
¡Perdiendo la Cabeza!
Matar a bebés humanos no-nacidos está bien, pero ¿qué acerca de “decapitar” a las rosas? Eso es completamente malo. A lo menos, eso es lo que el Comité Ético Federal de la Confederación Suiza decidió recientemente. Los seres humanos ahora están jugando a ser Dios hasta el punto de decidir para todos los demás lo que es moralmente “correcto” e “incorrecto”. “Los miembros del Comité consideraron unánimemente que el daño arbitrario a las plantas es moralmente prohibido” (Willemsen, 2008, p. 20, énfasis añadido). Como ejemplo, ellos explican que si un granjero, en su camino a casa después de cortar el pasto para sus animales, “decapita a las flores con su podadora” sin “razón racional” (p. 9), ha cometido una falta moral. Pienso que esto sería considerado un “planticidio”.
¿Por qué cree el comité que “matar” plantas arbitrariamente es erróneo? “Una clara mayoría también sostiene la posición que deberíamos tratar a las plantas con moderación a causa de la razón ética que las plantas tienen valor inherente” (Willemsen, p. 10, énfasis en original). Ellos explican cómo usan las palabras “valor inherente” al decir que las plantas, como las rosas, tienen valor “independientemente de que sean útiles o que alguien les atribuya valor” (p. 7). Así que cuando los soldados de naipes en Alicia en el País de las Maravillas pintaron las rosas rojas, ellos estuvieron haciendo algo más que simplemente disgustar a la reina (quien pidió que fueran decapitados). Ellos estuvieron cometiendo un hecho inmoral atroz de grandes proporciones, y merecían ser castigados por su desprecio flagrante del valor inherente de las rosas—y su derecho de ser del color con el cual nacieron, o deberíamos decir, crecieron.
La verdad es que los seres humanos tienen “valor inherente” que sobrepasa al reino físico ya que Dios los ha hecho a Su imagen (Génesis 1:27). A diferencia del resto de la creación, los humanos tienen un alma, y existirán para siempre. Fuimos creados en un nivel diferente al resto de la creación. Las plantas tienen “valor instrumental”, ya que son útiles para los humanos. Dios creó y protege a las plantas por esa razón. Algunas veces las plantas tienen un “valor sentimental” (e.g., un árbol que se “planta en memoria de alguien que ha muerto” [p. 7] o un jardín de rosas que valoramos a causa de su belleza). Sin embargo, el valor de una planta no es equivalente al valor de un ser humano. Jesús enfatizó este mismo punto cuando hizo un contraste entre los dos: “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros…?” (Mateo 6:30) Los humanos tienen un valor mucho mayor al de las flores y hierba.
Pero el comité dice que las plantas “se esfuerzan por conseguir algo”, y no se les debería estorbar sin una “buena razón”. Después de todo,
los hallazgos recientes en la ciencia natural, tales como las muchas similitudes entre plantas, animales y humanos en el nivel molecular y celular, descartan las razones para excluir a las plantas en principio de la comunidad moral…. Los estudios en biología celular muestran que las plantas y animales, los cuales comparten una historia de desarrollo de 3 billones de años, tienen muchos procesos y reacciones que no difieren fundamentalmente en el nivel celular…. Las plantas reaccionan al toque y a la tensión, o se defienden frente a depredadores y patógenos en maneras muy diferenciadas (Willemsen, pp. 5,15, énfasis añadido).
Ellos continuaron declarando:
[P]odría ser que las plantas…cumplan las condiciones necesarias para la sensibilidad [percepción del sentido, conciencia, habilidad de sentir—JM]…. No es claro que las plantas tengan sensibilidad, pero tampoco es claro que no la tengan. Por ende no se puede argumentar que se ha eliminado las razones para excluir a las plantas del círculo de seres que deben ser considerados moralmente…. A lo menos la mayoría de los miembros del comité no descarta la posibilidad que las plantas puedan ser sensibles, y que esto sea moralmente relevante (p. 15, énfasis añadido).
Casi la mitad del comité no está completamente segura, sino “duda” que las plantas sean sensibles. “Un grupo pequeño considera que es probable” que lo sean. ¡Increíble! Esta clase de “razonamiento” es la consecuencia lógica del ateísmo y el distanciamiento de Dios. ¿Debemos comenzar a considerar los sentimientos de la hierba antes que pongamos un pie en el césped frontal de nuestra casa? Si esta clase de gente llega a vencer su duda actual y se convence que las plantas realmente sienten, las plantas tomarán su lugar merecido como “parte de la comunidad moral”.
Ellos van más lejos. “La opinión de la mayoría es que requerimos justificación para estorbar el desarrollo de las plantas” (p. 17). Así que, debemos justificarnos delante de una planta antes que la “estorbemos”. En cuanto a la “posesión de plantas”, la mayoría del comité cree que las plantas están “excluidas por razones morales de la posesión absoluta. Debido a esta interpretación nadie puede controlar a las plantas completamente según sus deseos” (p. 20). Entonces, si vive en Suiza, su planta en la maceta de su cocina está protegida legalmente. Usted puede pensar que es su posesión y que puede hacer con ella como desee, pero no puede hacerlo. Y, lógicamente, si la trata mal (olvida darle agua las veces que debe hacerlo, o le da demasiada agua, no le provee luz solar adecuada o provee demasiada luz solar), puede ser acusado de abuso a las plantas. Me pregunto si los viveros de plantas en Suiza necesitarán proveer instrucciones, con cada planta que venden, de cómo respetar el derecho de las plantas.
