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La Poligamia de Mahoma

Mahoma fue el fundador de la religión que se conoce hoy como el islamismo. Durante los siglos, se han escrito muchas críticas en cuanto a los matrimonios plurales de Mahoma. Se estima que él tuvo hasta nueve esposas simultáneamente. El número total de mujeres que se reporta es al menos 12: Khadijah, Sawdah, A´ishah, Hafsah, Zaynab, Umm Salamah, Zaynab, Juwariyah, Mariyah, Safyyah, Umm Habeeba y Maymunah (Brooks, 1995, pp. 77-88). La respuesta islámica usual ante este criticismo es que Mahoma no se involucró en estos matrimonios a causa de la lascivia y el deseo sexual. En cambio, los matrimonios se debieron a: (1) el deseo de formar alianzas con diversos pueblos a causa de la rápida expansión del islamismo, por ende, produciendo paz con sus enemigos al casarse con sus hijas; (2) la necesidad de emancipar a los pueblos conquistados al enlazarlos a los grupos familiares musulmanes; y (3) el deseo de Mahoma de rendir ayuda benevolente y cuidado a las viudas (especialmente de aquellos hombres que morían en la batalla), siervas o cautivas expatriadas (e.g., Pickthall, s.d., pp. 300-301). El apologista musulmán Osama Abdallah ofreció la siguiente justificación para la poligamia de Mahoma:

El profeta Mahoma, la paz sea con él, fue un Mensajero de Dios (lleno de compasión y misericordia para con la gente) y un líder para todos los musulmanes. Él no practicó la poligamia a causa del placer sexual en absoluto. La mayoría de sus esposas eran viudas (además, mayores que él) o mujeres divorciadas (la mayoría de ellas eran mayores o de su misma edad). Solamente una de sus esposas fue virgen, y él solamente se casó con ella porque su padre era su mejor amigo. Él quería fortalecer esa relación. Y fue el papá quien la ofreció al Profeta, la paz sea con él en todo caso.

Si nuestro amado Profeta, la paz sea con él, realmente hubiera buscado el placer sexual, se hubiera casado con las hijas jóvenes vírgenes de los musulmanes. En ese tiempo, la gente amaba tanto al Profeta Mahoma, la paz sea con él, que hubiera hecho literalmente cualquier cosa por él. Ciertamente los padres hubieran dado a sus hijas vírgenes jóvenes si él lo hubiera querido. De todos modos, mucha gente le ofreció sus hijas vírgenes jóvenes para conseguir el honor de sus familias, pero nuestro Profeta nunca buscó ese privilegio sexual en la vida.

Ya que el Profeta Mahoma, la paz sea con él, fue un líder político inteligente y un Mensajero verdadero y maravillosamente humilde y misericordioso de Allah el Todopoderoso, eligió casarse con las débiles de su pueblo para animar a los hombres musulmanes a hacer lo mismo: crear un balance en la sociedad musulmana. Otra vez, este fue otro caso de emergencia que existió durante el tiempo débil del islamismo que forzó a los musulmanes (incluyendo al Profeta Mahoma, la paz sea con él) a practicar la poligamia (Abdallah, s.d.).

Se puede observar otra justificación de la poligamia de Mahoma en la siguiente defensa general de la institución de la poligamia [NOTA: “B.Y.P.S.E.” hace referencia a “bendiciones y paz sean sobre él”]:

El profetaB.Y.P.S.E. se casó con once mujeres en su vida. Como se mencionó anteriormente, contrajo matrimonio con la mayoría de estas mujeres debido a la necesidad cultural, social, política y moral. En la batalla, cuando un gran número de hombres mueren, las mujeres superan el número de hombres, y en esta situación, la poligamia llega a ser una necesidad social y económica. En el caso de la enfermedad cronológica y la vida infértil, la poligamia previene el quebrantamiento del matrimonio ya que el esposo puede casarse con otra mujer para tener hijos. La ciencia también reconoce el instinto polígamo del hombre en comparación a la mujer. En el caso de algunos hombres, limitar el número de matrimonios a uno ciertamente fomentaría al adulterio y la prostitución. El mundo moderno en el cual se ha impuesto legalmente tales restricciones está lleno de evidencia de tales maldades.

