La Evolución y el Juego de la Culpabilidad
Adán culpó a Eva (Génesis 3:12). Eva culpó a Satanás (3:13). Los israelitas culparon a Moisés (Éxodo 14:10-12). Saúl culpó a los israelitas (1 Samuel 15:15). Acab culpó a Elías (1 Reyes 18:17,18). Desde el comienzo del tiempo, el hombre ha buscado evitar la responsabilidad personal al culpar a alguien más por sus acciones pecaminosas. Los niños aprenden esto muy temprano en la vida cuando miran frecuentemente a sus hermanos con el fin de salirse de un problema. “Ricardo me obligó a hacerlo…”. “Raquel comenzó…”. “Luís me provocó…”. Normalmente, las discusiones sobre culpar a otros son negativas en naturaleza. Las personas reprochables que rechazan admitir sus malas obras están actuando pecaminosamente e irresponsablemente (1 Juan 1:8-10; cf. 2 Samuel 12:13). Sin embargo, entre los evolucionistas ateísticos, el que merece la culpa llega a ser inocente; todo se puede culpar a “las fuerzas abrumadoras de los genes evolutivos”.
En el año 2000, Randy Thornhill y Craig Palmer escribieron A Natural History of Rape (Una Historia Natural de la Violación) en el que declararon que “[l]a teoría evolutiva se aplica a la violación, como se aplica a otras áreas de la situación humana, tanto en el terreno lógico y evidente. No existe razón científica legítima para no aplicar la hipótesis evolutiva o fundamental a la violación” (p. 55). Ellos continuaron: “La violación humana surge de la maquinaria evolucionada de los hombres para obtener una cifra más alta de parejas en un ambiente donde las mujeres escogen las parejas” (p. 190, énfasis añadido). Aunque a Thornhill y a Palmer “les gustaría que la violación sea erradicada de la vida humana” (p. xi), ellos están forzados a concluir esencialmente que no hay nada fundamentalmente equivocado con tal práctica (vea Butt, 2005 para más información).
Considere la reunión del año 2006 de la Sociedad Europea de la Reproducción y Embriología Humana en Prague, República Checa. Según el sitio Web oficial de la sociedad, el evolucionista, Dr. Laurence Shaw, sostuvo que la promiscuidad y el embarazo subsiguiente deben ser aceptados como normales ya que son simplemente “consecuencias de la evolución” (“Teenage…”, 2006). Él declaró:
[…]antes que condenemos a nuestras adolescentes por tener sexo detrás de los almacenes de bicicletas y quedar embarazadas, debemos recordar que esta es una respuesta natural de estas chicas a sus niveles crecientes de fertilidad. La sociedad puede “hacer un berrinche”, pero sus acciones son parte de un proceso evolutivo que se remonta a casi dos millones de años. Aunque su comportamiento puede no calzar con las expectaciones de la sociedad occidental, tal vez sea útil considerarlo en un contexto más amplio (“Teenage…”, énfasis añadido).
Supuestamente, cuando las relaciones sexuales pre-maritales y el embarazo de las adolescentes son examinados desde un “contexto más amplio”, es decir a través de nuestra herencia evolutiva, estos son percibidos como simplemente naturales, normales y aceptables. Es decir, el sexo pre-marital no está mal, y el embarazo de adolescentes no perjudica a la sociedad.
Los comentarios del Dr. Shaw son solo otro ejemplo de cuán destructivo realmente es el pensamiento evolutivo cuando se lo lleva a su conclusión lógica. Si no existe Dios, y el hombre ha evolucionado del limo, entonces no existen verdades universales, eternas y morales. Lo correcto e incorrecto solamente existe en un mundo donde existe un Dios infinito, eterno y todopoderoso. Si nuestros antepasados mamíferos, reptiles y anfibios no se restringieron sexualmente, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros? Si nuestros supuestos antepasados parecidos a los simios pudieron aparearse cuando desearan, donde desearan y con quien desearan, sin sentir remordimiento o culpa, ¡nosotros también podemos! Además, criticar a las personas que actúan en cierta manera (i.e., comprometiéndose en relaciones sexuales pre-maritales) sería intolerable y revelaría una falta de inteligencia. El Dr. Shaw incluso se burló de aquellos que “condenan” la promiscuidad sexual y el embarazo de adolescentes al decir que ellos “hacen berrinches” acerca de algo sin tener suficiente conocimiento del pasado.
Aunque los cristianos son considerados como incultos y de mentes superficiales, ellos realmente entienden dónde guía el pensamiento evolutivo irracional y ateístico. Si las relaciones sexuales fuera del matrimonio son simplemente “naturales” y “parte de un proceso evolutivo”, entonces ¿qué acerca de las otras cosas que el hombre puede desear hacer? Puede ser “natural” para una persona codiciar (y tomar) lo que otra persona posee. A menudo se ve que los animales más fuertes toman lo que los animales más débiles poseen. ¿Debemos tolerar el hurto, deduciendo que nuestras “acciones son parte de un proceso evolutivo” que se remonta millones de años atrás? Puede ser “natural” para la gente desear matar a alguien por molestarles (e.g., ser sacado del carril por alguien en medio de un congestionamiento de tránsito). Ya que nuestros antepasados animales se mataban entre sí, y ya que los animales de hoy continúan matándose, ¿por qué no deberíamos hacerlo? ¿Se imagina si se usara este tipo de argumentación en los procesos en contra del hurto y el homicidio? “Yo no soy culpable ya que mi instinto animal me instigó a hacerlo”. Al llevar la evolución a su conclusión lógica, se puede ver cuán repulsiva y destructiva realmente es esa filosofía. La evolución naturalmente guía al desorden y a la anarquía social.
Desde que el pecado entró al mundo, el hombre ha agravado el error de su camino al buscar burlar las consecuencias de sus acciones. Tristemente, los evolucionistas han llevado el juego de la culpabilidad a un nivel totalmente nuevo. Si podemos culpar legítimamente la promiscuidad sexual, el embarazo de adolescentes y la violación a nuestra herencia animal, ¿cómo podríamos ser considerados responsables de algo? Tal vez esta “libertad” de la responsabilidad es la atracción principal de la filosofía evolutiva: “Acepte nuestra explicación naturalista de las cosas y nunca tendrá que sentirse culpable de algo otra vez”.
En realidad, no se puede curar el pecado al culpar a algo o a alguien externo. No fue sino hasta que David admitió su pecado que el Señor le perdonó (2 Samuel 12:13). Solamente cuando Pedro se humilló y confesó su pecado fue apto para llegar a ser un pescador de hombres (Lucas 5:8-11). Incluso los cristianos deben confesar continuamente sus pecados para ser limpios de estos por la sangre de Jesús (1 Juan 1:8-10). Ciertamente, una vida sin culpa comienza, no en la aceptación de una filosofía temporal, atea y libre de culpa como la evolución ateística, sino en la sumisión al Dios Todopoderoso Quien amablemente ofrece vida eterna libre de culpa a través de Su Hijo (Juan 3:16; Apocalipsis 22:17).
REFERENCIAS
Butt, Kyle (2005), “La Violación y la Evolución,” [En-línea], URL: https://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/2805.
“Teenage and 60-Year-Old Mums are Consequences of Evolution” (2006), European Society of Human Reproduction & Embryology, [En-línea], URL: http://www.eshre.com/emc.asp?pageId=795.
Thornhill, Randy y Craig T. Palmer (2000), A Natural History of Rape (Cambridge, MA: MIT Press).
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