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La Ley Patriarcal

¿Alguna vez ha escuchado a un profesor o predicador que frecuentemente usa una palabra o frase que no entiende? ¿Alguna vez ha escuchado a alguien hablar de “hermenéutica” o “premilenialismo”, y luego ha descubierto en su estudio personal que estos términos no se encuentran en la Biblia? Los maestros y predicadores (como yo) a veces suponemos más de lo que deberíamos. Suponemos que la gente entiende la frase “hermenéutica sagrada” como la “ciencia de interpretar las Escrituras”. Usamos palabras inusuales como “escatología” (el estudio de las cosas finales), pero nunca las definimos. A menudo eso sucede cuando hablamos de la “Ley Patriarcal”. La mencionamos, pero raramente ayudamos a la gente a entenderla.

La palabra castellana “patriarca” se deriva del griego patriarques que realmente está compuesta de dos palabras—pater, que significa “padre”, y arques, que significa “cabeza” o “fundador”. Un patriarca era “la cabeza de una casa—el fundador o gobernante de una tribu, familia o clan” (“Patriarca”, 1986). De manera sorprendente, el término “patriarca(s)” se encuentra en la Biblia solamente cuatro veces. Se le aplica en el Nuevo Testamento a David (Hechos 2:29), a los hijos de Jacob (dos veces en Hechos 7:8-9) y a Abraham (Hebreos 7:4). A menudo la Escritura asigna el título “patriarca” a hombres que vivieron antes del tiempo de Moisés. En el sermón de Pedro en Jerusalén el Día de Pentecostés, él expandió el término e incluyó al Rey David (Hechos 2:29). Sin embargo, cuando los maestros y predicadores usan el término “era patriarcal”, a menudo están haciendo referencia al tiempo antes que se diera la Ley de Moisés en Sinaí. [NOTA: Para los gentiles, esta “era” duró hasta el comienzo del cristianismo].

Pero ¿qué acerca de la “Ley Patriarcal”? ¿Cuál es esta ley de la cual oímos a menudo, pero que raramente se explica? La frase “Ley Patriarcal” no se encuentra en la Biblia. Simplemente es el nombre que se le da a la ley que rigió a todos los hombres desde el tiempo de Adán hasta el tiempo de Moisés, y para los gentiles, desde Adán hasta que comenzó el cristianismo. Aparte del cristianismo y el judaísmo, ha habido solamente una ley por la cual Dios aceptó adoración: Este fue un sistema que ha continuado desde que se dieron mandamientos por primera vez en Edén. Aunque la Biblia no otorga a esta ley un “nombre propio”, se ha llegado a conocerla como “la Ley Patriarcal”.

Se dio la Ley de Moisés solamente a los israelitas—y a aquellos gentiles que aceptaron someterse a ella al llegar a ser prosélitos (por medio de la circuncisión) [Deuteronomio 4:1-8; 5:1; Hechos 2:10; 13:43; 2 Corintios 3:1-11). Pero los gentiles también estuvieron bajo algún tipo de ley, ya que el apóstol Pablo declaró, “donde no hay ley, tampoco hay transgresión” (Romanos 4:15). Ya que los gentiles habían sido culpables de pecado (y nosotros sabemos que lo fueron—Romanos 3:10,23), ellos deben haber transgredido alguna ley. ¿Qué ley fue esta? No fue la Ley de Moisés, ya que no se regían por esa ley. No fue la Ley de Cristo, ya que esta no comenzó a regir hasta el primer siglo d.C. Entonces, ¿bajo qué ley (anterior a los eventos que Hechos 10 registra—la conversión de los primeros gentiles al cristianismo) vivieron los gentiles? Ellos vivieron bajo la única ley a la que estaban sujetos: la “Ley Patriarcal”.

