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Leyendas del Diluvio

Los antropólogos que estudian las leyendas y el folclor de diferentes lugares geográficos y culturas consistentemente han reportado un particular grupo de leyendas que es común en prácticamente toda civilización. Han surgido cientos de leyendas de culturas alrededor del mundo que cuentan acerca de un diluvio inmenso y catastrófico que destruyó la mayor parte de la humanidad y al que solo unas pocas personas y animales sobrevivieron. Aunque la mayoría de historiadores que han estudiado este tema calculan que la cifra de estas leyendas es algo de 200, según el geólogo evolucionista Robert Schoch, “Noé es solamente un cuento en una colección mundial de al menos 500 mitos de un diluvio, los cuales son los más generalizados de todos los mitos antiguos y por tanto se pueden considerar entre los más antiguos” (2003, p. 249, énfasis añadido). Schoch continuó observando:

Se encuentran narraciones de una inundación masiva por todo el mundo…. Se encuentran historias de un gran diluvio en cada continente habitado y entre muchos grupos de diferentes lenguajes y culturas (pp. 103,249).

Hace más de un siglo atrás, el famoso geólogo canadiense, Don William Dawson, escribió de cómo el registro del Diluvio

se preserva en algunos de los documentos más antiguos de varias razas distintas de hombres, y todo el tenor de la historia antigua de la mayoría de razas civilizadas lo corroboran indirectamente (1895, pp. 4et.seq.)

Se ha reportado leyendas de naciones como China, Babilonia, Méjico, Sudán, Siria, Persia, India, Noruega, Gales, Irlanda, Indonesia, Romania, etc., componiendo una lista que pudiera continuar por muchas páginas (vea Perloff, 1999, p. 167). Aunque es sorprendente el gran número de estas leyendas, también son sorprendentes las similitudes de gran parte de su contenido. James Perloff señaló:

En el 95 por ciento de más de doscientas leyendas del diluvio, el diluvio fue universal; en el 88 por ciento, una familia fue salva; en el 70 por ciento, la supervivencia fue por medio de un barco; en el 67 por ciento, también se salvó a los animales; en el 66 por ciento, el diluvio se debió a la maldad del hombre; en el 66 por ciento, los sobrevivientes habían sido prevenidos; en el 57 por ciento, terminaron en una montaña; en el 35 por ciento, se enviaron aves del barco; y en el 9 por ciento, exactamente ocho personas se salvaron (p. 168).

LEYENDAS DE INDIOS AMERICANOS

Los aztecas cuentan de un diluvio universal en una historia con semejanzas llamativas al diluvio bíblico. “Solamente dos personas, el héroe Coxcox y su esposa, sobrevivieron el diluvio al flotar en una embarcación que descansó en una montaña” (Schoch, p. 103). Luego, poco después del diluvio, gigantes construyeron una gran pirámide en un esfuerzo por alcanzar las nubes. Se dice que esta ambición airó a los dioses quienes esparcieron a los gigantes con fuego que enviaron de los cielos (cf. Génesis 11:1-9).

En la tierra antigua conocida ahora como Méjico, una tribu de indígenas conocida como toltecas, contaron acerca de un gran diluvio. En su leyenda, un gran diluvio destruyó el “primer mundo” 1,716 años después que fue creado. Solamente pocas personas escaparon de esta inundación mundial en un “toptlipetlocali” (una palabra que significa “arca cerrado”). Después que estas pocas personas salieron del arca cerrado, vagaron alrededor de la Tierra y encontraron un lugar donde construyeron un “zacuali” (una torre alta) en caso de que otro diluvio viniera sobre la Tierra. Durante el tiempo del “zacuali”, se confundió los lenguajes de los toltecas, y ellos emigraron a diferentes partes de la Tierra.

Otra tribu antigua de Méjico contó la historia de un hombre llamado Tezpi que escapó al diluvio en un barco que estaba lleno de animales. Así como Noé, quien envió un cuervo (un ave carroñera) que nunca regresó, y una paloma que regresó con una hoja de olivo, “Tezpi liberó un buitre, que permaneció lejos, posándose en los cadáveres. Luego dejó ir a un colibrí, y éste regresó con una ramita” (Schoch, p. 104).

