¿La Evolución de la Mentira?
Los maestros de clase bíblica y predicadores van a tener que reescribir sus lecciones acerca de la mentira, ya que según el profesor de la Universidad de Montclair, Julian Keenan, mentir es simplemente un producto de la evolución. Después de sostener que toda persona miente, Keenan anotó: “La persona promedio dice a lo menos una mentira por día” (como citado en D’Aurizio, 2004). Una acusación muy imprudente, pero la declaración de Keenan de la moralidad humana todavía empeora más. ¿Por qué “todos” los seres humanos mienten? Según Keenan, existen algunas buenas razones que supuestamente se remontan a 5 millones de años atrás. Él aseveró:
Mentir ha jugado un papel clave en nuestra evolución, haciendo que los humanos sean humanos. Esta es una de las habilidades cognitivas más asombrosas, sofisticadas y avanzadas que tenemos. Toda la evidencia indica que nosotros estamos genéticamente programados para mentir. El mentiroso tiene esa ventaja sobre usted. Por ende el gen es transmitido (2004).
Ahí lo tiene. Todo el tiempo que usted ha estado instruyendo a sus hijos y nietos a no mentir fue desperdiciado. Keenan dice que ellos no pueden evitarlo—esto está “genéticamente programado” en ellos. Si esto no fuera presentado como un estudio científico, sería ridículo. Pero ya que Keenan es un profesor responsable por moldear y formar las mentes de los estudiantes universitarios, esto ciertamente no es cosa de risa.
La opinión de Keenan es: “Si usted puede introducirlo en la mente de alguien, tendrá una ventaja real. La clave para ser realmente un buen artista de la estafa es ser un buen lector de la mente, diciendo a alguien lo que quiere oír” (como citado en D’Aurizio). Leyendo entre líneas, ¿debemos asumir que para tener una “ventaja” en la vida, debemos pulir nuestras habilidades para mentir? Comentando acerca de una de las implicaciones de la teoría de Keenan, la escritora del diario Atlanta Journal Constitution, Elaine D’Aurizio escribió: “Introducirse en la mente de uno es también el punto en las citas, Keenan dijo. ‘Los hombres quieren averiguar lo que las mujeres quieren oír y las mujeres quieren saber lo que los hombres quieren oír’”. Keenan continuó:
Las mujeres deben saber acerca de lo que los hombres mienten y también los hombres, quienes no saben casi nada a la manera que las mujeres saben sobre cómo el sexo opuesto miente. Usted está en mejor condición cuando puede detectar una mentira; usted tiene más control.
Por tanto, de acuerdo a este neurocientífico, mentir es un producto beneficioso de la evolución—esto ayuda a que los humanos tengan más control. De hecho, Keenan observó: “Nosotros descubrimos que esta es una señal de inteligencia superior en los niños”. Por tanto ¿de dónde, o de quién, “evolucionamos” este comportamiento? Keenan se lamentó: “Muy pocos animales mienten, excepto tal vez unos pocos simios. La mentira es uno de los sellos distintivos de los seres humanos”. Déjeme aclarar esto—¿muy pocos animales, excepto tal vez unos pocos simios, mienten? El diccionario Webster define la mentira como “una declaración no-verdadera hecha con el intento de engañar”. ¿Cuántos animales en el planeta (incluyendo a los simios) tienen la habilidad de hacer una declaración no-verdadera? ¡Absolutamente ninguno! Si Keenan no hubiera estado tratando de apoyar su teoría ridícula con las tendencias evolutivas, él se hubiera dado cuenta que los simios (junto con todos los otros animales) no fueron creados con la habilidad de usar el lenguaje hablado en tal manera. ¡Los animales no mienten ya que estos no fueron creados con la habilidad de hacerlo!
El golpe de gracia de esta historia vergonzosa vino cuando Keenan observó: “Moralmente, mentir es incorrecto”. ¿Disculpe? Él gastó tiempo y esfuerzo valioso para explicar a sus lectores cómo el mentir fue “genéticamente programado”, nos dio una “ventaja” y fue un producto de la “evolución”. ¿Ahora él quiere clamar que mentir es moralmente incorrecto? ¿Por el estándar de quién? Este no puede ser el estándar del hombre, ya que según Keenan, el hombre nace con este componente genético. La materia—por sí misma—es completamente incapaz de “evolucionar” cualquier sentido de la consciencia. Si no existe propósito en el Universo, como los evolucionistas claman, entonces no existe propósito para la moralidad y la ética. Pero el concepto de una “moralidad sin propósito” (o una “ética sin propósito”) es irracional.
Cuando George Gaylord Simpson comentó que la “moralidad surge solamente en el hombre” (1967, p. 346), él reconoció (consciente o inconscientemente) el hecho que la moralidad es algo único en la humanidad. Nunca un simio se sentó y dijo a otro, “Oye, tengo una buena idea. Hoy vamos a hablar acerca de la moralidad y la ética”. En la misma página de su libro, Simpson se sintió forzado a admitir que “el funcionamiento del universo no puede proveer ningún criterio ético automático, universal, eterno o absoluto de lo correcto e incorrecto” (1967, p. 346). Lo cierto es que la moralidad está basada en el hecho de la naturaleza inmutable de Dios Todopoderoso. Él es eterno (Salmos 90:2; 1 Timoteo 1:17), santo (Isaías 6:3; Apocalipsis 4:8), justo y verdadero (Salmos 89:14) y por siempre consistente (Malaquías 3:6). Este es el mismo Dios Quien formó al hombre con la habilidad de comunicarse libremente—pero Quien detesta la mentira (Salmos 5:6). De hecho, Satanás es llamado el padre de mentira (Juan 8:44). Sí, mentir es equivocado. Pero la razón es porque nuestro Creador lo considera así.
Cuando Martin Gardner escribió sobre “la Relevancia de los Sistemas de Creencia” en su libro, The New Age: Notes of a Fringe Watcher (La Nueva Era: Notas de un Observador Marginal), y observó que lo que una persona cree influencia profundamente su conducta, él no pudo haber hecho un enunciado más correcto (1988, pp. 57-64). Considere la influencia profunda que las enseñanzas de Keenan tendrán en los estudiantes universitarios. La evolución no puede explicar las mentiras, exactamente como no puede explicar la comunicación y la moralidad. Los estudiantes (¡y los adultos!) necesitan darse cuenta que la mentira los separará de Dios y que esta no es una ventaja. El escritor de Proverbios anotó: “El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras” (14:25). ¡Cuán verdadero!
REFERENCIAS
D’Aurizio, Elaine (2004), “Truth Is, Everyone Lies,” Atlanta Journal Constitution, [En-línea], URL: http://www.ajc.com/news/content/health/1104/22lies.html.
Gardner, Martin (1988), The New Age: Notes of a Fringe Watcher (Buffalo, NY: Prometheus).
Simpson, George Gaylord (1967), The Meaning of Evolution (New Haven, CT: Yale University Press), revised edition.
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