Se reconoce universalmente que el pueblo o el Todopoderoso Allah no imponen en la gente especial las leyes, órdenes y limitaciones que se imponen en la gente ordinaria. Consideremos primero los derechos de los líderes que la gente escoge, como reyes, presidentes, primer ministros, jueces supremos y jefes en general. Todos ellos disfrutan privilegios especiales que usualmente la constitución o el parlamento de la nación definen. Si no objetamos estos privilegios que se otorgan a los hombres ordinarios, ¿cómo podemos cuestionar los privilegios que se otorgan a los profetas? (“Poligamia”, s.d.).

Note que el último enunciado justifica la poligamia excesiva de Mahoma debido a su estatus especial como profeta de Allah.

Desde luego, nadie está en la posición de saber lo que había en la mente de Mahoma cuando comenzó tales relaciones. Por ende, nadie puede probar si sus motivos fueron legítimos o ilegítimos. Si se justifica la poligamia de Mahoma debido a que él simplemente estaba extendiendo ayuda a las viudas de las guerras, ¿por qué no se permite que todos los musulmanes tomen tantas viudas como Mahoma? Incluso Mahoma no podía mantener a todas las viudas de la guerra. Si el punto era su necesidad, ciertamente Dios quisiera que se cuidara de todas las viudas en una manera similar—por ende permitiendo que los hombres musulmanes se casaran con más de cuatro esposas. Se puede decir lo mismo si se justifica la poligamia debido a la formación de alianzas políticas. ¿Por qué no se podría permitir que todos los musulmanes ayudaran en el fortalecimiento de alianzas, como también la emancipación de grupos conquistados?

A pesar de todo, estas supuestas justificaciones no dan cuenta por todos los matrimonios de Mahoma. A´ishah tenía solamente seis años cuando Mahoma reclamó haber recibido revelaciones que le instruían a casarse con ella. Él tenía más de 50 años en ese tiempo. ¿Qué razón posible se pudiera presentar para legitimizar este propósito? Se habla mucho del hecho que Mahoma no consumó el matrimonio en ese momento. Sin embargo, se admite que lo hizo dentro de tres años cuando A´ishah tenía nueve años. Pero incluso si lo hizo o no, la realización de tal matrimonio, en términos de la edad de la niña, como también de la diferencia ridícula de sus edades, es horrible, repugnante, y por no decir más, inaceptable.

Incluso una objeción mayor se centra en la conducta de Mahoma con respecto a la esposa de Zayd, el esclavo libre que Mahoma había adoptado y criado como su propio hijo. Ver a Zaynab, mujer de Zayd, en la casa de ella (algunos relatos dicen parcialmente desnuda) durante la ausencia de Zayd, provocó las circunstancias que ocasionaron que Zayd se divorciara de su esposa para ponerla a disposición de Mahoma. La conmoción que se originó por toda la comunidad provocó una serie de revelaciones serias e incluso severas: (1) Sura 33:38, que declara el matrimonio de Zaynab como un “decreto decidido”; (2) Sura 33:4-5,40, que clarifica la revelación previa que prohibía que los hombres se casaran con las mujeres de los hijos de nacimiento (4:23). La nueva revelación indicó que los hijos adoptivos no están incluidos en la prohibición previa; (3) Sura 33:50-51, que otorgó permiso especial a Mahoma de exceder la limitación restrictiva del Corán de no más de cuatro esposas (4:3); y (4) Sura 33:53, que contenía tres declaraciones radicales. Primero, reprendió a los que visitaban la casa de Mahoma por demorarse en salir o quedarse más de lo debido. Las visitas que venían a celebrar el matrimonio de Mahoma y Zaynab se quedaban más del tiempo que el profeta prefería, retrazando su deseo de estar solo con su nueva esposa. Segundo, requería que todas las conversaciones futuras con las esposas de Mahoma se realizaran con un velo o cortina que separaba al invitado y la esposa. Tercero, ningún musulmán jamás debía casarse con una de las esposas de Mahoma. Además, desde entonces los musulmanes debían invocar bendiciones a Mahoma (vs. 56).

