Menu

La Homosexualidad y la Menstruación

La Biblia condena consistentemente las relaciones entre el mismo sexo. Por ejemplo, Dios clarificó Su voluntad sobre este asunto cuando dio la Ley de Moisés a la nación israelita. En un capítulo que lidia casi exclusivamente con las regulaciones sexuales, Sus palabras son explícitas e inconfundibles.

No te echarás con varón como con mujer; es abominación. Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión. En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios…. Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre (Levítico 18:22-30; 20:13, énfasis añadido).

Mi opinión es que el lector necesitaría ayuda para malentender estos mandamientos.

¿COMPARADA CON LA MENSTRUACIÓN?

Se ha intentado socavar la importancia de estos versículos. Por ejemplo, se argumenta que en el mismo capítulo (i.e., Levítico 20), cinco versículos después de la prohibición a la homosexualidad, se requería la pena de muerte para el hombre y su esposa por tener relaciones sexuales durante su menstruación: “Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo” (Levítico 20:18). Por ende, el activista homosexual (que desea mantener cierta apariencia de afiliación con la Biblia) descarta este texto como ritualista y limitado a la preocupación peculiar de Israel por la pureza, por ende, no teniendo importancia universal. Después de todo, los israelitas vivían durante un periodo ignorante y primitivo de la historia humana. Considere la siguiente expresión de este punto de vista:

Desde luego, muchos ahora viven en culturas muy diferentes. Pero eso no ha parado a algunos de usar selectivamente regulaciones como Levítico 18:22 y 20:13 para sostener su condenación de la intimidad homosexual. Mientras tanto, la Biblia prohíbe el sexo durante la menstruación en los mismos versículos (Lv. 18:19; 20:18), pero pocos conservadores cristianos han montado una campaña para expulsar a la gente que viola ese mandamiento (Carr, 2003).

Esta interpretación de la posición bíblica está en conflicto con varios factores. Primero, ¿están también dispuestos los que descartan la condenación de la homosexualidad, ya que el mismo contexto condena la intimidad sexual durante la menstruación de la mujer, a descartar las condenaciones en el mismo contexto al sacrificio de niños (20:2-5), el bestialismo(20:15-16), el incesto (20:11-12) y la bigamia (20:14)? Algo que prueba demasiado realmente no prueba nada.

Segundo, la lectura detenida del texto revela que aunque todos los asuntos que se aluden están agrupados porque comparten un interés común por el principio de “separación” (que constituye el tema de Levítico—e.g., 10:10; 11:44; 19:2; 20:7,26), se puede hacer una distinción entre las acciones que fueron temporales y tuvieron un alcance limitado y las que claramente tienen una aplicación permanente y universal. Por ejemplo, el sacrificio de niños (Levítico 18:21; 20:2-5) siempre ha sido un pecado abominable ante Dios (cf. Deuteronomio 12:31; 18:10; 2 Reyes 17:17; 2 Crónicas 28:3; 33:6; Salmos 106:37-38; Jeremías 7:31; 19:5; 32:35; Ezequiel 23:37,39). Se puede decir lo mismo del bestialismo (Levítico 18:23; 20:15-16), la brujería, la hechicería, la astrología y las actividades similares (Éxodo 22:18; Levítico 19:26,31; 20:6,27; Deuteronomio 18:10-11; Isaías 8:19; Hechos 19:19), también como de las varias formas de incesto (Levítico 18:6-17; 20:11-12; 1 Corintios 5:1). La homosexualidad calza en esta misma categoría (Romanos 1:24-27; 1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:10).

Las variaciones que se presenta para los castigos asociados con cada infracción confirman esta distinción. Se debe distinguir dos expresiones en la sección de Levítico (i.e., capítulo 17-20, que Pfeiffer calificó como “El Código de la Santidad”—1957, p. 46). La primera es “cortar”, que en el Pentateuco incluye ser cortado “de su pueblo”, “de la vista de su pueblo”, “de la congregación”, “de Israel”, “de la congregación de Israel” y “de mi presencia”. Los eruditos lingüistas están de acuerdo que el verbo hebreo traducido “cortar” (karat) porta significado literal y metafórico, lo cual da a su vez origen a “la gama extensa de los aspectos significativos semánticos literales y extendidos de la raíz” (Hasel, 1995, 7:343). El significado básico literal del verbo es “cortar” (7:344-345), y por ende se puede usar para hacer referencia a todo, desde cortar un árbol hasta cortar un pedazo de tela. Sin embargo,

Además del significado literal de esta raíz, “cortar”,…existe el significado metafórico desarraigar, eliminar, remover, excomulgar o destruir por medio de un acto violento humano o de la naturaleza. A veces es difícil en un contexto dado saber si la persona (o gente) que es “cortada” debe ser muerta o solamente excomulgada (Harris, et.al., 1980, 1:457, énfasis añadido).

