicamente! Su secreto de culpabilidad fue a la tumba con ellos, excepto por este rayo de luz de los labios de Cristo, quien lo reveló con motivo de sentenciarlos al infierno por su maldad (1974, p. 375, énfasis en original).

Finalmente, considerando el hecho que los portavoces de Dios ocasionalmente hablaron de cosas que todavía no habían sucedido como si ya lo hubieran sido (expresión conocida como “perfecto profético”; cf. Isaías 53; 21:1-10), puede ser (aunque es poco probable) que Jesús estuviera hablando acerca de la muerte de un futuro Zacarías. Según Josefo, alrededor de 35 años después de la muerte de Jesús, dos zelotes mataron a Zacarías hijo de Baruc en medio del templo simplemente por ser rico, odiar la maldad y amar la libertad (1987, 4:5:4).

Cualquiera que sea la respuesta a la pregunta, “¿A qué Zacarías hizo referencia Jesús?”, una cosa está fuera de dudas: los escépticos como Dennis McKinsey no tienen ni una pizca de evidencia que Mateo 23:35 no sea un pasaje inspirado e inerrante. Realmente, la única contradicción probada en cuanto a este asunto está, no en la Biblia, sino en el propio libro de McKinsey, titulado Error Bíblico. En la página 30, él insistió que el Zacarías de Mateo 23:35 “es realmente el hijo de Joiada”. No obstante, luego en el libro, escribió (inmediatamente después de una cita de Mateo 23:35): “El Zacarías mencionado fue muerto en Jerusalén en 69 E.C.; así que Mateo hace que Jesús se refiera a un evento que ocurrió cuarenta años después de su muerte. Este es el mismo Zacarías que, según Josefo, fue muerto en el templo poco antes de la destrucción de Jerusalén” (p. 195). ¿Qué evidencia tiene McKinsey para esta última acusación? Absolutamente ninguna. En realidad, McKinsey—no los escritores de la Biblia—da respuestas contradictorias para la misma pregunta. El hecho que no se sepa con seguridad la identidad del Zacarías que Jesús mencionó, no significa que tengamos el derecho de acusarle (o a los escritores de la Biblia) de equivocación.

 

REFERENCIAS

Coffman, James Burton (1974), Comentario sobre el Evangelio de Mateo [Commentary on the Gospel of Matthew] (Abilene, TX: ACU Press).

Josefo, Flavio (reimpresión de 1987), Guerra de los Judíos, en la Vida y Obras de Flavio Josefo [The Wars of the Jews, in The Life and Works of Flavius Josephus], trad. William Whitson (Peabody, MA: Hendrickson).

Lenski, R.C.H. (1961), La Interpretación del Evangelio de Mateo [The Interpretation of St. Matthew’s Gospel] (Minneapolis, MN: Augsburg).

McKinsey, C. Dennis (2000), Error Bíblico [Biblical Errancy] (Amherst, NY: Prometheus).


Published

A copied sheet of paper

REPRODUCTION & DISCLAIMERS: We are happy to grant permission for this article to be reproduced in part or in its entirety, as long as our stipulations are observed.

Reproduction Stipulations→