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Los “Días” de la Creación

A menudo se ha sugerido que tal vez los días mencionados en Génesis 1 no fueron periodos literales de 24 horas. Tal vez fueron largos eones de tiempo en los cuales la evolución pudo haber ocurrido. Después de todo, la palabra traducida “día” en Génesis 1 puede tener hasta siete significados diferentes, y en algunas ocasiones puede hacer referencia a un periodo de tiempo más largo que 24 horas. ¿Cuán largos fueron realmente los días de la semana de la creación? ¿Pudieron ser eones largos de tiempo que consistieron de millones o billones de años? No. El autor de Génesis quiso que sus lectores entendieran, con seguridad, que los seis días de la creación fueron periodos literales de 24 horas. Aquí están las razones por las cuales sabemos que esto es cierto.

Primero, el autor definió la palabra “día” (hebreo yōm) para el lector al decir que estaba compuesta por “la tarde y la mañana” (Génesis 1:5). Esta frase, que era la manera común en la cual los hebreos describían un día literal, describe la rotación exacta de la Tierra.

Segundo, cada vez que un numeral precede a la palabra “día” en el Antiguo Testamento en la literatura no-profética (como Génesis 1), siempre significa un periodo literal de 24 horas.

Tercero, cuando la palabra “día” aparece en la forma plural (yamim) en la literatura no-profética, siempre significa un día literal. De hecho, el Antiguo Testamento usa más de 700 veces la palabra yamim en tal manera, y siempre significa un día literal en sus usos no-proféticos. Por tanto, cuando Éxodo 20:11 declara: “Porque en seis días (yamim) hizo Jehová los cielos y la tierra”, no existe ninguna duda que el texto hace referencia a días literales.

Cuarto, el autor de Génesis tuviera otros medios de indicar que los “días” fueron largos eones de tiempo. Él pudiera haber usado la palabra hebrea dôr, la cual significa largos periodos de tiempo. Pero no lo hizo; en cambio usó la palabra día, la modificó con la frase “la tarde y la mañana”, puso numerales delante de esta, y en Éxodo 20:11 y Éxodo 31:17 la hizo plural. Él usó prácticamente todo medio a su disposición para mostrar que los días no eran largos periodos de tiempo, sino periodos literales de 24 horas. Por ende, la idea que los billones de años evolutivos pueden ser acomodados durante la semana de creación simplemente no puede ser sostenida.

Pero ¿qué acerca de la declaración en 2 Pedro 3:8 que “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”? ¿No enseña este pasaje del Nuevo Testamento que para Dios, un día pudiera ser un tiempo largo? No, no lo hace. Considere el pasaje en su contexto adecuado. 2 Pedro no tiene que ver nada con la longitud de los días en Génesis 1. En cambio, Pedro estaba hablando de los “postreros días” (3:3; i.e., la dispensación cristiana) y la segunda venida de Cristo. Pedro dijo que algunos sugerirían que ya que Cristo no ha regresado todavía, entonces Él no regresará—¡nunca! Pero Pedro recordó a sus lectores que Dios no está limitado por el tiempo. Él puede hacer más en un día de lo que los humanos pueden hacer en mil años; o a la inversa, Él puede esperar mil años para hacer lo que los humanos desearían que hiciera en un día. No obstante, Dios cumple Sus promesas (3:9). Es interesante notar que, de la lectura del texto, Dios mismo reconoce la diferencia entre un día terrenal y mil años terrenales. También es interesante notar que Pedro no dice que un día es mil años o mil años es un día, sino que un día es “como” mil años y mil años “como” un día. Dios siempre ha reconocido la diferencia entre un día, mes y año terrenal. El pasaje en 2 Pedro 3:8 prueba que Él puede comunicar la diferencia a los seres humanos. ¿Qué dijo Él que eran los periodos de tiempo en Génesis 1? ¡Días!


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