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Nunca es Suficiente

“¿Cómo puede alguien rehusar creer en Dios ante tanta evidencia que prueba Su existencia?”. En mis viajes y experiencias enseñando evidencias cristianas, a menudo surge esta pregunta. Muchos que oyen por primera vez la evidencia para la existencia de Dios, la inspiración de la Biblia y la deidad de Cristo, simplemente no pueden entender que alguien pudiera negar esta evidencia y sostener una posición ateística o agnóstica. ¿Por qué el peso de esta evidencia no persuade a los que la oyen para que lleguen a creer en Dios y en la Biblia?

La respuesta simple para esta pregunta es que algunos han decidido no creer en la verdad acerca de Dios y la Biblia a pesar de la cantidad de evidencia que se les presente. La historia de la resurrección de Lázaro provee una ilustración bíblica perfecta de esta actitud. En Juan 11, la Biblia registra los hechos concernientes a uno de los milagros más espectaculares de Jesús. Su amigo Lázaro, un habitante de la ciudad de Betania, llegó a enfermarse y morir. El cuerpo del hombre muerto fue sepultado en una tumba y permaneció allí por cuatro días. María y Marta, las hermanas de Lázaro, estaban entristecidas profundamente por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a la ciudad, Él pidió que se le llevara a la tumba. Luego pidió que removieran la piedra que cubría la entrada. María intentó disuadir a Jesús al informarle que el cuerpo muerto de su hermano había estado en la tumba por cuatro días, y que estaría descomponiéndose a tal punto que su cuerpo olería mal. Sin embargo, mostrando el gran poder de Dios sobre la muerte, Jesús llamó a Lázaro de la tumba, y él salió vivo.

Al resucitar a Lázaro, Jesús proveyó la evidencia que probaba Su reclamación de deidad. Esta evidencia hubiera sido suficiente para que cualquier observador honesto concluyera que Jesús venía de Dios. De hecho, los líderes judíos admitieron que Jesús hacía muchos milagros (Juan 11:47). A causa de esas señales, ellos tenían miedo que toda la gente creería en Jesús si Él continuara Su ministerio. Entonces, ¿cuál fue la reacción de ellos ante los milagros que Jesús realizaba? En Juan 12:10-11, la Biblia dice: “Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús”.

Estos líderes malvados de ninguna manera fueron motivados a evaluar honestamente la evidencia y creer en Jesús. De hecho, con el fin de que otros no lo hicieran, consideraron matar a un hombre inocente—Lázaro—simplemente porque su vida proveía evidencia convincente de la deidad de Jesús. Ellos sabían que Jesús le había levantado de los muertos, pero no permitieron que esta evidencia alterara sus creencias y acciones predeterminadas. Hoy sucede lo mismo. Los que rechazan aceptar la evidencia convincente que prueba la existencia de Dios, la inspiración de la Biblia y la deidad de Cristo lo hacen basados en la irracionalidad predeterminada y no en una evaluación honesta de los hechos. Por esta razón Pablo señaló que los que niegan la existencia de Dios no tendrán “excusa” en el Día del Juicio (Romanos 1:20).


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