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Más Problemas para la Supuesta Evolución Humana

La mayoría de nosotros recuerda ver las ilustraciones en los libros de texto de ciencia. La evolución del hombre se describe en varias etapas “bien-documentadas”, desde un antepasado similar al simio hasta el moderno Homo sapiens. Esta progresión gradual de una criatura “como-simio-hasta-el-hombre”, reafirmada en los libros de ciencia por las cuatro a cinco décadas pasadas, expuesta en museos de historia natural e indoctrinada a varias generaciones, está llegando a ser atacada fuertemente—y no solo por los creacionistas.

En el año 2000, la renombrada paleontóloga Meave Leakey y sus co-trabajadores descubrieron dos fósiles en Kenia. El equipo hizo un reportaje acerca de los fósiles en la edición de agosto de la revista Nature (448[7145]:688-691). Los fósiles que Leakey encontró supuestamente fueron de los ancestros humanos llamados Homos erectus y Homo habilis. Muchos en la comunidad científica suponían que el Homo habilis era el ancestro humano que evolucionó en el Homo erectus, el cual evolucionó hasta convertirse en un ser humano. Sin embargo, Leakey y otros reportaron que el cráneo que encontraron del Homo erectus estaba a distancia cercana de una mandíbula superior del Homo habilis (Borenstein, 2007). Por ende, el nuevo hallazgo sugiere a la comunidad científica que el Homo habilis no evolucionó en el Homo erectus, eliminando otro personaje clave del gráfico progresivo de la evolución del hombre.

¿Qué reacciones ha causado este nuevo hallazgo? Borenstein escribió que esto “abre brechas en la teoría principal de la evolución temprana del hombre—la que indica que una especie evolucionó de otra” (2007). Fred Spoor, un co-autor del artículo en Nature, dijo que los nuevos fósiles pintan un “árbol evolutivo que luce caótico en vez de la marcha heroica que puede ver en los dibujos de un ancestro común que evoluciona en una forma intermedia y que finalmente llega hasta nosotros” (citado en Borenstein, 2007). Borenstein también entrevistó a Bill Kimbel, director científico del Instituto de Orígenes Humanos en la Universidad del Estado de Arizona. Kimbel señaló que la antigua idea de la evolución humana “es demasiado simple y continúa revisándose”. También señaló que la comunidad científica evolucionista “solía pensar que el Homo sapiens evolucionó de los neandertales. Pero ahora sabemos que ambas especies vivieron durante el mismo periodo de tiempo y que nosotros no venimos de los neandertales” (2007).

Obviamente el observador imparcial puede notar que hay algo terriblemente erróneo con la teoría de la evolución humana. Se supone que durante millones de años las criaturas como-simios que caminaban en sus nudillos evolucionaron hasta convertirse en humanos que caminan recto y que son inteligentes. Cuando pedimos evidencia de tal idea, se nos dice que el registro fósil verifica las varias etapas de la evolución, y la comunidad evolucionista es lo suficientemente graciosa para proveer dibujos que describen las etapas que la evidencia fósil supuestamente documenta. Pero cuando comenzamos a analizar la información detrás de las caricaturas, se nos dice, “Oh, no estamos seguros que la criatura parecida al simio tuvo algo que ver con la evolución humana”. O se nos dice, “Bueno, los que vivieron al mismo tiempo no pudieron haber evolucionado el uno del otro”.

Entonces, ¿qué se nos pide que hagamos con este árbol humano evolutivo, cambiante y redefinido? Se nos pide que simplemente confiemos que los humanos realmente evolucionaron y que no nos preocupemos de los “detalles” de cómo pasó. Susan Anton, otra co-autora del reporte de Leakey, dijo que ella cree que los “anti-evolucionistas” usarán la nueva información para atacar a la evolución, pero dice que eso sería un error. “Esto no cuestiona en absoluto la idea de la evolución; solamente está refinando los puntos específicos. Este es un gran ejemplo de lo que la ciencia hace y la religión no hace. Este es un proceso continuo y auto-examinante” (citado en Borenstein, 2007).

Considere el enunciado de Anton. Se nos dice que los humanos evolucionaron de criaturas como-simios, dándose como evidencia una serie de supuestos ancestros, luego se nos dice que estos no son ancestros en absoluto, pero sin embargo, se nos dice que deberíamos creer todavía en la evolución humana. Lo cierto es que los humanos no evolucionaron de los mamíferos inferiores, y la “evidencia” que constantemente se “refina” es tan tenue que un simple cráneo y una mandíbula pueden reescribir un árbol familiar completo que los científicos evolucionistas han creado, gastando millones de dólares, empleando miles de horas de trabajo y medio siglo. El material en los libros de ciencia de 50 años atrás es inútil y obsoleto, pero al tiempo de su impresión fue vendido como la evidencia irrefutable para la evolución humana. El material en el libro de texto de mañana estará en la misma condición lamentable en otros 40 años. Por ende, tenemos un ciclo vicioso y continuo en que la idea de la evolución humana se basa en material que se refuta constantemente, pero se dice que el más reciente es el “verdadero”. ¿Cuándo dará la comunidad científica un vistazo retrospectivo honesto a la historia vergonzosa de su amada teoría de la evolución humana y reconocerán el ciclo deshonesto en que están atrapados? Como un crítico escribió: “Estas personas no saben quién engendró a quién, y no pueden decirnos fechas con credibilidad; continúan perdiendo eslabones en brechas y continúan cambiando las cosas, pero esperan que creamos que son los Maestros de la Iluminación cuando nos dicen de dónde venimos” (Homo habilis Contemporary…”, 2007).

No obstante, la Sra. Anton está en lo correcto en algo. A diferencia de la ciencia moderna, la religión verdadera no “refina constantemente los puntos específicos”, alterando completamente la verdad de los enunciados previos. Al contrario, “la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:25).

REFERENCIAS

Borenstein, Seth (2007), “Fossils Challenge Old Evolution Theory”, [En-línea], URL: http://news.yahoo.com/s/ap/20070808/ap_on_sc/human_evolution;_ ylt=Ar1IbU5rxrwuu0f7YDcSgCWs0NUE.

“Homo habilis Contemporary with Homo erectus” (2007), Creation-Evolution Headlines, [En-línea], URL: http://www.creationsafaris.com/crev200708.htm.

Leakey, Meave, et al. (2007), “Implications of New Early Homo Fossils from Ileret, East of Lake Turkana, Kenya”, Nature, 448[7154]:688-691, agosto, [En-línea], URL: http://www.nature.com/nature/journal/v448/n7154/full/nature05986.html.


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