¿Qué Pasará Cuando Jesús Venga Otra Vez?
En muchas ocasiones durante los 2,000 años pasados, algunos grupos de “seguidores fieles” se han juntado en cumbres de montañas o en cuartos secretos para esperar la Segunda Venida de Cristo que algún líder religioso predijo que ocurriría cierto día a cierta hora. Pero aunque han sido muchas las predicciones del regreso del señor, cada grupo de expectantes ha sido desilusionado al darse cuenta que ha sido engañado. ¿Cuándo regresará el Señor, y qué pasará en esta Tierra cuando Él regrese por segunda (y última) vez?
La primera pregunta en cuanto al tiempo de la Segunda Venida de Cristo es fácil de responder, gracias al material bíblico. Después de describir las señales que precederían a la destrucción de Jerusalén, en Mateo 24:36 Jesús comenzó a hablar de Su Segunda Venida. A diferencia de las muchas señales que se dijo que los cristianos debían esperar antes de la destrucción de Jerusalén, Jesús clarificó que no habría señales por las cuales se pudiera predecir Su Segunda Venida. Él declaró: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre….Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:36,44). En otro pasaje de la Escritura, el apóstol Pablo dijo a los hermanos en Tesalónica que el día del Señor vendría como “ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:2). ¿Cuándo regresará Jesús? La respuesta simple para esta pregunta es: nadie en esta Tierra lo sabe.
La siguiente pregunta que aborda los eventos que ocurrirán a la Segunda Venida requiere una respuesta más extensa. Cuando Cristo ascendió al cielo, 40 días después de Su resurrección, “fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó” de los ojos de los apóstoles (Hechos 1:9). Inmediatamente después de Su ascensión, dos hombres con ropas blancas se presentaron delante de los apóstoles maravillados y les dijeron, “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). Desde ese momento, los apóstoles esperaron la Segunda Venida de Cristo.
De hecho, la Segunda Venida fue uno de los temas principales de la predicación de los apóstoles. Pablo enfatizó especialmente este evento como un acontecimiento que sería glorioso y dichoso para los fieles a Cristo—tanto para los que estuvieran vivos cuando Cristo regresara y los que hubieran muerto en Cristo. Al relatar algunos de los eventos que acompañarían a la Segunda Venida de Cristo, Pablo escribió: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Según lo que Pablo describió, este evento sería un acontecimiento glorioso y consolador para aquellos que son fieles a Cristo. Cristo no enviará a un ángel o algún otro dignatario para llevar a los cristianos al cielo, sino Él “mismo” vendrá. Se anunciará Su venida con un grito fuerte, la voz de un arcángel, y con trompeta de Dios. Según Pablo, Cristo no llegará sigilosamente a la Tierra, sino será anunciado en una manera gloriosa para que todos lo vean.
¿Cuánto tiempo tomará para que los seguidores fieles de Cristo sean bienvenidos al cielo con el Señor? Pablo respondió esta pregunta en 1 Corintios 15 cuando habló de la resurrección de los santos. Él escribió: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51-52). En un instante, como en un pestañar, la resurrección de los santos se realizará a la Segunda Venida de Cristo.
Otros eventos que acompañarán a la Segunda Venida tienen que ver con el final del Universo físico. En un discurso en cuanto a los burladores que intentaban negar la Segunda Venida de Cristo, Pedro escribió:
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia (2 Pedro 3:10-13).
La descripción de Pedro de la destrucción del Universo físico no deja cabos sueltos. La Tierra y los cielos (i.e., la totalidad de este Universo físico) finalmente serán consumidos por el fuego y destruidos por siempre. No habrá un reino de Cristo en la Tierra a Su Segunda Venida, ya que Pedro claramente describe la destrucción de la Tierra física. El nuevo cielo y tierra que Pedro dice que los cristianos esperan, son moradas espirituales que Jesús prometió en Juan 14:1-6, y que Apocalipsis 21 y 22 describen tan vivamente. No serán de materia física como el cielo y la Tierra actual, sino son diseñadas especialmente para los nuevos cuerpos de los cuales Pablo habla. Cuando Cristo regrese otra vez, este Universo físico será destruido.
¿Qué pasará con los que no han sido fieles a Cristo durante sus vidas en esta Tierra? Ya que no habrá Universo físico en los cuales continuar viviendo, ¿dónde irán? La Biblia describe una escena terrible para los que rechazan a Cristo. Citando las palabras de Jesús, Juan escribió que “Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29). El apóstol Pablo luego confirmó este enunciado cuando escribió acerca del tiempo “cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:7-8).
En ese día terrible, todos los habitantes de la Tierra—tanto los que han muerto en el pasado y los que están vivos en el presente—serán llevados al Juicio final en el cual Cristo separará a los justos de los impíos, como un pastor separa a las ovejas de los cabritos. Los justos serán bienvenidos al cielo (preparado para ellos por Jesús mismo), mientras que los impíos irán “al castigo eterno” (Mateo 25:46). Todos los que han rechazado a Cristo, cuyos nombres no se encuentran en el Libro de la Vida, serán lanzados al lago de fuego con el diablo, y “serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:10-15).
Aunque se han creado muchas historias extrañas y ficticias en cuanto a la Segunda Venida del Señor, la Biblia presenta una escena clara de lo que pasará: Cristo aparecerá delante del mundo entero, los cielos y la Tierra serán quemados, y en el Juicio final, cada persona que ha vivido entrará a vivir eternamente en el cielo o en el infierno. No habrá otra oportunidad cuando Cristo regrese. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir! (2 Pedro 3:11).
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