MITOLOGÍA GRIEGA ANTIGUA

De acuerdo a la leyenda griega del diluvio, los humanos llegaron a hacerse malos. Zeus, el líder de los muchos dioses en la mitología griega, quería destruir a los humanos por medio de un diluvio y levantar otra raza de hombres. Sin embargo, antes que pudiera hacer eso, se advirtió del desastre a un hombre llamado Deucalión, y a su esposa Pirra. Prometeo, uno de los inmortales, colocó a esta pareja afortunada en un arca de madera grande. Por nueve días y noches las aguas del diluvio cubrieron casi toda la Tierra. Solamente algunos picos de las montañas permanecieron intactos. El arca de madera finalmente reposó en el pico del Monte Parnaso. Después de salir del arca de madera, Deucalión hizo sacrificio a Zeus.

LEYENDAS CHINAS Y ASIÁTICAS

En la tierra de China, existen muchas leyendas acerca de una gran inundación. Una de estas viene de un grupo conocido como Nosu. Según su leyenda, Dios envió un mensajero a la Tierra para advertir a tres hijos de una inundación venidera. Solamente el hijo menor, Dum, escuchó al mensajero. Él construyó un barco de madera para prepararse para el diluvio. Cuando las aguas llegaron, Dum entró en su barco y se salvó. Después que las aguas comenzaron a retirarse, el barco descansó en los montes del Tibet, donde Dum tuvo tres hijos que repoblaron la Tierra. Interesantemente, incluso el carácter chino para la palabra “bote” posiblemente revela la historia de Noé y las otras siete personas en el arca. Los tres elementos que se usan para simbolizar un bote son:

 

Chinese Symbols

 

Nave Ocho boca (o personas) Bote

La gente de la tribu Iban de Sarawak cuenta la historia de un héroe llamado Trow, quien flotó en un arca con su esposa y numerosos animales domésticos (Schoch, p. 252). Los nativos de la India cuentan la historia de un hombre llamado Manu que construyó un arca después que se le advirtió de un diluvio. Luego, las aguas se retiraron, y el arca reposó en un monte (Schoch, p. 250).

MITOLOGÍA BABILÓNICA ANTIGUA

Posiblemente uno de los relatos más famosos de un diluvio (aparte del registro bíblico de Noé y el Diluvio) viene del imperio babilónico antiguo. La Epopeya de Gilgamesh, escrita en doce tablillas de arcilla que datan del séptimo siglo a.C., cuentan de un héroe llamado Gilgamesh. En su búsqueda de vida eterna, Gilgamesh buscó a Utnapishtim, una persona que fue concedida con la vida eterna porque salvó a una barcada de animales y humanos durante una gran inundación. En la onceava tablilla de esta epopeya, se registra el relato de un diluvio que se asemeja al relato de Génesis en muchos aspectos. Según la leyenda, los dioses instruyeron a Utnapishtim a construir un barco ya que se acercaba una terrible inundación. Utnapishtim construyó el barco, lo cubrió con brea y puso animales de toda clase en él, también como ciertas provisiones. Después que Utnapishtim entró al barco con su familia, llovió por seis días y seis noches. Cuando la inundación terminó, el barco descansó en el Monte Nisir. Después de siete días, Utnapishtim envió una paloma para ver si las aguas se habían apartado. La paloma regresó, así que envió una golondrina, la cual también regresó. Finalmente, envió un cuervo—que nunca regresó. Utnapishtim y su familia salieron del barco e hicieron sacrificio a sus dioses (vea Roth, 1988, pp. 303-304).

¿Cuál es el significado de las varias leyendas de un diluvio? La respuesta es obvia: (a) tenemos más de 200 leyendas que cuentan de un gran diluvio (y posiblemente más de 500—Schoch, p. 249); (b) muchas de las leyendas vienen de diferentes tiempos y civilizaciones que no pudieron haber copiado a ninguna leyenda similar; (c) las leyendas se registraron mucho tiempo antes que cualquier misionero llegara para relatar la historia de Noé en Génesis; y (d) casi todas las civilizaciones tienen una clase de leyenda acerca de un diluvio. La conclusión de estos hechos es que en el pasado distante hubo un diluvio descomunal que afectó para siempre la historia de todas las civilizaciones.

