Lo Correcto, Incorrecto y la Existencia de Dios
Todos en el mundo creen que algunas cosas son correctas y otras incorrectas. A veces, la gente no está de acuerdo en la manera exacta de decidir lo que es correcto e incorrecto. Pero no se puede negar que existen los conceptos de lo correcto e incorrecto, lo bueno y malo.
La persona que no cree que Dios existe tiene solamente una elección cuando se trata de explicar la moralidad—el hombre debe haber pensado en esto por sí mismo. Sin embargo, ya que se considera al hombre como nada más que el último animal que la evolución produjo, esta idea llega a ser problemática. Un león no se siente culpable después de haber matado a una gacela para el almuerzo. Un perro no siente remordimiento después de robarle un hueso a otro perro. Y una cerda no siente culpabilidad después de comer a sus bebés recién nacidos. Pero el hombre, quien se supone que evolucionó de los animales, siente culpabilidad y remordimiento cuando comete ciertos actos que violan su “código moral”. El simple hecho que estemos hablando de moralidad establece que la moralidad—que solo se encuentra en los seres humanos—debe tener otra causa que la evolución. Después de todo, ningún simio alguna vez se sentó y dijo a otro, “Hoy, pienso que deberíamos hablar de lo correcto e incorrecto”. Incluso el famoso ateo George Gaylord Simpson de la Universidad de Harvard admitió que la “moralidad solamente surge en el hombre”. ¿Qué, o deberíamos decir Quién, infundió una conciencia en los seres humanos? El apóstol Pedro presentó la única respuesta legítima. En 1 Pedro 1:16, escribió que deberíamos ser santos porque Dios es santo. La única fuente posible de conocimiento de lo correcto e incorrecto es el Dios todopoderoso que personifica todo lo que es bueno. En Eclesiastés 7:29, el sabio Salomón escribió: “He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”.
Sugerir que la moralidad inherente en la humanidad evolucionó del cieno inorgánico cálido de la antigüedad es una explicación inadecuada. Solamente un Ser que entendió mejor la diferencia entre lo correcto e incorrecto pudo haber colocado la moralidad en la humanidad. Este conocimiento debería guiarnos a seguir la directriz que Jesús dio en Mateo 5:48: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.
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