Obviamente No es Parte de la Biblia
Después del estreno del libro más vendido, El Código Da Vinci, surgieron preguntas en cuanto a ciertos “libros perdidos” de la Biblia. Algunos quieren saber por qué los libros que encontramos en la Biblia están allí, y por qué otros no lo están. La respuesta simple para esta pregunta es que se puede probar que los 66 libros de la Biblia son inspirados por Dios, mientras que no se puede probar que los otros hayan venido de Dios.
Algunos libros alegan ser parte de la colección divina—libros tales como el Evangelio de Nicodemo, los Evangelios de la Infancia, El Protoevangelio, 1 y 2 Clemente, Pastor de Hermes, etc. Algunos de estos libros apócrifos reclaman ser “adiciones” de los relatos del evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Otros reclaman ser epístolas de hombres como Bernabé y Pablo. Pero al mirar brevemente algunos pasajes de estos escritos llegamos a darnos cuenta de algunas razones más obvias de por qué estos libros no llegaron a incluirse en el canon bíblico.
En el primer Evangelio de la Infancia, se describe a Jesús como un jovencito que hace cosas impresionantes. En una ocasión, mientras jugaba con otros jovencitos, los compañeros de juego de Jesús corrieron y se escondieron de Él. Al encontrarles escondidos en un horno, les convirtió en cabras. Las mujeres que miraban la escena rogaron a Jesús que convirtiera a las cabras otra vez en niños, lo cual Él rápidamente hizo (1 Infancia 17:10 en Los Libros…, 1979, p. 54). Alrededor de dos capítulos después, 1 Infancia declara: “En otra ocasión, cuando el Señor Jesús venía a casa en la noche con José, se encontró con un jovencito que corrió muy bruscamente contra él, tanto que le lanzó al suelo. A este jovencito el Señor dijo, Como me has hecho caer, así caerás, nunca te levantarás. Y en ese momento el jovencito cayó y murió” (1 Infancia 19:22-24 en Los Libros…, p. 57). Las narraciones como estas contradicen directamente la personalidad de Cristo que se presenta en los evangelios canónicos, y son evidencia de falta de inspiración divina en tales trabajos.
Jesús no convirtió a sus compañeros de juego en cabras; tampoco mató a niños que se cruzaban bruscamente con Él. Dios tampoco permitió que algún libro pertinente fuera descartado del canon de la Escritura. Ciertamente, “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” se pueden encontrar en los 66 libros inspirados de la Biblia.
REFERENCIAS
Los Libros Perdidos de la Biblia [The Lost Books of the Bible] (1979), (Nueva York: Random House).
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