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Otra Señal Triste de la Destrucción del Matrimonio

Según un estudio de estadísticas realizado por The New York Times, más mujeres están viviendo sin un esposo que antes. En el año 2005, 51 por ciento de las mujeres dijeron que estaban viviendo sin un esposo, en comparación a 35% en 1950 y 49 por ciento en 2000 (Roberts, 2007). Aunque la interpretación de las estadísticas puede ser cuestionada, las fuerzas anti-cristianas rápidamente mostraron su satisfacción al denigrar el matrimonio “tradicional”. Un observador insistió: “Esta es solo otra de las señales inexorables que indican que no hay marcha atrás a un mundo donde se puede asumir que el matrimonio es la institución principal que organiza las vidas de las personas” (Roberts). Otro anotó que la estadística refleja “la culminación de tendencias post-1960 que están asociadas con la independencia superior y los estilos de vida más flexibles para las mujeres” (Roberts). Y otro afirmó que “es simplemente un engaño construir la política social o hacer decisiones personales en la vida sobre el fundamento que se puede contar en que la gente pase la mayor parte de sus vidas adultas en el matrimonio” (Roberts).

Los que se mofan del plan de Dios en cuanto al matrimonio y desean su desaparición en la sociedad se encuentra en ruina racional y moral. Con el matrimonio en crisis, la misma fundación de la civilización es socavada. El único camino sano y adecuado es regresar a las directrices del Creador. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmos 127:1). “Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud” (Proverbios 5:18). “El que turba su casa heredará viento” (Proverbios 11:29). “La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos” (Proverbios 12:4). “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba” (Proverbios 14:1). El consejo sabio de un apóstol inspirado debería ser el estándar:

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia (Efesios 5:22-29).

REFERENCIAS

Roberts, Sam (2007), “51% of Women Are Now Living Without Spouse,” The New York Times, January 17, [En-línea], URL: http://www.nytimes.com/2007/01/16/us/16census.html?pagewanted=1&ei =5087%0A&em&en=b7ae06a6d6c46fb5&ex=1169182800.


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