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La Búsqueda de los Rastros del Diluvio

Los niños a menudo realizan un juego llamado “el teléfono descompuesto” o el “chismorreo”. Las reglas del juego son muy simples. Varias personas hacen un círculo o una línea. La persona que está al comienzo del círculo o línea piensa en una oración, como por ejemplo, “el caballo rojo se cayó al agua”. Esa persona susurra la oración al oído de la persona que está a su lado. No se puede repetir la oración después que se la haya susurrado una vez, y se debe hablar muy suavemente. La siguiente persona escucha cuidadosamente y luego susurra la oración que escuchó al oído de la persona a su lado. Después que la oración haya pasado hasta la última persona en la línea o círculo, esta repite la oración que se le dijo. La mayoría de las veces, la oración al final del juego no es la misma que se susurró al principio. Por ejemplo, la última persona en la línea puede haber escuchado algo como “el caballo perdió su ojo en el agua” en vez del “caballo rojo se cayó al agua”. El juego muestra claramente que las palabras y oraciones pueden llegar a confundirse cuando se transmiten de una persona a otra. Sin embargo, siempre la oración final tiene algunos rastros de la oración original. A menudo esto sucede con las historias legendarias que se han transmitido de generación a generación. Frecuentemente están mezcladas con hechos y ficción que se originaron de una historia basada en la realidad.

Los antropólogos que estudian las leyendas y el folclor de diferentes lugares geográficos y culturas han reportado consistentemente un grupo particular de leyendas comunes en cada civilización. Han surgido leyendas en cientos de civilizaciones que cuentan de un diluvio inmenso y catastrófico que destruyó a la humanidad, y que solamente pocas personas y animales lo sobrevivieron. De hecho, se ha reportado más de 250 de estas leyendas en naciones tales como China, Babilonia, Méjico, Egipto, Sudán, Siria, Persia, India, Noruega, Irlanda, Gales, Indonesia, Rumania, y se pudiera extender la lista (Perloff, 1999, p. 167).

Aunque el gran número de estas leyendas es sorprendente, las similitudes en su contenido también son sorprendentes. James Perloff escribió:

En el 95 por ciento de más de doscientas leyendas del diluvio, el diluvio fue universal; en el 88 por ciento, una familia se salvó; en el 70 por ciento, la supervivencia fue por medio de un barco; en el 67 por ciento, también se salvó a los animales; en el 66 por ciento, el diluvio se debió a la maldad del hombre; en el 66 por ciento, se había prevenido a los sobrevivientes; en el 57 por ciento, los sobrevivientes llegaron a una montaña; en el 35 por ciento, se envió aves del barco; y en el 9 por ciento, exactamente ocho personas se salvaron (1999, p. 168).

Una leyenda china de un diluvio cuenta la historia de un hombre llamado Fuhi, quien, juntamente con su esposa y tres hijos y tres hijas, se salvó del gran diluvio. Un templo antiguo en China tiene una pintura que retrata al barco de Fuhi en el agua, y a una paloma con una rama de olivo en su pico (Gish, 1992, p. 74).

Posiblemente uno de los relatos más famosos de un diluvio (aparte del registro bíblico de Noé y el Diluvio) viene del imperio babilónico antiguo. La Epopeya de Gilgamesh, que se escribió en doce tablillas de arcilla que datan del séptimo siglo a.C., cuenta de un héroe llamado Gilgamesh. En su búsqueda de la vida eterna, Gilgamesh contactó a Utnapishtim, una persona a quien se le concedió vida eterna porque salvó a una barcada de animales y humanos durante una gran inundación. En la onceava tablilla de esta epopeya, se registra el relato de un diluvio que se asemeja al relato de Génesis en muchos aspectos. Por ejemplo, en ambas historias el diluvio fue el resultado de la maldad, se construyó un arca para preservar a un grupo selecto, se envió un cuervo y un ave para verificar la condición del mundo después del diluvio y se ofreció sacrificios por la supervivencia de las personas en el arca. (Roth, 1988, pp. 303-304).

Desde luego, la siguiente pregunta es, “¿Cuál es la importancia de las varias leyendas de un diluvio?”. La respuesta parece ser muy obvia: (a) tenemos más de 250 leyendas que cuentan de un gran diluvio; (b) muchas de las leyendas vinieron de tiempos y civilizaciones diferentes que no pudieron haber copiado ninguna de las leyendas similares; (c) se registró las leyendas mucho antes que algún misionero llegara para relatar la historia de Noé en el libro de Génesis; y (d) casi todas las civilizaciones tienen alguna clase de leyenda de un diluvio. La conclusión inmediata es que estos hechos se centran en la idea que algún tiempo atrás en el pasado distante existió un diluvio inmenso que afectó para siempre la historia de todos los humanos y civilizaciones. El escritor inspirado, Moisés, lo declaró de esta manera: “Y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches” (Génesis 7:12).

 

REFERENCIAS

Gish, Duane (1992), Dinosaurios por Diseño [Dinosaurs By Design] (Colorado Springs, CO: Creation Life Publishers).

Perloff, James (1999), Tornado en Chatarrería: El Mito Implacable del Darvinismo [Tornado in a Junkyard: The Relentless Myth of Darwinism] (Arlington, MA: Refuge Books).

Roth, Ariel (1988), Orígenes: El Enlace de la Ciencia y la Escritura [Origins: Linking Science and Scripture](Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing).


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