En este sentido metafórico, ser “cortado” consiste en “la exclusión de la comunidad” (Harris, et.al., 1:457), “en el sentido de ser cortado de un centro o círculo en el que el ofensor vive” (Hasel, 7:347).

La formula de “cortar” por ende no parece hacer referencia solamente a la ejecución humana de la pena de muerte. En la mayoría de ofensas, “cortar” significa un “corte” que guía al “destierro” o “excomunión” de la comunidad cultual y de la gente del pacto…de la vida en la presencia de Dios a través de la exclusión (7:348, énfasis añadido).

Gesenius confirma este entendimiento del término, reconociendo que su significado figurativo es “cortar de un pueblo, i.e., para ser desterrado o para ser expulsado” (1847, p. 417, énfasis añadido). Aunque Gesenius listó Levítico 20:18 bajo el significado literal de “ser destruido”, el traductor Tregelles correctamente añadió una nota a la sección: “En algunos de los pasajes parece que solamente significa ser cortado de la congregación del Señor” (p. 417, énfasis añadido).

Las mismas Escrituras confirman esta observación. Por ejemplo, en un contexto que lidia con el contacto con los muertos, se les dijo a los israelitas, “Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él” (Números 19:13, énfasis añadido; cf. vs. 20). Es evidente, de este versículo y los versículos circundantes, que los que habían sido contaminados por cadáveres debían ser separados de la congregación por el periodo adecuado de purificación—no ejecutados.

Este uso dual de la expresión se confirma adicionalmente al compararlo con un segundo uso que tiene relación con el tema: “ser muerto”. Se usan ambas expresiones en Éxodo 31:14—“Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo” (énfasis añadido). Observe que la frase “cortada de en medio de su pueblo” es la expresión más amplia. “Ser muerto” es la expresión más específica, y clarifica el medio por el que se “cortará” a la persona. Por ende, se podía lograr el “corte” de Israel en dos maneras diferentes: (1) a través de la separación temporal del individuo al aislarle físicamente de la comunidad, transportándole a un lugar fuera de la vida social y/o religiosa de Israel (cf. “echándole del campamento”—Números 5:2); o (2) a través de la eliminación permanente del individuo de la sociedad israelita por medio de la ejecución legal, i.e., la pena de muerte. El contexto determina el significado que se desea transmitir.

De las 12 veces que aparece karat (“cortar”) en la conjugación nifal del verbo hebreo en Levítico (vea Wigram, 1890, p. 619), los que se encuentran fuera del capítulo 20 que hacen referencia simplemente al aislamiento por un periodo de tiempo hasta que se realice la corrección y/o purificación, son 7:20,21,25,27; 17:4,9; 19:8; 22:3. Se nota un uso genérico en el capítulo 18:29 cuando se encuentra en un enunciado de resumen de ofensas sin especificación adicional en cuanto a su significado—ya que el capítulo 20 tiene la intención de ser la parte de la sección que prescribe el castigo por las ofensas que el capítulo 18 menciona. El único caso en Levítico donde la expresión aparentemente incluye la pena de muerte es el capítulo 23:29. No obstante, incluso en este caso, donde se quiere dar a entender la pena de muerte, se deriva el significado del versículo anterior y posterior, los cuales indican que el que “no se aflige” (RVR60), “no observa” (NVI) o “no se humilla” (LBLA) tiene que ver con el rechazo desafiante de abstenerse del trabajo el Día de la Expiación (infracción que se consideraba una ofensa capital cuando se realizaba en un día sagrado—Números 15:33et.seq.), y de la amenaza adjunta de Dios para “destruir” al culpable.

