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“Partiendo el Pan” el “Primer Día” de la Semana

Mientras que el apóstol Pablo se dirigía hacia Jerusalén cerca al final de su tercer viaje misionero, se reunió con varios discípulos en la ciudad costera de Troas. Aunque él “se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén” (Hechos 20:16), se detuvo en Troas por siete días con otros discípulos (20:4-6). Según Hechos 20:7, “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”. Ya que Lucas indica que Pablo no partió el pan sino hasta después de su lección prolongada y la resurrección de Eutico (20:11), muchos se han preguntado si Pablo y los discípulos participaron de la Cena del Señor el sábado, domingo o lunes. Otros se han preguntado si “partir el pan” en Hechos 20 incluso tiene algo que ver con la Cena del Señor. ¿Qué se puede decir acerca de esto?

Ciertamente, “partir el pan” en los tiempos bíblicos hacía referencia a participar de las comidas comunes. Dios una vez advirtió al profeta Jeremías a no “partir pan” por los muertos (Jeremías 16:7). Jesús “tomó el pan y… lo partió” con los discípulos a quienes apareció en el camino a Emaús (Lucas 24:30,35). Se dice que los cristianos perseveraban y cada día, “partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2:46). Pablo una vez “tomó el pan… y partiéndolo”, instruyó a sus 275 compañeros a bordo de una nave que se dirigía a Italia a comer por su “salud” (Hechos 27:34,35). En tiempos antiguos, “partir el pan” era una figura de expresión conocida como sinécdoque donde la parte (partir el pan) se usaba por el todo (comer una cena común, sin considerar la clase de comida y bebida consumida).

No obstante, en los tiempos del Nuevo Testamento la frase “partir el pan” también se usaba para describir la participación de la Cena del Señor. Jesús instituyó esta cena especial mientras celebraba la Fiesta de los Panes sin Levadura con Sus discípulos poco antes de Su muerte.

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre (Mateo 26:26-29, énfasis añadido).

En 1 Corintios 10:16-17, Pablo abordó el tema de la Cena del Señor con estas palabras: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” (énfasis añadido). Pablo luego recordó a los corintios de la noche en que Jesús instituyó esta fiesta solemne, diciendo: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11:23,24, énfasis añadido). Ya que la parte de esta cena conmemorativa que los cristianos están llamados a guardad involucra realmente el partimiento del pan, se usó la expresión “partir el pan” con referencia a la Cena del Señor en la iglesia naciente (cf. Behm, 1965, 3:730). Así como se usó esta frase como una sinécdoque con referencia a las comidas comunes, también se usó para representar la Cena del Señor (donde se hace referencia al consumo del pan y el jugo de la vid como simplemente el “partimiento del pan”).

Ya que la frase “partir el pan” hace referencia a las comidas comunes y a la Cena del Señor, se debe examinar el contexto de los pasajes para averiguar a qué se hace referencia. Por ejemplo, ya que en Hechos 2:42 “partir el pan” se lista con otras actividades religiosas realizadas por la iglesia tales como enseñar, orar y confraternizar (del griego koinonia, que puede incluir varios aspectos de “participación unida” incluyendo ofrendas voluntarias en el primer día de la semana—cf. Romanos 15:26; 2 Corintios 9:13; 1 Corintios 16:1,2; vea Jackson, 2005, p. 31), se puede concluir lógicamente que “el partimiento del pan” hace referencia a la participación cristiana de la Cena del Señor. [El uso del artículo en este versículo también deja la impresión que se está considerando un evento particular, en vez de una cena común donde se sirve “comida” (griego, trophe, una palabra que nunca se usa con referencia a la Cena del Señor—Barnes, 1956, p. 59) con el propósito de nutrición (e.g., Hechos 2:46; cf. 1 Corintios 11:33,34)].

Pero ¿qué acerca del uso de la palabra “partir el pan” en Hechos 20:7? ¿Qué indicadores textuales garantizan que la frase en este pasaje se debe entender como la Cena del Señor? Primero, el término “partir el pan” es un infinitivo aoristo activo (Robertson, 1997). Ya que los infinitivos en el griego denotan el objetivo o propósito de la acción para el verbo principal (cf. Mounce, 1993, p. 298), podemos saber que Pablo, Lucas y los discípulos en Troas se reunieron principalmente con el propósito de “partir el pan”. Cuando se procesa esta información a la luz del hecho que Pablo había escrito anteriormente a la iglesia en Corinto implicando que el propósito para que ellos se reunieran era participar de la Cena del Señor (en una manera ordenada—1 Corintios 11:20,33), entonces el pasaje en Hechos 20 tiene mucho más sentido: “partir el pan” era (o a lo menos incluía) participar de la Cena del Señor. Además, Pablo permaneció en Troas siete días a pesar que estaba apresurado por llegar a Jerusalén antes de Pentecostés (lo cual estaba aproximadamente a 31 días, 10 paradas y 1,000 millas de distancia—cf. Hechos 20:6,13-16; 21:1,3,7,8,15). ¿Por qué permanecer en Troas por siete días? Esto no fue solamente para comer una simple cena con los santos. En cambio, Pablo deseó adorar con la iglesia en Troas “el primer día de la semana”, lo cual incluía observar la “comunión” con ellos (1 Corintios 10:16).

