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¿Mandó Jesús a Bautizar a Bebés?

Algunos sugieren que ya que Jesús dio la bienvenida a los niños, y dijo, “de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:13-15; Marcos 10:13-16; Lucas 18:15-17), los niños deben ser bautizados de la misma manera que los adultos.

Cristo dijo a los discípulos que no impidieran que los niños vengan a Él, ya que ellos poseen una humildad profunda que los seguidores de Cristo deben desarrollar (vea Deaver, 1985, p. 9). Los adultos deben recibir el Evangelio con la humildad y confianza que son características de los niños (Marcos 10:15; vea Hendriksen, 1975, p. 383), y existen muchas cosas importantes que debemos aprender de los más jóvenes (vea 1 Timoteo 4:12). En este caso, Jesús ciertamente expresó aprecio y afecto por los niños. Pero ¿qué acerca del bautismo?

Jesús no mandó a Sus discípulos a bautizar a los niños. Quien sea que los haya traído delante de Jesús no lo hizo con el propósito de que fueran bautizados (Mateo 19:13). Además, aunque la Biblia registra que los discípulos de Cristo bautizaban a los adultos (Juan 3:22; 4:1,2; vea Lyons, 2007), ésta no registra que ellos bautizaban a los niños. De hecho, los discípulos impidieron en un principio que los niños se acercaran a Jesús, probablemente porque pensaron que los niños “interferían” con uno de los objetivos principales del ministerio de Cristo: bautizar a los adultos penitentes. Si los que trajeron a los niños no pretendieron que fueran bautizados, ¿para qué los trajeron?

Primero, es posible que los que trajeran a los niños vieran un beneficio médico para sus hijos, aunque el texto no implica esto directamente. Mucha gente trajo a sus hijos delante de Jesús para que los sanara de enfermedades. Algunos padres introducen el cristianismo en la crianza de sus hijos solamente cuando sus hijos son afligidos con enfermedades terribles (desde luego, los padres deberían animar a sus hijos en todo momento a aprender acerca de Cristo y vivir de acuerdo a Sus preceptos [vea Proverbios 22:6; Henry, 1706, 1:271]).

Segundo, es posible que aquellos que trajeran a los niños percibieran algún beneficio religioso, espiritual o sobrenatural disponible solamente en la presencia de Jesús. Sin embargo, los que se beneficiaron de la presencia personal de Cristo lo hicieron al oír y aplicar Su mensaje, o al ser sanados de enfermedades. Al tomar a los niños en Sus brazos, Jesús no promovió o aprobó la idea de que algo “místico” pasaba con la gente que simplemente llegaba a Su presencia.

Antes del bautismo, uno debe conocer a Dios (2 Tesalonicenses 1:8; vea Coffman, 1975, p. 186). Si alguien es bautizado de bebé, es bautizado sin creer que Cristo es el Hijo de Dios, sin arrepentirse y sin confesar. No existe registro en el Nuevo Testamento de la administración del bautismo sin creencia, arrepentimiento y confesión (Marcos 16:15,16; Hechos 17:30; Romanos 10:10; vea Coffman, 1984, p. 296). El bautismo es para perdón de los pecados (Hechos 2:38). Los bebés no tienen pecados, por ende no necesitan el perdón de los pecados. Además, cada relato de bautismo en el Nuevo Testamento muestra que la gente que fue bautizada tuvo la opción de rechazar el bautismo, pero los bebés no tienen esa capacidad.

El 18 de diciembre de 1964, el diario New York Times reportó que algunos representantes de la Iglesia Anglicana estaban renunciando al bautismo de bebés ya que, según Richard A. Vick, predicador de la iglesia de San Pablo en Westcliff-on-Sea, realizar el bautismo en bebés es “negar a los adultos el privilegio del bautismo del creyente. Nosotros estamos negando algo esencial para la salvación. [El bautismo de bebés] no es conforme a la palabra de Dios” (More of Clergy…”, 1964).

Los niños deben ser “traídos a Cristo” hoy, i.e., criados en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4), pero ellos no pueden ser bautizados escrituralmente. La responsabilidad de traer a los niños a Cristo descansa en los hombros de los cristianos maduros.

REFERENCIAS

Coffman, James Burton (1975), Commentary on Mark (Abilene, TX: ACU Press).

Coffman, James Burton (1984), Commentary on Matthew (Abilene, TX: ACU Press).

Deaver, Roy C. (1985), “Questions/Bible Answers,” Firm Foundation, 102[19]:9, August.

Hendriksen, William (1975), Exposition of the Gospel According to Mark (Grand Rapids, MI: Baker).

Henry, Matthew (1706), Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible (McLean, VA: MacDonald).

Lyons, Eric (2003), “La Enseñanza Bíblica Sobre el Bautismo—¿Contradictoria o Complementaria?”, [En-línea], URL: https://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/3207.

“More of Clergy Balk at Infant Baptism in Anglican Church” (1964), The New York Times, page 16, December 18.


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