Observación Indirecta
A menudo se presenta la idea que la creación del Universo no es “científica” ya que no se puede probar que existe un Creador sobrenatural usando instrumentos y procedimientos científicos modernos. Eugenie Scott, la Directora Ejecutiva del Centro Nacional por la Educación Científica, proponente ávida de la evolución y oponente directa de la creación, ha expresado precisamente tales sentimientos: “El enunciado fundamental del creacionismo—que el presente universo existió como resultado de la acción o acciones de un Creador divino—está por ende fuera de las capacidades de la ciencia como para probarlo” (2004, p. 19). Supuestamente, ya que Dios no puede ser “controlado” en un experimento, y ya que Él es sobrenatural, un Ser no-físico, entonces cualquier información que involucra tal Dios no puede ser considerada “científica”.
Sin embargo, es interesante notar que Scott hace algunos reconocimientos muy pertinentes cuando se trata de las maneras en que los científicos reúnen información y formulan sus teorías. En su discusión acerca de la colección de información, ella señaló que algo de la información científica es reunido de la observación indirecta. Ella declaró:
En algunos campos, no solamente es imposible controlar directamente las variables, sino los fenómenos mismos pueden no ser observables directamente. A menudo se utiliza un diseño de investigación conocido como experimentación indirecta en tales campos. Se pueden probar las explicaciones incluso si los fenómenos que se estudian están demasiado lejos, son demasiado pequeños o están demasiado atrás en el tiempo para observarlos directamente. Por ejemplo, se han descubierto recientemente planetas gigantes que orbitan estrellas distantes—aunque no podemos observarlos directamente (2004, p. 6, itálicas en original).
Ella procedió a sugerir que ya que sabemos que los planetas grandes tendrían una fuerza gravitacional muy grande, y ya que vemos estrellas distantes “tambaleándose” como si hubieran sido atraídas por gravitación planetaria, entonces podemos saber que “estos planetas gigantes sí existen”, e incluso podemos estimar sus tamaños.
Entonces, vamos a analizar lo que la Sra. Scott sugiere: (1) existen algunas cosas en este mundo que no podemos observar directamente; (2) no podemos hacer exámenes o experimentos en los mismos objetos; (3) no podemos verlos, gustarlos, oírlos, olerlos o tocarlos. Pero podemos saber que existen debido al hecho que podemos ver sus efectos en las cosas.
Una razón por la cual Scott está forzada a admitir la legitimidad de la observación indirecta es el hecho que la evolución no puede ser probada directamente. Ella admite: “Ciertamente, ningún paleontólogo ha observado alguna vez a una especie evolucionando en otra, pero como hemos visto, una teoría puede ser científica incluso si sus fenómenos no son observables directamente” (2004, p. 14). Según Scott, no podemos observar a la evolución en acción por sí misma, pero podemos mirar los efectos que ha dejado en el registro fósil y otras áreas y llamarla una disciplina “científica”.
Puede llegar a ser un poco sorprendente para el lector que la explicación de la Sra. Scott de la experimentación indirecta es casi idéntica a la evidencia dada por el apóstol Pablo para la existencia de un Creador omnipotente: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20). Pablo estaba diciendo simplemente que la población general no podía observar directamente al Creador, pero los efectos que el Creador causa en este Universo observable están tan directamente enlazados a Sus habilidades omnipotentes que aquellos que rechazan reconocer Su existencia no tiene excusa.
¿Podemos mirar a este Universo y ver la maquinaria biológica compleja que demanda una mente supervisora? Sí. ¿Podemos ver las cualidades de la materia y la energía en relación a la Primera y Segunda Ley de la Termodinámica y saber que la materia no puede ser eterna y debe haber tenido un punto de comienzo? Absolutamente. ¿Es posible localizar sistemas irreduciblemente complejos en la naturaleza que no pudieran haber evolucionado, sino deben haber sido diseñados por una inteligencia que sobrepasa grandemente cualquiera y toda inteligencia humana? Efectivamente. Entonces muy confiadamente como la Sra. Scott reconoce que mucha información científica viene de la observación indirecta, un pensador racional debe reconocer la posibilidad y legitimidad de obtener información acerca del Creador de la misma manera.
Nosotros podemos ver fenómenos que sabemos que deben ser causados por una mente—tales como computadoras, carros y casas. Por tanto, podemos estudiar las características que demuestran que estos fueron causados por una mente y buscar esas mismas características en la naturaleza. Cuando lo hacemos, encontramos evidencia abundante que una Mente debe haber estado involucrada en el Universo para provocar los efectos físicos que observamos directamente. En verdad, la Creación es la explicación más racional y científica para el Universo material que vemos.
REFERENCIAS
Scott, Eugenie (2004), Evolution vs. Creationism: An Introduction (Los Angeles, CA: University of California Press).
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