Sabemos por medio de la historia sagrada y secular que los gentiles que no eran prosélitos no podían participar en el pacto judío. También sabemos que Dios no abandonaría (¡y no abandonará!) a millones de personas a una vida sin esperanza de salvación simplemente porque estaban fuera de la Ley de Moisés, ya que eso le transformaría en alguien que hace excepción de personas—algo que Pedro dijo que Él no hace (cf. Hechos 10:34). Cuando Pablo habló en Efesios 2:12 de ciertos gentiles que en el pasado no tenían esperanza y que estaban “sin Dios en el mundo”, él no implicó que estaban en esa posición simplemente porque eran gentiles, sino porque eran gentiles que no habían sido obedientes a la ley particular que se les había dado. De hecho, sabemos que los gentiles estaban sujetos a un sistema de ley que no fue la Ley de Moisés, como Pablo clarificó en Romanos 2:12-16 cuando escribió:

Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Aunque los gentiles no estuvieron bajo la Ley de Moisés (como estuvieron todos los judíos antes de la dispensación cristiana), ellos estuvieron bajo una ley, la cual pudieron obedecer o desobedecer. Al menos parte de esa ley incluía su conciencia. En su comentario sobre Romanos, Robertson Whiteside observó:

Los gentiles nunca tuvieron la ley de Moisés, sino que existen ciertos principios fundamentales que son inherentes en la naturaleza en cuanto a nuestra existencia y nuestras relaciones el uno al otro. Dentro de nosotros mismos, algunas cosas son correctas, y otras cosas son incorrectas. Si un hombre no tuviera una revelación de Dios, todavía supiera que es equivocado matar a su prójimo o robarle sus posesiones, o en alguna manera infringir sus derechos. Aunque no tenemos registro que Dios dijo a Caín que no debía matar, Caín pecó al matar a su hermano y se sintió culpable. La ley moral de Dios es la misma para todas las naciones…. [E]llos [los gentiles—EL] tenían una idea de lo correcto e incorrecto (1988, p. 57).

La Ley Patriarcal de los gentiles involucraba la “ley escrita en sus corazones”, más cualquier revelación directa que tuvieron de Dios. Adán, Caín, Noé y Abraham recibieron revelación de Dios. Estos, y otros que nunca estuvieron bajo la Ley de Moisés (e.g., Cornelio, Hechos 10), debían obedecer los mandamientos que se les había dado, como también la “ley escrita en sus corazones”. Juntas, estas leyes y principios eternos escritos en el corazón del hombre constituían lo que se conoce comúnmente como la “Ley Patriarcal”.

Aunque todavía existe mucho que no entendemos acerca de la Ley Patriarcal (e.g., qué revelaciones directas recibieron los patriarcas, qué leyes se transmitieron de generación a generación, etc.), podemos saber que los gentiles estaban bajo una ley (que no fue la Ley de Moisés o la Ley de Cristo), ya que fueron culpables de “transgresión” (Romanos 4:15; 5:13). Y si existe trasgresión, entonces debe existir alguna ley. El hombre ha dado un nombre a esta ley—patriarcado.

Lo más importante que se debe tener en cuenta es que la Ley Patriarcal ya no rige hoy. La razón por la cual continuó para los gentiles después de la concesión de la Ley de Moisés fue porque la Ley de Moisés no fue una ley universal—solamente se la dio a los israelitas y a aquellos gentiles que aceptaron ser prosélitos bajo esa ley (Deuteronomio 4:1-8; 5:1-21; Hechos 2:10). Sin embargo, hoy todos los judíos y gentiles están bajo una ley—la Ley de Cristo (Efesios 2:11-22). ¿Por qué? Porque esta ley tiene un alcance universal. Se dirige a “todas la naciones”, y los judíos y gentiles deben obedecerla (Mateo 28:19-20; Lucas 24:47; cf. Hechos 1:8; 17:30).

 

REFERENCIAS

“Patriarca” [“Patriarch”] (1986), Diccionario Bíblico Ilustrado de Nelson [Nelson’s Illustrated Bible Dictionary] (Nashville, TN: Thomas Nelson).

Whiteside, Robertson L. (1988), Un Nuevo Comentario sobre la Carta de Pablo a los Santos en Roma [A New Commentary on Paul’s Letter to the Saints at Rome] (Bowling Green, KY: Guardian of Truth Foundation).


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