La Ira de Dios
Aunque es verdad que Dios es amoroso (Romanos 8:39), misericordioso (Salmos 57:2-3) y está dispuesto a ofrecer Su gracia a todos (Tito 2:11), una característica llamativa del Todopoderoso es Su ira intensa. El término hebreo más común para la ira es ’ap, el cual se puede usar para denotar la ira divina o humana (Génesis 27:45; Números 11:1, et.al.). Este término hace referencia a la “fosa nasal”, la cual los antiguos pensaban que era el lugar de la ira (Harrison, 1979, 1:127), mientras que la palabra ’anap (que se usa exclusivamente para denotar la ira de Dios; Deuteronomio 4:21, 1 Reyes 11:9) significa “respirar fuertemente”. La Biblia claramente ha revelado que Dios es capaz de airarse con indignación recta (vea Miller, 2007). Considere un ejemplo de los pasajes que transmiten esta idea:
Deuteronomio 29:27-28: “Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve” (énfasis añadido).
2 Crónicas 29:10: “Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira” (énfasis añadido; cf. 30:8; 32:26).
Nehemías 9:17: “No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste” (énfasis añadido; cf. Salmos 103:8; 145:8, et.al.).
Hebreos 10:26-27: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (énfasis añadido).
La ira intensa de Dios es un aspecto esencial de Su naturaleza divina que los escritores de la Biblia (y gente cuyas palabras se registran en la Escritura) algunas veces hicieron referencia a “la ira”, sabiendo que los lectores entenderían exactamente a la ira de Quién se estaban refiriendo. Considere las palabras que Juan el Bautista habló a los fariseos y saduceos: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” (Mateo 3:7; cf. Números 1:53; Josué 22:20). En Juan 2:14-17, leemos de la indignación recta de Jesús ante los que convirtieron la casa de Dios en una “casa de mercado”. Cristo ciertamente sabía cómo utilizar la ira adecuadamente; por ende, nos dio un ejemplo de la manera en que se puede usar el temperamento personal para la gloria de Dios (vea Butt, 2006). Pablo instruyó a los cristianos en Éfeso: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26). La ira tiene su lugar. Puede ser muy beneficiosa, y Dios es nuestro ejemplo perfecto en esta área. ¿Qué tiene la ira de Dios que la hace correcta?
A diferencia de los seres humanos, observe que Dios no se aíra a causa de la “pasión momentánea” o de una emoción confusa o constantemente fluctuante. Al contrario, la ira de Dios es racionalmente retributiva. Su ira es en respuesta directa y calculada ante el pecado. En ningún lugar se observa mejor Su ira que en las páginas del Antiguo Testamento, donde leemos que Dios exhibe Su ira ante los hijos de Israel en una manera muy demostrativa y gráfica. No obstante, recuerde que Dios no se airó con los hijos de Israel a menos que infringieran su pacto con Él; si Dios estaba airado, era la culpa de Israel (vea Deuteronomio 11:17; 29:24-28; Esdras 8:22; Nehemías 13:18, et.al.).
El salmista escribió que “Dios está airado contra el impío todos los días” (7:11). F.K. Farr declaró concerniente a la palabra “ira”: “Denotando la ‘ira’ de Dios…desafortunadamente la palabra puede implicar hasta cierto punto egoísmo, malicia o sentimiento personal vengativo. [Pero la—MP] ira de Dios es la respuesta de Su santidad ante el pecado. Particularmente cuando culmina en la acción se la denomina correctamente como Su ‘ira’” (1956, p. 135).
La obra redentora de Cristo en la cruz no indica que Dios renuncia a Su ira en el tiempo del Nuevo Testamento. En el Día del Juicio, ejercerá Su ira en contra del impío. Pablo dijo: “[Dios—MP] ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó” (Hechos 17:31). Todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo (2 Corinitos 5:10), y si somos salvos, nuestra salvación a través de Cristo será la salvación de la ira de Dios (Romanos 5:9). En un sentido, la ira de Dios ya descansa en los seres humanos impenitentes, ya que ellos han rechazado el único medio disponible para la salvación. Juan el Bautista dijo: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). Pablo escribió: “…impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo” (1 Tesalonicenses 2:16; vea Simpson, 1988, p. 1135).
Cuán maravilloso es servir a un Dios que entiende todas nuestras emociones perfectamente, aprender de Su sabiduría, tener estima de su odio de la maldad y obedecer a Su mandamiento de ser cuidadosos en cómo actuamos según nuestra ira (Efesios 4:26-31; Santiago 1:19).
REFERENCIAS
Butt, Kyle (2006), “Incluso Jesús se Airó”, [En-línea], URL: https://apologeticspress.org/espanol/articulos/2962.
Farr, F.K. (1939), “Anger”, The International Standard Bible Encyclopedia, ed. James Orr (Peabody, MA: Hendrickson) 1:135.
Harrison, Roland K. (1979), “Anger”, The International Standard Bible Encyclopedia, ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, MI: Eerdmans) 1:127.
Miller, Dave (2007), “La Ira Intensa de Dios”, [En-línea], URL: https://apologeticspress.org/espanol/articulos/3459.
Simpson, John W. (1988), “Wrath; anger”, The International Standard Bible Encyclopedia, ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, MI: Eerdmans) 4:1135.
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