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“Prodigios Mentirosos”

Una causa directa de la incredulidad es la promoción falsa del cristianismo (cf. Job 13:7). Ciertamente es una gran tragedia que mucha gente haya rechazado la religión cristiana como la descripción verdadera de la realidad a causa de la conducta incorrecta de muchos que declaran ser cristianos. De hecho, algunos que pretenden ser cristianos fieles no son nada más que religiosos excéntricos y lunáticos.

También es interesante considerar la manera en que se desempeñan hoy estos supuestos “hacedores de milagros”, “habladores de lenguas” y “sanadores por medio de la fe”. Mientras que 50 a 100 años atrás se debía ir a una “campaña de avivamiento” fuera del pueblo para atestiguar sus presentaciones teatrales, ahora se puede ver a estos pseudo-hacedores de milagros en varios canales de televisión. Los participantes voluntarios, cuyas emociones se han manipulado cuidadosamente, se desmayan al toque de los “sanadores”. Los líderes religiosos prominentes—que han construido imperios financieros con los fondos que han extraído metódicamente de los seguidores engañados por medio de amenazas, ruegos y artimañas—continúan teniendo auge, tomando “la piedad como fuente de ganancia” (1 Timoteo 6:5).

Pero note que los “milagros” que se realizan involucran enfermedades muy cuestionables—dolores o síntomas ambiguos—que desafían el diagnóstico médico. Incluso el “habla en lenguas” es muy subjetivo, y en ninguna manera se asemeja a la práctica del Nuevo Testamento de hablar en lenguajes humanos conocidos sin el aprendizaje previo (vea Miller, 2009).

La Escritura presenta una descripción diferente. Jesús recorrió las ciudades “sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mateo 9:35, énfasis añadido). Él dio a los apóstoles estos mismos poderes “para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 10:1, énfasis añadido). Juntamente con estos poderes estaba la habilidad de resucitar a los muertos (Mateo 10:8; 11:5), restaurar partes inválidas o faltantes del cuerpo (Lucas 6:6-10; 22:49-51), e ¡incluso dar la vista a gente que había nacido ciega (Juan 9:1-7)! ¿Cuándo fue la última vez que uno de estos “sanadores” resucitó a un muerto? ¿Coloca Dios ahora un límite en ciertos poderes? ¿Por qué no se presenta públicamente el hablador de lenguas y convence a los que no creen para que sus acciones se ajusten al don genuino del Nuevo Testamento—especialmente al tener en cuenta el hecho que el habla en lenguas tenía el propósito de convencer a los que no creían (1 Corintios 14:22)?

Si Juan sabía de lo que estaba hablando, entonces no hay necesidad para los milagros hoy (Juan 20:30-31). La Biblia afirma que su contenido es completamente suficiente para proveer al hombre de todo lo que necesita (2 Timoteo 3:16-17). El propósito divino por el cual los milagros existieron (i.e., autenticar el origen divino de la Palabra hablada—Marcos 16:20; Hebreos 2:4) hace mucho ha sido cumplido. Todo esto guía a la siguiente conclusión: las “maravillas” que se realizan hoy son nada más que “prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:9, énfasis añadido), i.e., falsificados, falsos, engañosos (pseudous—Arndt y Gingrich, 1957, p. 900).

 

REFERENCIAS

Arndt, William y F.W. Gingrich (1957), Un Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento y Otras Literaturas Cristianas Antiguas [A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature] (Chicago, IL: University of Chicago Press).

Miller, Dave (2009), “Los Milagros Modernos, el Don de Lenguas y el Bautismo del Espíritu Santo: Una Refutación”, [En-línea], URL: https://apologeticspress.org/espanol/articulos/240088.


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