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La Lengua del Mallee—Talento que Mide una Temperatura Increíble

Los inventos e innovaciones modernas del hombre se pueden ver en casi toda faceta de nuestras vidas. El termómetro es un buen ejemplo del ingenio humano. Los padres a menudo toman la temperatura a sus hijos. Insertan un termómetro, ¡y voila! Varios segundos después, la temperatura se visualiza como una barra de mercurio, o electrónicamente, y uno puede leer la temperatura fácilmente. Aunque alabamos estos aparatos fascinantes, en ocasiones pasamos por alto el diseño igualmente fascinante que Dios ha impreso en la Tierra y sus criaturas. Por ejemplo, considere el ave de mallee. Antes que el hombre incluso pensara crear el más simple de los artefactos, esta ave ya calculaba la temperatura para sus bebés no-nacidos. Como el apóstol Pablo declaró: “Lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27). Las ideas del hombre pueden ser grandes, pero Dios las avergonzó con un ave tan simple como el ave de mallee.

Australia es el hogar de esta ave impresionante. Pero las temperaturas altas y el clima seco no detienen al mallee. Durante su estación de apareamiento, el macho crea para los huevos de su pareja un nido que tiene una circunferencia aproximada de setenta pies, y que tiene más de tres pies de alto. En el siglo dieciocho llegaron los primeros pobladores al área y creyeron, al principio, que los nidos del mallee eran tierra de sepultura aborigen (Junor, 1998), debido al tamaño increíble de estas dunas de arena.

Para hacer su nido, el macho debe cavar primero un agujero a comienzos del invierno. Durante el curso del invierno, el mallee comienza a colocar trozos de madera y maleza dentro del agujero, formando una cobertura de escombros. Cuando la primavera comienza, el ave de mallee cubre los escombros con una capa de arena para permitir la fermentación de los escombros debajo de la superficie. El nido permanece en este estado hasta la temporada del apareamiento (otoño). En este punto, los escombros descompuestos han calentado completamente el nido. El macho hace un agujero encima de la cobertura, donde la hembra entonces pone un solo huevo. Alrededor de una semana después, el macho hace otro agujero y la hembra pone otro huevo. Este proceso continúa hasta que hay alrededor de dieciocho huevos en el nido.

Pero construir un nido es solamente la mitad de la batalla. La otra mitad envuelve la conservación de la temperatura en el montículo. Otra vez, el mallee macho realiza este trabajo. Varias veces al día, el macho inserta su pico en el montículo de escombros y arena. Saca su lengua, ¡la cual es un buen termómetro que puede medir una temperatura tan pequeña como 1/10 de un grado! Después de calcular la temperatura, el macho puede actuar de acuerdo a las circunstancias. Si el nido está demasiado caliente, remueve algo de la arena que cubre el nido. Si el nido está demasiado frío, entonces el macho inserta trozos de madera para producir más calor, y añade arena para proteger al montículo del ambiente. Se debe mantener la temperatura exactamente a 33 grados Celsius, y este ambiente solo puede variar en un grado para que los polluelos no-nacidos sobrevivan mientras que todavía están en el nido.

Este escenario da origen a preguntas importantes: (1) ¿Cómo “sabe” el ave de mallee que amontonar trozos de madera y otros escombros dentro del nido producirá calor? (2) ¿Por qué (y cómo) se originó un mecanismo (en la forma de una lengua) para evaluar la temperatura? Estas son preguntas difíciles—cuyas respuestas yacen en el diseño intrincado de esta ave impresionante que es atribuible a un Gran Diseñador.

REFERENCIAS

Junor, Lloyd (1998), “The Mallee Fowl,” Whimpey’s Little Desert Tour, [En-línea], URL: http://www.aussieoutback.com.au/showcase/whimpy/lowan.html.


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