Adicionalmente, cuando se examina la sección concerniente a los castigos prescritos, no se presenta los castigos de las ofensas que el capítulo 18 lista sino hasta el capítulo 20 (con la excepción de la fórmula genérica “cortar” [18:29]). El capítulo 20 clarifica en qué sentido se debía “cortar” al ofensor, dependiendo de la ofensa cometida. “Cortar” en la conjugación hifil del verbo hebreo era la penalidad para el sacrificio de niños (20:2-5), que se clarifica con la expresión “ser muerto” (vs. 2), también como para la persona que realizaba hechicería, i.e., acudía a encantadores y espiritistas (20:6), que se clarifica posteriormente con la expresión “ser muerto” (vs. 27). Para el adulterio (20:10), ciertas formas de incesto (20:11-12), la homosexualidad (20:13) y el bestialismo (20:15-16), el castigo era la “muerte”. Los que cometían bigamia debían ser “quemados con fuego” (20:14), i.e., debían ser muertos y sus cadáveres debían ser quemados (cf. Josué 7:15,25; Jamieson, et.al., s.d., p. 88; aunque Clarke insistió que la idea era quemar con hierro—s.d., 1:578). Para otra clase de incesto, y para las relaciones durante la menstruación de la mujer, se usó solo la expresión “cortar” (20:17-18), y para otras tres formas de incesto solo se usó las expresiones “su iniquidad llevarán” (20:19), “morirán sin hijos” (20:20) y “sin hijos serán” (20:21).

Cuando se lee las tres prohibiciones en cuanto a la menstruación en Levítico, llega a ser aparente su significado y armonización:

Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. Todo aquello sobre que ella se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo. Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche. Si alguno durmiere con ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere, será inmunda (Levítico 15:19-24, énfasis añadido).

Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual (Levítico 18:19).

Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo (Levítico 20:8, énfasis añadido).

Al comparar las tres prohibiciones podemos notar que la mujer debía ser separada de la comunidad durante su menstruación mensual. Si su esposo tuviera relaciones sexuales con ella durante ese tiempo (la posible implicación es que su menstruación comenzara durante la relación, sin que ellos lo supieran de antemano—vea Venham, 1979, p. 220; Keil y Delitzsch, 1976, 1:394), entonces, él también era apartado ceremonialmente y sujeto al mismo aislamiento. Por ende “ser apartado por siete días” (15:19), “inmundo por siete días” (15:24) y “cortado de entre su pueblo” (20:18) son tres formas de expresar la misma proscripción. “Cortar” no significaba ejecutar en este caso (cf. Harris, 1990, 2:600-601).

Teniendo en cuenta estas observaciones, la violación de la regulación en cuanto a refrenarse de las relaciones sexuales durante el periodo de menstruación de la mujer no implicaba la pena de muerte. La prohibición estaba limitada a los israelitas y servía para reforzar el concepto de ser un pueblo santo. “Sangre”, un término que se usa 86 veces en Levítico, era una característica crítica de esta enseñanza del Antiguo Testamento, especialmente en su relación a la vida y la expiación (e.g., Levítico 17:11). Más allá de este significado central, la prohibición posiblemente hubiera tenido el propósito de enfatizar (1) la importancia de ser concientes en cuanto a la salud o (2) la importancia de que el esposo sea considerado ante su esposa durante un tiempo difícil del mes.

En cuanto al primero, existe algo de debate en la comunidad médica sobre si las relaciones durante la menstruación aumentan el riesgo de exponerse a la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (vea “Pelvic Inflammatory…”, 1998; “Causes of Pelvic…”, 2003; “PID”, 2004). Desde luego, la sangre puede ser un medio principal para las bacterias y las enfermedades infecciosas. Como una autoridad médica señaló: “Las relaciones durante la menstruación y las relaciones frecuentes pueden presentar más oportunidades para la admisión de organismos patógenos dentro del útero” (“Pelvic Inflammatory Desease”, 2001). Aunque se ha hecho muchos progresos para incrementar el entendimiento médico durante los siglos, la ciencia médica todavía no provee todas las respuestas a las preguntas que todavía existen en cuanto a las declaraciones inspiradas de la Biblia concernientes a varios temas de salud y medicina.

En cuanto al segundo punto, algunas autoridades señalan que esta ley era una prohibición benévola para ofrecer ayuda compasiva a la mujer durante un tiempo difícil (Knight, 1981, p. 83; Harris, 1990, 2:586-587,600). Incluso hoy, las mujeres son vulnerables al capricho de hombres desconsiderados. La Ley de Moisés manifestaba una preocupación comparable para la mujer en otros aspectos de la vida, incluyendo el embarazo (Éxodo 21:22et.seq.) y el divorcio injusto (Deuteronomio 24:1-4). Es notable que Jesús manifestó una compasión tierna para la pobre mujer que había sufrido de una hemorragia por doce años (Mateo 9:20et.seq.; Marcos 5:25et.seq.; Lucas 8:43et.seq.).

