La Resurrección de Jesús y la Vida de un Cristiano
¿Es el hecho que Jesús se levantó de la tumba alrededor de 2,000 años atrás realmente tan importante para la fe de un cristiano? ¿Qué tal si Jesús nunca se hubiera levantado de la tumba en la que estuvo sepultado? ¿Qué tal si estuviera en el sepulcro hoy? ¿Podríamos ser todavía cristianos si Jesús no hubiera resucitado?
Considere lo que el apóstol Pablo dijo a los cristianos en Corinto acerca de la resurrección de Cristo. En un pasaje donde escribió acerca de la realidad de la resurrección de los muertos al final del tiempo, también mencionó la resurrección de Cristo, diciendo, “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15:14). Luego, tres versículos después, hizo un enunciado similar: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados” (15:17). En otras palabras, sin la resurrección de Jesucristo, nadie tuviera la esperanza de llegar al cielo. La resurrección de Jesús es el fundamento de nuestra fe (cf. Romanos 1:4).
La iglesia antigua se multiplicó rápidamente en unos pocos años. Creció “a pasos agigantados”. La gente obedeció el Evangelio por miles, y un mensaje fue central para su decisión—la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (1 Corintios 15:1-4). Si Jesús nunca se hubiera levantado de la tumba, nunca se hubiera predicado el Evangelio. El Evangelio no es acerca de un “señor sin vida”, sino de un “Redentor resucitado”.
La resurrección de Jesús le da significado a la fe del cristiano.
- Cada domingo cuando los cristianos participamos de la Cena del Señor, recordamos la muerte del Señor “hasta que él venga” (1 Corintios 11:26). Sin embargo, si Jesús no hubiera resucitado, no tuviéramos la esperanza de Su segunda venida, y el enunciado de Pablo en este versículo en cuanto a la Cena del Señor no tuviera sentido.
- Cada vez que el cristiano ora “en el nombre de Jesús”, está confiando en un Salvador resucitado—Jesús—para mediar a su favor (1 Timoteo 2:5; cf. Juan 14:6; 1 Juan 2:1). Pero si Jesús no resucitó, nuestras oraciones no pueden ser oídas, y nuestras peticiones de perdón no pueden ser concedidas.
- La única razón por la cual predicar y bautizar (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-16) son importantes en absoluto es porque Jesús no está muerto, sino vivo. Cuando alguien es bautizado “para el perdón de los pecados” (Hechos 2:38), se levanta de un mundo de pecado, “como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre” (Romanos 6:4).
Los cristianos siempre debemos tener en cuenta cuán importante es la resurrección de Jesús para nuestra fe. No debemos dejar que el hecho que la resurrección de Jesús pasó 2,000 años atrás disminuya la importancia de Su victoria sobre la muerte.
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