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Me Debería Dar Vergüenza que te Burles de Mí Otra Vez

Los evolucionistas son famosos por hablar autoritativamente, decisivamente y vehementemente en cuanto a la supuesta “prueba” de la evolución. Pero una y otra vez, a través de los años, la evidencia ha forzado a los evolucionistas a retractarse de sus declaraciones, corregir sus conclusiones prematuras y alterar las mismas declaraciones que anteriormente insistieron que probaban su caso y desaprobaban a Dios y al relato bíblico de la creación. Los mismos evolucionistas han rechazado los argumentos que se presentaron a favor de la evolución durante el proceso infame de Scopes. En efecto, desde Darwin en adelante, la teoría evolutiva ha manifestado una historia precaria larga de más de un siglo de modificación, alteración, abandono, corrección y especulación interminable. Desde los así-llamados “órganos vestigiales”, las mariposas nocturnas salpicadas y la supuesta recapitulación embrionaria de Haeckel hasta el hombre de Neandertal, Jaba, Nebraska y Piltdown—todos se han desacreditado décadas atrás. Para el tiempo que sus teorías se comenzaban a infiltrar en los libros escolares de texto donde estas ideas se implantaban en las mentes jóvenes como hecho científico, los evolucionistas ya estaban cambiando sus pensamientos y defendiendo conclusiones alternativas con la misma certitud y fervor con que habían presentado sus puntos de vista ahora desacreditados. ¡Y este proceso se ha estado repitiendo por más de un siglo!

Existe un viejo dicho: “Te debería dar vergüenza que te burles de mí una vez; pero me debería dar vergüenza que te burles de mí otra vez”. Una persona honesta con inteligencia razonable no puede ser burlada por siempre. Tarde o temprano concluirá que lo que se revende como “ciencia” es, realmente, superstición. Lo que se declara como “cierto” es, realmente, simple especulación. Y lo que se promueve como “hecho científico” es, realmente, simple prejuicio y opinión personal. Si la intelectualidad científica no ha podido encontrar la prueba deseada después de 150 años de esfuerzo constante por validar la Teoría de la Evolución, ¿no es tiempo de abandonar esta noción como completamente, inherentemente e innegablemente errónea? ¿No ha llegado el tiempo de regresar a la única explicación sensata, plausible y científicamente armoniosa para la existencia del Universo y todo lo que hay en él? “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos 53:1). El hecho sigue siendo que “[l]os cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1). “Él mandó, y fueron creados” (Salmos 148:5). “Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos” (Salmos 100:3). “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).


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