Pero, note que si alguien tiene una “buena razón”, entonces no es erróneo “matar” a una planta. Pero ¿por qué debería importar si alguien tiene una buena razón o no? Si es erróneo destruir a las plantas, ¿por qué no se dice esto directamente? ¿Por qué la escapatoria? Si las plantas tienen tantas similitudes biológicas con los humanos en el nivel celular, y no es aceptable matar a los seres humanos, ¿por qué sería aceptable “matar” a las plantas? Los liberales dicen que incluso no deberíamos matar a los seres humanos cuando cometen crímenes atroces que merecen la muerte. También se censura matar a otros durante una guerra. El único homicidio humano que parece ser aceptable es la eutanasia y el aborto, pero, no es probable que el comité apruebe el aborto de plantas. Probablemente se reunirán alrededor de una planta para mantenerle con vida en vez de darle fin. Así que, ¿por qué permitir la destrucción de una planta en absoluto? La razón es que, sin esto, ¿qué comeríamos? Los vegetarianos desaprueban el consumo de animales. Insisten que deberíamos excluir la carne de nuestra dieta. Pero ahora también se está desaprobando la destrucción de plantas. ¿Qué nos queda para comer? ¿Insectos y tierra? ¿Deberíamos convertirnos en animales carroñeros y comer solamente cosas muertas, como animales muertos en la carretera o plantas descompuestas? Imagine a una docena de seres humanos hambrientos alrededor de un árbol, esperando que una manzana “muera” al caer de un árbol. Note la hipocresía. “Es malo destruir a las plantas”—hasta el punto al cual realmente nos afecte. Si los defensores de plantas y paladines de las flores realmente sintieran amor verdadero y sacrificio hacia las plantas, como pretenden sentir, no comerían plantas o animales en absoluto—así como no comerían a un compañero humano. De hecho, según su razonamiento torcido, no debería incluso comer plantas o animales muertos, ya que hacerlo privaría a las pobres bacterias y microorganismos de su fuente de alimentación. Además, sería una profanación de la memoria de la planta. ¿No le importa esto al comité gubernamental de Suiza? El acto amoroso y sacrificio que los humanos deberían realizar es morir y permitir que la Tierra se ahorre de la interferencia horrible de los seres humanos.
Considere algunas implicaciones. Hablando éticamente, la destrucción arbitraria de una planta ahora se considera moralmente mala, así como la muerte de un bebé humano. Desde luego, para muchos en la sociedad, matar a un bebé, cuando está dentro del cuerpo de la madre, no es éticamente malo. ¡Así que eso implica que las plantas ahora tienen más valor que un bebé humano que está simplemente separado de nosotros por tejidos y fluidos temporales!
Si ahora se coloca a las plantas sobre un pedestal, ciertamente el futuro es poco prometedor. ¿Cuánto tiempo pasará para que se considere moralmente malo podar el césped o recortar sus arbustos? ¿Qué acerca de la “matanza” de árboles para abrir paso a carreteras nuevas, construir casas y edificios o fabricar papel? Lógicamente, se debería prohibir toda clase de uso de madera. Tendríamos que vivir en cabañas hechas de pieles de restos animales o arcilla; aunque otra vez, hacer eso estorbaría a las pequeñas bacterias que habitan en tales cosas. “Matar” a las plantas de algodón para fabricar ropa también sería inaceptable. Los humanos necesitarían permitir que las plantas controlen la sociedad. Otra vez, los humanos necesitaríamos cometer suicidio para proteger el ambiente. Permanecer vivo significaría la sumisión total a la “Madre Tierra” sin ninguna interferencia en absoluto para que no seamos culpables de pecar en contra de ella o tener dominio sobre ella. El progreso tecnológico y económico debería parar abruptamente para que el medio ambiente no sufra daño. Deberíamos eliminar todos nuestros aparatos y avances tecnológicos que usan energía, y deberíamos volver a un tiempo más primitivo. Pero espere. Nunca ha existido tiempo en el cual los humanos no invadieran los límites de su ambiente. De hecho, sería virtualmente imposible no afectar al medio ambiente—incluso si viviera en una cueva y comiera tierra. Los microorganismos residen en la tierra. Incluso respirar afecta a los organismos vivos. ¿No tienen estos organismos y virus microscópicos en el aire que aspiramos hasta nuestros pulmones el derecho de ser incluidos en la “comunidad moral”? Es ridículo incluso tomar tiempo para discutir estas perspectivas.
REFERENCIAS
Willemsen, Ariane, ed. (2008), “La Dignidad de los Seres Vivos con Respecto a las Plantas—Considearción Moral de las Plantas para su Propio Bien” [“The Dignity of Living Beings with Regard to Plants—Moral Consideration of Plants for their Own Sake”], Comité Ético Federal sobre la Biotecnología No-Humana [Federal Ethics Committee on Non-Human Biotechnology] (Berne: Swiss Confederation), abril.
REPRODUCTION & DISCLAIMERS: We are happy to grant permission for this article to be reproduced in part or in its entirety, as long as our stipulations are observed.