Otra vez, para el que observa la situación imparcialmente y objetivamente, la credibilidad de las revelaciones de Mahoma cae en duda seria. En primer lugar, la Biblia indica consistentemente que Dios es imparcial y perfecto en justicia (e.g., Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Efesios 6:9; Colosenses 3:25; 1 Pedro 1:17). El Dios de la Biblia simplemente no concedería permiso especial a un hombre sobre otros. No eximiría a una persona de una ley mientras que espera que otros la guardaran. Nunca se dio el derecho a los profetas y voceros inspirados de Dios a ignorar las leyes de Dios—mucho menos las leyes a las cuales todos los hombres tenían obligación de obedecer.

Segundo, ¿cómo se pudiera justificar moralmente el divorcio de Zaynab y Zayd debido a alguna razón? Observe cuidadosamente la expresión del sura que habla de este punto:

Cuando Alá y Su Enviado han decidido un asunto, ni el creyente ni la creyente tienen ya opción en ese asunto. Quien desobedece a Alá y a su Enviado está evidentemente extraviado. Y cuando decías al que había sido objeto de una gracia de Alá y de una gracia tuya: «¡Conserva a tu esposa y teme a Alá!», y ocultabas en tu alma lo que Alá iba a revelar, y tenías miedo de los hombres, siendo así que Alá tiene más derecho a que Le tengas miedo. Cuando Zayd había terminado con ella, te la dimos por esposa para que no se pusiera reparo a los creyentes que se casan con las esposas de sus hijos adoptivos, cuando éstos han terminado con ellas. ¡La orden de Alá se cumple! Que no tenga reparos el Profeta por algo que le ha sido impuesto por Alá conforme a la práctica de Alá para los que vivieron antes—la orden de Alá es un decreto decidido (33:36-38).

No se puede evitar la sospecha. Se expresa este sura de la manera que se esperaría si un hombre sin la guía de Dios estuviera buscando justificar su deseo por la mujer de otro hombre. De igual manera, es sorprendente y pasmoso considerar la actitud relajada ante el divorcio. No existía justificación en absoluto para que Zayd se divorciara de su esposa—excepto ponerla a disposición de Mahoma, bajo el pretexto de que este era un matrimonio infeliz (vea Pickthall, p. 300).

Esto es completamente diferente a la enseñanza del Nuevo Testamento. Jesús declaró en términos claros: “[C]ualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mateo 19:9, énfasis añadido). Jesús dio una, y solamente una, razón para el divorcio ante Dios. De hecho, incluso el Antiguo Testamento afirma que Dios “aborrece el repudio” (Malaquías 2:16). La enseñanza bíblica sobre el divorcio es un estándar más alto, más estricto y más noble que el estándar que el Corán propone. De hecho, los dos libros se contradicen mutuamente en este punto.

Aparte del asunto de los motivos de Mahoma de contraer múltiples nupcias (sea para unir grupos o ayudar a viudas), lo más importante tiene que ver con el hecho que la poligamia misma sea una institución social legítima o no, i.e., ¿la aprueba Dios? Es cierto que los matrimonios plurales fueron comunes en el Antiguo Testamento. Se dice que algunos hombres prominentes de la Biblia contrajeron múltiples nupcias, incluyendo a Abraham, Jacob, David y Salomón. Sin embargo, simplemente se reporta esta circunstancia (juntamente con otras violaciones de la ley) sin ninguna indicación que Dios la aprobara. Simplemente no se puede encontrar ningún ejemplo en que la Biblia declare explícitamente que la poligamia es la voluntad de Dios. Pero eso es precisamente lo que el Corán hace: “Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas” (Sura 4:3).

