Predicar el Evangelio de Jesús Incluye Predicar el Bautismo
Actualmente es muy común escuchar que la gente diga algo como esto, “Necesitamos solamente predicar a Jesús y no inquietar a otros con las enseñanzas bíblicas secundarias”. O, “No debemos hacer énfasis en los detalles, solamente en Jesús”. A menudo, se dicen estas cosas con la intención de evitar la controversia. “Ya que todos los cristianos creen en Jesús, pero no todos están unidos en Su doctrina, solo hablemos de Jesús, y dejemos en paz los temas secundarios”.
Supuestamente una de estas enseñanzas “secundarias” que a menudo se evita en discusiones religiosas es el bautismo. Ya que se ha generado mucha controversia a causa de este tema durante los años (e.g., ¿Deberíamos rociar o sumergir? ¿Deberíamos bautizar a los bebés? ¿Es el bautismo necesario para la salvación?), algunos creen que podemos, y deberíamos, “enseñar el Evangelio de Jesús” al mundo perdido, y de alguna manera traerlo a Cristo sin mencionar la doctrina del bautismo. Para algunos esto puede sonar como una buena idea, pero debemos preguntar, “¿Es esta una idea bíblica?”. ¿Tuvieron este enfoque los apóstoles, profetas, predicadores y maestros del primer siglo? ¿Distinguieron ellos entre “predicar el Evangelio de Jesús” y “predicar el bautismo”?
En Hechos 8:26-40, leemos que el Espíritu de Dios instruyó a Felipe a acercarse a un hombre de Etiopía de gran autoridad bajo Candace, reina de los etíopes. Cuando Felipe se acercó al etíope eunuco, se sentó al lado de él, y, comenzando en Isaías 53, “le anunció el evangelio de Jesús” (vs. 35). Ahora, si Felipe hubiera tenido el enfoque de algunos maestros de la Biblia del siglo XXI, su predicación se hubiera limitado a solamente las “verdades centrales” acerca de Jesús (e.g., Su muerte, sepultura y resurrección; Su deidad; etc.). Sin embargo, el siguiente versículo indica que la predicación de Felipe en cuanto al “Evangelio de Jesús” debe haber incluido la predicación del bautismo, ya que la Biblia indica que el eunuco preguntó, “Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?” (vs. 36). De esta pregunta aprendemos que Felipe debe haber instruido al eunuco previamente acerca de la necesidad del bautismo. El respetado erudito de la Biblia J.W. McGarvey comentó sobre este versículo, diciendo:
Él [el etíope—EL] había aprendido no solamente que existía tal mandato, sino que era la obligación y privilegio de los hombres observarlo cuando estuvieran adecuadamente preparados. También deseaba ser bautizado, y su única pregunta fue si era un candidato apropiado. Como él no había sabido nada de Jesús como el Cristo hasta el momento que Felipe le predicó, ciertamente no había aprendido nada definido en cuanto al bautismo que Jesús había ordenado; y por consiguiente estamos forzados a concluir que lo que ahora sabía lo había aprendido de la predicación de Felipe (s.d., pp. 157-158).
En efecto, Felipe incluyó el bautismo en su predicación de Jesús. A diferencia de algunos predicadores modernos, él no tuvo dudas en enlazar el Evangelio de Cristo con el bautismo. ¿Por qué deberían existir dudas? Después de todo, Jesús enfatizó la necesidad del bautismo antes de Su ascensión al cielo (Mateo 28:18-20; cf. Marcos 16:15). Pedro mandó a aquellos que oyeron su predicación en Pentecostés a arrepentirse y bautizarse (Hechos 2:38). Felipe predicó el bautismo entre los samaritanos (Hechos 8:12-13). Esto fue parte de la lección que Ananías enseñó a Pablo (Hechos 22:16). Como H. Leo Boles una vez escribió, “[e]n ese tiempo ningún predicador inspirado del evangelio predicó el evangelio de Jesús sin predicar el bautismo que Jesús mandó; ningún predicador hoy puede predicar el evangelio de Jesús sin predicar el mandamiento a ser bautizado” (1941, p. 138). Amén.
REFERENCIAS
Boles, H. Leo (1941), Comentario de Hechos de los Apóstoles [Commentary on Acts of the Apostles] (Nashville, TN: Gospel Advocate).
McGarvey, J.W. (sine data), Nuevo Comentario de Hecchos de los Apóstoles [New Commentary on Acts of Apostles] (Delight, AR: Gospel Light).
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