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¿Me Está Hablando Dios?

Entre los que profesan creer que la Biblia es la Palabra de Dios, ha llegando a ser una práctica común evitar ciertos mandamientos bíblicos. Ellos lo hacen a causa de la idea que tales mandamientos fueron específicamente para las personas al tiempo de la escritura, y que no tienen aplicación más amplia para nosotros que leemos el texto en el tiempo moderno. Por ejemplo, un grupo religioso formó un comité en 1992 para investigar los pasajes bíblicos que abordan la homosexualidad. Uno de los cuatro principios por los cuales el comité pudo llegar a un consenso fue la siguiente declaración: “Las 7 referencias a la homosexualidad en la Biblia representan la cultura antigua y no la voluntad de Dios. No se las puede considerar como definitivas” (Robinson, 2005). Entonces, la idea es que Dios realmente no nos está hablando, sino que estuvo hablando solamente a “aquella” gente antigua.

Jesús abordó esta misma idea. En una ocasión memorable, los saduceos vinieron a Jesús, tentándole con preguntas en cuanto a la resurrección. En sus mentes, ellos habían creado un escenario irrefutable. Ellos preguntaron, Si una mujer tuvo siete maridos en esta vida, ¿de quién sería esposa en la resurrección? Conociendo su maldad y su ignorancia de las Escrituras, Jesús explicó que “en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento” (Mateo 22:30). Luego dijo a los saduceos, “Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mateo 22:31-32, énfasis añadido).

Note que Jesús estuvo citando a los saduceos un segmento de la Escritura que pertenece al Pentateuco (Éxodo 3:6). Se escribió el texto casi 1,500 años antes que este grupo de saduceos incluso existiera. En el texto, Dios estuvo hablando directamente a Moisés, quien tuvo una cultura muy diferente a la de los judíos del primer siglo. Sin embargo, aunque existía una brecha grande de tiempo y diferencias culturales, Jesús claramente afirmó que Dios estuvo hablando a Su audiencia del primer siglo.

Se puede aprender varias lecciones del enunciado de Jesús. Primero, debemos darnos cuenta que Dios nos habla a través de Su Palabra inspirada, así como habló a los saduceos 2,000 años atrás. Segundo, aunque es cierto que se debe analizar algunas cosas en la Escritura dentro de un marco cultural y que se debe reconocer la diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, es extremadamente peligroso descartar mandamientos y principios rectores divinos a causa de la idea que no se aplican a nosotros. Aunque nuestra cultura se puede apartar grandemente de las enseñanzas bíblicas, esas enseñanzas no han cambiado y no cambiaran debido a las tendencias culturales que cambian continuamente. Independientemente de los cambios culturales, nunca será correcto descartar los mandamientos de Dios en cuanto a la homosexualidad u otros pecados a causa de la idea que esos mandamientos fueron solamente para alguien más en otro tiempo. Como el salmista escribió hace mucho acerca de Dios, “La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia” (Salmos 119:160). Si quiere escuchar a Dios hoy, abra su Biblia.

REFERENCIAS

Robinson, B.A. (2005), “The United Methodist Church and Homosexuality: Conference Decisions”, [En-línea], URL: http://www.religioustolerance.org/hom_umc6.htm.


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