Estamos forzados a concluir que algunas leyes israelitas (como la prohibición de consumir comidas impuras) tenían que ver solo con los israelitas y, en la mayoría de casos, estaban sujetas a penalidades que simplemente requerían la purificación y los procedimientos de limpieza. Ulrich Falkenroth concordó con esta idea: “La relación sexual durante la menstruación…no estaba sujeta a la penalidad civil sino ocasionaba impureza ritual” (1978, 3:95). Sin duda este fue el caso con los asuntos en cuanto a la menstruación de la mujer. [NOTA: Interesantemente, aparte de la purificación ceremonial, se requería una ofrenda por el pecado y una ofrenda ardiente después del nacimiento de un bebé (Levítico 12) y una secreción no-menstruante (Levítico 15:25-30), pero no para una menstruación mensual formal]. El Nuevo Testamento señala que estas mismas leyes de purificación ritualistas estaban limitadas a los israelitas antes de la cruz de Cristo, careciendo de relevancia o aplicación permanente (e.g., Colosenses 2:14-17; cf. Marcos 7:19). Por otra parte, había leyes que la Escritura consideraba de manera diferente y universal, teniendo aplicación general a todas las culturas en todos los tiempos, i.e., las prohibiciones de la mentira, el hurto, el adulterio, el bestialismo, el sacrificio de niños, la homosexualidad, etc. Levítico 18:22 y 20:13 son expresiones de la voluntad de Dios en cuanto a las relaciones entre el mismo sexo, y representan una prohibición continúa (Romanos 1:24-27; 1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:10; cf. Flatt, et.al., 1982, pp. 27-29).

REFERENCIAS

Carr, David (2003), “Chapter and Verse”, [En-línea], URL: http://www.pbs.org/pov/pov2003/familyfundamentals/special_chapter_3. html.

“Causes of Pelvic Inflammatory Disease” (2003), [En-línea], URL: http://www.wrongdiagnosis.com/p/pelvic_inflammatory_disease/causes.htm.

Clarke, Adam (sine data), Clarke’s Commentary: Genesis-Deuteronomy (New York: Abingdon-Cokesbury).

Falkenroth, Ulrich (1978), “Punishment”, The New International Dictionary of New Testament Theology, ed. Colin Brown (Grand Rapids, MI: Zondervan).

Gesenius, William (1847), Hebrew-Chaldee Lexicon to the Old Testament (Grand Rapids, MI: Baker), reimpresión de 1979.

Harris, R. Laird (1990), The Expositor’s Bible Commentary: Leviticus, ed. Frank Gaebelein (Grand Rapids, MI: Zondervan).

Harris, R. Laird, Gleason Archer Jr., y Bruce Waltke, eds. (1980), Theological Wordbook of the Old Testament (Chicago, IL: Moody Press).

Hasel, G.F. (1995), “karat”, Theological Dictionary of the Old Testament, ed. G. Johannes Botterweck, Helmer Ringgren, y Heinz-Josef Fabry (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Jamieson, Robert, A.R. Fausset, y David Brown (sine data), A Commentary on the Old and New Testaments (Grand Rapids, MI: Zondervan).

Keil, C.F. y F. Delitzsch (reimpresión de 1976), Commentary on the Old Testament: The Pentateuch (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Knight, G.A.F. (1981), Leviticus (Louisville, KY: Westminster John Knox Press).

“Pelvic Inflammatory Disease” (1998), National Institutes of Health, [En-línea], http://www.niaid.nih.gov/factsheets/stdpid.htm.

“Pelvic Inflammatory Disease” (2001), Joseph F. Smith Medical Library, [En-línea], URL: http://www.chclibrary.org/micromed/00060140.html.

Pfeiffer, Charles (1957), The Book of Leviticus (Grand Rapids, MI: Baker).

“PID” (2004), Health Communities, [En-línea], URL:http://www.womenshealthchannel.com/pid/index. shtml.

Wenham, Gordon (1979), The Book of Leviticus (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Wigram, George W. (1890), The Englishman’s Hebrew and Chaldee Concordance of the Old Testament (Grand Rapids, MI: Baker, reimpresión de 1980).


Published

A copied sheet of paper

REPRODUCTION & DISCLAIMERS: We are happy to grant permission for this article to be reproduced in part or in its entirety, as long as our stipulations are observed.

Reproduction Stipulations→