¿Por qué No Murió Adán Inmediatamente?
En el Huerto del Edén, el Señor declaró una sola prohibición solemne al hombre. Dios mandó a Adán diciendo, “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17, énfasis añadido). El árbol de la ciencia del bien y del mal que estaba en medio del Huerto estaba fuera de los límites de Adán y Eva. Dios profetizó que la desobediencia del hombre causaría su muerte “el día” que de él comiere. Sin embargo, el texto de Génesis no revela que los primeros pecadores experimentaran una muerte física instantánea. Adán vivió 930 años en total (Génesis 5:5), y el texto indica que la mayor parte de ese tiempo transcurrió después de la trasgresión en el Huerto del Edén (vea Thompson, 2002, pp. 44-46). ¿Es eso consistente con Génesis 2:16-17? ¿Se equivocó Dios cuando dijo, “el día que de él comieres [el fruto], ciertamente morirás”? ¿Por qué Adán no cayó muerto el mismo día que comió del fruto prohibido?
Para que Génesis 2:17 represente una contradicción legítima, primero se debe suponer que la frase “el día…ciertamente morirás” hace referencia a una muerte inmediata que ocurriría el mismo día que se cometiera una determinada trasgresión. Sin embargo, la evidencia disponible muestra que la expresión hebrea bªyôm (“el día”) significa certeza de la muerte, y no la inmediación de la muerte. Por ejemplo, el Rey Salomón una vez advirtió al subversivo Simei: “porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza” (1 Reyes 2:37, énfasis añadido). Como los siguientes versículos indican, Simei no pudo haber sido ejecutado en el día exacto que cruzó el torrente de Cedrón. Salomón no mandó a buscarlo sino hasta que Simei hubo ensillado su asno, ido a Aquis en Gad, buscado y recuperado a sus siervos, y regresado a casa (aproximadamente un viaje de 50-60 millas ida y vuelta). Es lógico concluir que esto hubiera tomado más que solamente un día (especialmente considerando que el viaje promedio de un asno era algo de 20 millas al día—Cansdale, 1996, p. 38). Después que Simei regresó de Gad, el Rey Salomón le hizo recordar su promesa, diciendo, “¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás?” (1 Reyes 2:42, énfasis añadido). Salomón entendió que incluso cuando ejecutó a Simei después del día que cruzó el torrente de Cedrón, todavía fue adecuado hacer referencia a ese suceso como en “el día”. Como el erudito en hebreo Victor Hamilton señaló, esta frase (en Génesis 2:17, 1 Reyes 2:37,42 y Éxodo 10:28et.seq.) “señala la certidumbre de la muerte, no su cronología” (1990, p. 172). Por ende, es lógico concluir que cuando Dios dijo, “el día…ciertamente morirás”, no quiso decir que Adán moriría el mismo día de su trasgresión, sino que su muerte sería definitiva si comía del fruto prohibido.
Un segundo problema con la declaración escéptica que Génesis 2:17 contradice Génesis 5:5 es que supone que la “muerte” que se menciona en el capítulo 2:17 es una muerte física. No obstante, la Biblia describe tres diferentes clases de “muerte”: (1) una muerte física que pone fin a nuestra vida en la tierra (Génesis 35:18); (2) una muerte espiritual que es la separación de Dios (Isaías 59:1-2; Efesios 2:1); y (3) una muerte eterna en el infierno (Apocalipsis 21:8). El hecho es que no se puede saber con seguridad a cuál muerte se hace referencia con la frase “el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Al darnos cuenta que Adán pecó en contra del Todopoderoso en el Huerto y llegó a estar muerto en “delitos y pecados” (Efesios 2:1; cf. 1 Timoteo 5:6), es posible que la muerte de la cual se habla en Génesis 2:17 sea la muerte espiritual. Si este es el caso, la razón por la cual Adán no murió físicamente el día de su trasgresión fue porque la profecía de Dios hizo referencia a la muerte espiritual, no a la física.
Cuando Adán escogió seguir sus propios deseos en vez de la voluntad de Dios, se separó de Dios. Sin duda, pereció espiritualmente ese día. Pero es igualmente cierto que el castigo de Dios por ese pecado fue una muerte física—una muerte que ocurrió siglos después. No se puede saber con seguridad a qué muerte hizo referencia Dios (tal vez hizo referencia a ambas). Cualquiera que sea el caso, podemos estar seguros que no existe contradicción.
REFERENCIAS
Cansdale, G.S. (1996), “Animals of the Bible”, New Bible Dictionary, ed. J.D. Douglas (Downers Grove, IL: InterVarsity Press), tercera edición.
Hamilton, Victor, (1990), The Book of Genesis (Grand Rapids, MI: Eerdmans).
Thompson, Bert (2002), “Questions and Answers—A Matter of Time”, Reason & Revelation, 22:41-48, junio.
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