Pero ¿realmente Pablo y la iglesia en Troas observaron la Cena del Señor el domingo? Primero, es posible que el pan que Pablo partiera después de pasar toda la noche predicando y hablando fuera parte de una cena común que hubiera recibido con gratitud antes de comenzar su largo viaje a Jerusalén. Sin embargo, cuando se examina cuidadosamente la terminología de Lucas en Hechos 20:11, parece que Pablo comió dos comidas separadas con los discípulos: la Cena del Señor primero (“partido el pan”), seguida por una comida común (“y comido”). Esta última expresión (“y comido”, griego geusamenos) “no se usa en ningún lugar con referencia a la celebración de la Cena, mientras que en Hechos 10:10 se aplica a participar de una cena común” (Jamieson, 1997). La expresión anterior (“partido el pan”) tiene el artículo griego antes de “pan” y parece denotar simplemente la celebración de la Cena del Señor; expresando Hechos 20:7 la intención de hacerlo, pero sin expresar realmente el mismo acto” (Jamieson, 1997; cf. Robertson, 1997; Woods, 1976, pp. 67-70; Wycliffe, 1985).

Entonces, si Pablo esperó para “partir el pan” hasta después de la medianoche (20:7,11), ¿no hubiera participado de la Cena del Señor el lunes en la mañana? Sea que la conmemoración fuera observada antes o después de la medianoche, podemos estar seguros que se realizó el domingo, ya que “el primer día de la semana” los discípulos se reunieron para “partir el pan”. La razón por la cual participar de la Cena del Señor después de la medianoche hubiera sido una conducta aceptable para muchos cristianos es porque todavía se aceptaba ampliamente el método judío de calcular el tiempo. Los judíos y los romanos usaban diferentes estándares para calcular las horas del día; y aunque ambos sistemas dividían el día en dos periodos de doce horas, para los romanos el día comenzaba a la medianoche (cf. Pliny, s.d., 2:79), mientras que para los judíos comenzaba al anochecer y duraba hasta el atardecer del siguiente día. Lucas, así como Mateo y Marcos, usó el método judío para su relato del evangelio y su libro de los Hechos (cf. Lucas 23:44; Hechos 2:15; 23:23; cf. también Juan 19:14; 20:1,19). Por ende, la predicación de Pablo antes de la medianoche corresponde a nuestra noche del sábado, pero era el comienzo de su “primer día”. Sea que ellos participaran de la Cena del Señor la noche del primer día o la mañana del primer día, se observó en el día adecuado, el día en que Jesús se levantó de la tumba (Lucas 24:1)—el primer día de la semana.

Los cristianos deberían considerar un privilegio y honor observar la Cena del Señor (1 Corintios 11:22) y tener comunión con el Señor y Su pueblo (1 Corintios 10:16,17). Tristemente, algunos en el siglo veintiuno pueden intentar justificar la observancia de esta cena sagrada en alguna ocasión distinta al primer día de la semana al aseverar que los cristianos antiguos la observaron el sábado en la noche o el lunes en la mañana. No obstante, lo que es importante recordar es que los discípulos antiguos se reunieron el primer día de la semana para observar esta fiesta conmemorativa. En el primer siglo, cuando el método judío de calcular el tiempo era aceptado ampliamente, el primer día comenzaba en lo que nosotros llamamos sábado al anochecer y terminaba el domingo al atardecer. En el siglo veintiuno, la mayoría de la gente (si es que no toda) calcula el tiempo desde la medianoche hasta la medianoche. Ya que Dios no especificó qué método utilizar, pero si especificó el día numérico de la semana en el cual se debe participar de la Cena del Señor, los cristianos deben acatarse a los estándares de tiempo del lugar donde residan.
[Para una investigación concerniente a la participación de la Cena del Señor cada primer día de la semana, vea Miller, 2003]

REFERENCIAS

Barnes, Albert (1956), Notes on the Old and New Testaments: Acts (Grand Rapids, MI: Baker).

Behm, Johannes (1965), “klao, klasis, klasma,” Theological Dictionary of the New Testament, ed. Gerhard Kittel (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Jackson, Wayne (2005), The Acts of the Apostles: From Jerusalem to Rome (Stockton, CA: Christian Courier Publications).

Jamieson, Robert, et al. (1997), Jamieson, Fausset, Brown Bible Commentary (Electronic Database: Biblesoft).

Miller, Dave (2003), “Domingo y la Cena del Señor,” [En-línea], URL: https://apologeticspress.org/espanol/articulos/646.

Mounce, William D. (1993), Basics of Biblical Greek (Grand Rapids, MI: Zondervan).

Pliny the Elder, The Natural History, trans. Bostock and H.T. Riley, [En-línea], URL: http://www.perseus.tufts.edu/cgi-bin/ptext?lookup=Plin.+Nat.+2.79.

Robertson, A.T. (1997), Robertson’s Word Pictures in the New Testament (Electronic Database: Biblesoft).

Woods, Guy N. (1976 reprint), Questions and Answers (Henderson, TN: Freed-Hardeman College).

Wycliffe Bible Commentary (1985), Electronic Database: Biblesoft.


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