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La Exactitud de Hechos

La arqueología es una de las disciplinas que puede ser usada para probar la exactitud histórica de la Escritura. Una y otra vez, ésta ha ayudado a confirmar las referencias de la Biblia de personas, lugares, y fechas. En los cien años pasados, los arqueólogos repetidamente han confirmado e iluminado la historicidad de la Biblia. Aunque nosotros no podemos depender en la arqueología para establecer y sostener nuestra fe, el tener evidencia física que confirme el contexto histórico de los actos salvadores de Dios causa que una persona sincera acepte la Biblia como la Palabra de Dios.

Cuando el renombrado arqueólogo Don William Ramsay comenzó sus exploraciones en Asia Menor, él dudaba de la historicidad del libro de Hechos. Pero después de cientos de horas de investigación, él comenzó a cambiar su forma de pensar. Un estudio cuidadoso de Hechos 14:5-12 le guió a creer que Lucas estaba muy familiarizado con los lugares, personas, y eventos de los cuales escribió. En este pasaje, Lucas escribió que Pablo y Bernabé huyeron de Iconio a “Listra y Derbe, ciudades de Licaonia” (14:6). Anteriormente en la geografía antigua se creía que Iconio era una ciudad de Licaonia (e.g., como Montgomery es una ciudad de Alabama). Este pasaje fue considerado por algunos críticos de la Biblia como un ejemplo típico de la falta de exactitud regional del autor de Hechos, y por ende evidencia en contra de la inspiración divina. Sin embargo, como Ramsay terminó demostrando definitivamente, éste no era el caso. Iconio no era una parte de Licaonia. En cambio, pertenecía a Frigia, una región del Asia Menor completamente diferente. Este cambio puede sonar como un punto menor, pero éste fue uno muy importante en la mente de Ramsay. Su actitud hacia el libro de Hechos comenzó a cambiar radicalmente. Cuanto más estudiaba, se convertía más en un defensor ardiente de la veracidad de la erudición de Lucas.

La arqueología puede ser un elemento grandioso para la gente que está buscando el conocimiento. Ésta ilustra nuestra lectura de la Escritura mientras que continúa confirmando la exactitud histórica de la Biblia. Aquellos que han estudiado el libro de Hechos a la luz de la arqueología han descubierto que donde las evidencias son posibles de chequear, Lucas siempre estuvo en lo correcto, sin tener en cuenta la nación, ciudad, isla, o persona que mencionara. Como Wayne Jackson ha observado: “Esto es verdaderamente remarcable, en vista del hecho que la situación política/territorial de su tiempo estaba en un estado de casi constante cambio. Solamente la inspiración puede dar cuenta por la precisión de Lucas” (“The Holy Bible—Inspired of God,” Christian Courier, 27[1]:1-3, May 1991). ¡Cuán verdadero!


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