Los que vivieron poco después del Diluvio no tuvieron el libro de Génesis para leer a sus descendientes. (Génesis no se escribió sino hasta cientos de años después del diluvio). Se transmitió el relato del Diluvio de una generación a la otra. Muchos padres y abuelos contaron a sus hijos y nietos acerca del gran arca, los maravillosos animales y el Diluvio devastador, mucho antes que el registro de Génesis existiera. Durante los años, se alteraron los detalles de la historia, pero muchos de los detalles reales permanecieron siendo los mismos. Alfred Rehwinkel escribió:

Se encuentran tradiciones similares a este registro en casi todas las naciones y tribus de la raza humana. Y se debería esperar que este fuera el caso. Si esa catástrofe terrible que la Biblia describe realmente sucedió, se debería esperar que existieran tradiciones del Diluvio entre la gente primitiva separada extensamente. Es natural que los hijos de los sobrevivientes escucharan la memoria de tal evento una y otra vez, y posiblemente esta historia llegó a ser el fundamento de algunas observaciones religiosas (1951, pp. 127-128).

En su volumen, Los Fósiles, el Diluvio y el Fuego (Fossils, Flood and Fire), Harol W. Clark comentó:

La memoria de la gran catástrofe está preservada en los mitos y leyendas de casi toda la gente en la superficie del globo. Aunque los mitos pueden no tener ningún valor científico, son importantes al indicar el hecho que se dejó una impresión en las mentes de las razas humanas que no se pudo borrar (1968, p. 45).

Después que se ha quitado los detalles ficticios añadidos de la verdad en las varias historias, existe casi acuerdo completo en prácticamente todos los relatos del diluvio: (a) ocurrió una destrucción acuática universal de la raza humana y todos los otros seres vivos; (b) se construyó un arca, o barco, como medio de escape para algunos; y (c) los sobrevivientes repoblaron la Tierra. Como Furman Kearley una vez observó: “Estas tradiciones están de acuerdo en muchos puntos vitales como para no haberse originado del mismo evento factual” (1979, p. 11). En su tercer volumen de su obra, Las Razas Nativas de la Vertiente del Pacífico—Mitología (The Natives Races of the Pacific Slope—Mythology), H.H. Bancroft escribió: “Nunca ha habido un mito sin un significado;…no existe ninguna de estas historias, sin importar cuan tontas o absurdas, que no se haya fundado en el hecho” (1883).

Entre los eruditos notables del pasado que han estudiado estos asuntos en detalle están tales hombres como James G. Frazer (Folclore en el Antiguo Testamento [Folklore in the Old Testament]) y William Wundt (Elementos de la Psicología Folclórica [Elements of Folk Psychology]). Wundt, quien hizo todo lo posible por encontrar alguna clase de explicación razonable para los orígenes independientes de varias sagas del diluvio (y quien no apreciaba mucho la evidencia bíblica), estuvo forzado a admitir:

Sin embargo, de la combinación de todos estos elementos como un todo (la destrucción de la tierra por medio del agua, el rescate de un solo hombre y la simiente de animales por medio de un barco, etc.), podemos decir sin duda que no se pudo haber originado dos veces independientemente (1916, p. 392, paréntesis en original).

O, como Dawson concluyó más de un siglo antes:

[S]abemos ahora que el Diluvio de Noé no es un simple mito o imaginación del hombre primitivo o solamente una doctrina de las Escrituras hebreas…. [N]ingún evento histórico, antiguo o moderno, puede ser establecido más como un hecho que este (1895, pp. 4et.seq.).

REFERENCIAS

Bancroft, H.H. (1883), Works: The Native Races of the Pacific Slope—Mythology (San Francisco, CA: A.L. Bancroft).

Clark, Harold W. (1968), Fossils, Flood and Fire (Escondido, CA: Outdoor Pictures).

Dawson, John William (1895), The Historical Deluge in Relation to Scientific Discovery (Chicago, IL: Revell).

Kearley, F. Furman (1979), “The Significance of the Genesis Flood”, Sound Doctrine, marzo/abril.

Perloff, James (1999), Tornado in a Junkyard: The Relentless Myth of Darwinism (Arlington, MA: Refuge Books).

Rehwinkel, Alfred M. (1951), The Flood (St. Louis, MO: Concordia).

Roth, Ariel (1988), Origins: Linking Science and Scripture (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing).

Schoch, Robert M. (2003), Voyages of the Pyramid Builders (New York: Jeremy P. Parcher/Putnam).

Wundt, William (1916), Elements of Folk Psychology, trans. Edward L. Schaub (New York: Macmillan).


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