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¿Manos o Muñecas?

En Hechos 12:7, leemos que “las cadenas [de Pedro—MP] se le cayeron de las manos”. ¿No tuviera más sentido decir que las cadenas se le cayeron de sus muñecas (asumiendo que las “cadenas” hacen referencia a todo el aparato de aseguramiento, i.e., cadenas conectadas a las bandas aseguradas a sus muñecas? Los escépticos alegan que esto debe ser un error. ¿Cómo podemos responder?

Este es otro ejemplo de escepticismo desesperado, y además, es muestra del fracaso por apreciar el contexto histórico de la Escritura. En este caso particular, los escépticos ignoran la manera en la cual el uso de la palabra ha cambiado durante miles de años. Con esto no hago referencia a la diferencia en los lenguajes griego y español. En cambio, una palabra griega, y una traducción válida de esa palabra, pueden significar algo diferente para los hablantes antiguos y modernos. [Un ejemplo clásico es la palabra “piedad”. Esta palabra conlleva principalmente el significado de compasión o lástima, sin embargo, uno de sus significados, y el más empleado en el Nuevo Testamento, es la virtud de una devoción correcta ante Dios—MP]. Adicionalmente, las personas de muchas culturas y tiempos han usado diferentes modos o estilos de expresión para ocasiones diferentes. Por ejemplo, nosotros no siempre operamos en el nivel de la precisión científica en la vida diaria (e.g., buscamos tomates en la sección de vegetales del supermercado—aun cuando, hablando técnicamente, el tomate es una fruta).

Aunque los griegos tenían una palabra para muñeca (karpos), nosotros la encontramos solamente en la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento), no en el Nuevo Testamento. Esto puede reflejar un esfuerzo deliberado por preservar el carácter semítico de alguien como Pedro (quien hubiera predicado sobre esta historia de rescate muchas veces), en vez de proveer una versión “desinfectada” para los que hablaban griego fuera de Palestina. De hecho, el lenguaje hebreo del Antiguo Testamento, el cual es un aliado muy cercano del arameo nativo de Pedro, parece carecer de un término específico para esta parte particular del cuerpo. Por ejemplo, Génesis 24:22 indica que el siervo de Abraham dio a Rebeca brazaletes para sus “brazos” (NVI). Esta traducción [como la que traduce “mano”—MP] es muy válida léxicamente, aunque nosotros entendemos que los brazaletes se colocan alrededor de la muñeca. Interesantemente, la VRV no traduce la referencia anatómica en absoluto, sino simplemente considera como entendido que los anillos eran para los dedos y los brazaletes para las muñecas. El Talmud judío tiene una palabra para “coyuntura” que hace referencia a la unión de la mano con el brazo y a la unión del pie con la pierna, pero este grado de exactitud probablemente era necesario solamente para propósitos legales. (Además el Talmud fue escrito mucho más tarde que el Antiguo Testamento).

Por ende, la referencia a las “manos” en Hechos 12:7 puede ser tomada como una referencia a las muñecas. Esto no solamente se implica por la manera en cómo la palabra “cadenas” es usada, sino también se debe considerar la fuerte influencia semítica que la referencia alberga. Nosotros podemos aplicar el mismo entendimiento a Lucas 24:39, donde el Cristo resucitado dijo, “Mirad mis manos”. Según la evidencia médica, los huesos de las manos no pudieran haber soportando tanto peso durante la crucifixión, y por ende es posible que los grandes clavos de hierro fueran atravesados en las muñecas. Como médico, Lucas pudo haber registrado un término más exacto, pero él estaba dedicado a reportar estos incidentes como se le fueron entregados (Lucas 1:1-4). Esta riqueza de la Palabra inspirada de Dios permanece en contraste agudo con la pobreza de la mayoría de acusaciones escépticas en contra suya.


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