¿Negó Cristo la Perfección Moral?
Cerca del final del ministerio terrenal de Jesús, un joven rico (cuyo nombre permanece anónimo) vino corriendo donde Jesús con una pregunta urgente. Cuando finalmente le alcanzó, el joven se postró humildemente delante de Cristo y preguntó. “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17). Antes que Jesús respondiera a la pregunta del joven, dijo, “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios” (Marcos 10:18). Jesús entonces procedió a responder la pregunta del joven rico al instruirle que guardara los mandamientos de Dios.
¿Qué quiso decir Jesús cuando declaró que “ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios”? ¿Quería decir la pregunta de Jesús que nadie aparte de Dios debía ser llamado “bueno”? ¿Preguntó Jesús (“¿Por qué me llamas bueno?”) porqué Él no creía que era bueno en el sentido de que solo Dios es bueno? Los escépticos señalan que Jesús estaba negando la perfección moral—que Él no era realmente Dios en la carne como muchos han afirmado (cf. Mateo 16:16; Juan 20:28; etc.). ¿Cuál es la verdad?
Primeramente, Jesús no estaba enseñando que no podemos describir a otros usando el adjetivo “bueno”. Si fuera así, esto contradijera no solamente los enunciados de Jesús, sino también el resto de la Escritura. El salmista declaró que el hombre que “tiene misericordia, y presta” es un “hombre de bien” (Salmos 112:5). El sabio Salomón dijo que el que deja “herederos a los hijos de sus hijos” es “bueno” (Proverbios 13:22). En su historia de la iglesia antigua, Lucas registró que Bernabé “era varón bueno” (Hechos 11:24). Incluso Jesús declaró antes de Su encuentro con el joven rico que “el hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas” (Mateo 12:35). Por ende, claramente cuando Jesús habló al joven rico no estuvo usando “bueno” en el sentido de un hombre que es “bueno”. En cambio, Él estuvo usando esta palabra en el sentido que Dios es “supremamente bueno”. La clase de bondad a la cual se refería le pertenecía solamente a Dios.
Correcto. Entendemos que Jesús no quiso decir que debemos eliminar la palabra “bueno” de todas las conversaciones a menos que describan a Dios. Pero ¿implicó Cristo que Él no era Dios o que no era moralmente perfecto? No. Jesús indicó en muchas otras ocasiones que Él era Dios (cf. Marcos 14:62; Juan 9:36-38; 10:10; etc.), y por ende Sus enunciados registrados en Marcos 10:17-22 (así como en Mateo 19:16-22 y Lucas 18:18-23) ciertamente no tuvieron la intención de desacreditar Su deidad. Además, la Biblia revela que Jesús nunca pecó—i.e., Él fue moralmente perfecto. Él “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Jesús “no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22). En Su conversación con el joven rico, Jesús no quiso negar Su deidad, sino estuvo realmente aseverando que era Dios (y por ende moralmente perfecto). Jesús simplemente quería que este joven apreciara el significado del título que había empleado y que se diera cuenta a Quién estaba hablando. En resumen, las palabras de Cristo pudieran ser parafraseadas así: “¿Sabes el significado de esta palabra con la cual me calificas y la cual usas tan libremente? No hay nadie bueno, sino Dios. Si usas ese término para referirte a mí, y entiendes lo que dices, afirmas que soy Dios” (Foster, 1971, p. 1022).
Sí, Jesús es realmente el Hijo de Dios. Él clamó esto (Juan 10:30). Sus obras testifican de esto (Juan 20:30,31). Sus amigos confesaron esto (Juan 20:28). Y muchos de Sus enemigos finalmente lo admitieron (Mateo 27:4,54; Hechos 6:7).
REFERENCIAS
Foster, R.C. (1971), Studies in the Life of Christ (Grand Rapids, MI: Baker).
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