En contraste, la enseñanza bíblica es diferente. Dios instituyó el matrimonio al comienzo de la Creación. Instituyó el matrimonio heterosexual monógamo estricto (e.g., Génesis 2:24). Legisló un hombre para una mujer por toda la vida, a pesar de lo que los hombres hayan hecho en este punto. Los hombres desobedientes introdujeron la poligamia en el mundo (Génesis 4:19). Dios toleró (no aprobó) este estado sórdido antes de Cristo, pero con la institución del cristianismo del Nuevo Testamento, la intención original de Dios para la raza humana recibió reafirmación y readmisión definitiva: “[P]ero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido” (1 Corintios 7:2). La poligamia es pecaminosa. Cada pasaje del Nuevo Testamento que aborda el matrimonio presupone la monogamia (e.g., Mateo 5:31-32; Marcos 10:1-12; Efesios 5:22-33; 1 Timoteo 3:2; Tito 1:6; Hebreos 13:4).

Ya que se representa a la iglesia como la esposa de Cristo (e.g., Efesios 5:23-32), Jesús no tiene varias esposas y no aprueba que los hombres tengan varias esposas. De hecho, Dios sería culpable de hacer acepción de personas si permitiría que los hombres tuvieran varias mujeres, mientras que no permitiera que las mujeres tuvieran varios esposos. De igual manera, ¿quién pudiera negar exitosamente que la poligamia esté dañando el espíritu y la autoestima de las mujeres?

El Hadiz confirma que la poligamia de Mahoma creó celo, discusiones y rivalidad amarga entre sus esposas (vea Brooks, p. 83). De hecho, el mismo Corán refleja este discordia en la ocasión que Mahoma añadió a su harén a la esclava cristiana cóptica, Mariyah. Los celos amargos de sus esposas causaron que él se separara de ella originalmente, solamente readmitiendo su estatus cuando “recibió” un nuevo sura que le mandó a hacerlo (Sura 66). El resultado fue que Mahoma vivió un mes con Mariyah—sin duda causando ira a sus otras esposas. Se recibió otro sura que reprendió a las esposas y les ordenó que eligieran si deseaban estar casadas con Mahoma (Sura 33). ¿Fue este trato especial que se extendió a Maryah, el cual a su vez castigó a las otras esposas al privarles de su turno usual con Mahoma, una violación de la cláusula de igual trato del Corán (Shorrosh, 1988, p. 65; cf. Lings, 1983, pp. 276-279)? Adicionalmente, el consenso de la comunidad islámica siempre ha sido que A´ishah fue la esposa favorita de Mahoma y que recibió un trato preferencial—una circunstancia en violación directa al Corán.

 

CONCLUSIÓN

La religión del islamismo y el Corán tienen muchas características principales que la mente cristiana (i.e., guiada por el Nuevo Testamento) considera inaceptable. La poligamia es una de ellas. La Biblia y el Corán están en conflicto crudo en este tema.

 

REFERENCIAS

Abdallah, Osama (sine data), “¿Cuándo se Permite la Poligamia en el Islamismo?” [“When is Polygamy Allowed in Islam?”], [En-línea], URL: http://www.answering-christianity.com/polygamy.htm.

Brooks, Geraldine (1995), Las Nueve Partes del Deseo [Nine Parts of Desire] (Nueva York, NY: Anchor Books).

Lings, Martin (1983), Mahoma [Muhammad] (Rochester, VT: Inner Traditions International).

Pickthall, Mohammed M. (sine data), El Significado del Glorioso Corán [The Meaning of the Glorious Koran] (Nueva York: Mentor).

“Poligamia” [“Polygamy”] (sine data), [En-línea], URL: http://www.answering-christianity.com/islam_polygamy.htm.

Shorrosh, Anis A. (1988), El Islamismo al Descubierto: La Perfectiva de un Árabe Cristiano en Cuanto al Islamismo [Islam Revealed: A Christian Arab’s View of Islam] (Nashville, TN: Thomas Nelson).


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