Los Abortistas de Pequeños Bebés Preferirían que Olvidáramos
Cuando Samuel Armas era un bebé no-nacido de 21 semanas, el periodista y fotógrafo de la USA Today, Michael Clancy, tomó la fotografía que indiscutiblemente llegó a ser la fotografía prenatal más famosa jamás tomada. El 19 de agosto de 1999, el Dr. Joseph Bruner, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, realizó una cirugía de espina bífida en Samuel mientras que estaba en el útero. Durante la cirugía, Samuel, quien estaba atravesando casi la mitad del periodo normal de gestación, fue fotografiado con su pequeña mano descansando en los dedos del doctor. Samuel nació 15 semanas después.
Cuando se reportó por primera vez la cirugía de Samuel más de siete años atrás, muchos pudieron atestiguar la preciosa humanidad de los niños no-nacidos. Sin embargo, recientemente ha capturado los titulares otro bebé que testifica adicionalmente de la humanidad de los niños no-nacidos. Su nombre es Amillia Sonja Taylor. Ella nació el 24 de octubre de 2006 en el sur de Florida. ¿Qué hace a Amillia tan importante? Los doctores creen que ella “pasó menos tiempo en la matriz que cualquier otro bebé que haya sobrevivido” (“World’s Youngest…”, 2007). La madre de Amillia, Sonja, llevó a Amillia en su vientre por menos de 22 semanas. Al momento de su nacimiento, ella tenía solamente 9½ pulgadas de largo y pesaba menos que una lata de gaseosa. Pero, ella era un ser humano vivo. Cuatro meses después, Amillia pesaba 4½ libras, tenía 15½ pulgadas de largo, y estaba casi lista para ir a casa por primera vez (“Doctors Extend…”, 2007).
Amillia no se convirtió en humana 15 o 18 semanas después—cuando la mayoría de bebés nacen. Ella era un humano a las 22 semanas, y había sido un humano desde que fue concebida. Ella no era materia sin vida—un pedazo de tejido. No era una planta. No era un animal. Ella era un ser humano vivo y creciente.
¿Cómo puede alguien mirar la foto de un bebé no-nacido como Samuel Armas, o de una bebé de 10 onzas como Amillia Taylor, y justificar el pecado horrendo del aborto? El hecho que los doctores en los Estados Unidos y otros países puedan desgarrar legalmente a bebés no-nacidos en pedazos con fórceps parecidos a alicates, cortarlos con artefactos parecidos a cuchillos o punzar sus cráneos con un par de tijeras antes de remover los cerebros de los bebés, es simplemente atroz. ¿Qué pudiera ser más inhumano? Ciertamente, “las manos derramadoras de sangre inocente” son un “aborrecimiento” para el Señor. Dios “aborrece” el aborto (Proverbios 6:16-17).
“…[Q]uitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien… restituid al agraviado” (Isaías 1:16-17).
“Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9).
REFERENCIAS
“Doctors Extend Hospital Stay of Tiniest Premature Baby” (2007), Associated Press, February 20, [En-línea], URL: http://www.foxnews.com/story/0,2933,252878,00.html.
“World’s Youngest ‘Miracle Baby’ Beats Odds” (2007), Associated Press, February 20, [En-línea], URL: http://news.aol.com/topnews/articles/_a/worlds-youngest-miracle-baby-beats -odds/20070220071609990001?ncid=NWS00010000000001.
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