¿Inconsistencias en Cuanto al Incesto?
En más de una lista de “discrepancias bíblicas” se encuentra la declaración que los escritores de la Biblia se equivocaron en cuanto a sus enseñanzas sobre el incesto. En Levítico 18:6-30, 20:11-12 y Deuteronomio 27:20-23, se aprende que las relaciones sexuales entre familiares cercanos son pecaminosas y penadas con la muerte: “Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez” (Levítico 18:6). Sin embargo, otros pasajes indican que Dios toleró el incesto entre Su pueblo, e incluso bendijo a los que se involucraron en tales relaciones. Abraham se casó con Sara, su media hermana (Génesis 20:12; cf. Génesis 17:15-16; 22:17), mientras Isaac, hijo de Abraham, se casó con Rebeca, su prima segunda (Génesis 22:20-23; 24:4,15), y Jacob, nieto de Abraham, se casó con sus primas, Raquel y Lea (Génesis 24:29; 29:15-30). Incluso Amram, padre de Moisés, “tomó por mujer a Jocabed su tía” (Éxodo 6:20, énfasis añadido; cf. Levítico 20:19). Los críticos declaran que estos pasajes son contradictorios. ¿Fueron inconsistentes los escritores de la Biblia cuando abordaron el tema del incesto?
Primero, se debe reconocer que el hecho que la Escritura mencione que hombres justos como Abraham o uno de sus descendientes justos hicieron algo que Dios prohibió, no significa que los escritores de la Biblia se contradijeron. Cristo fue el único hombre perfecto (2 Corintios 5:21). Aunque Noé, Abraham, Moisés, etc. fueron fieles a Dios (Hebreos 11:7-29), ellos ocasionalmente desobedecieron Su voluntad (e.g., Números 20:1-12). Dios nunca bendijo la desobediencia de ellos, solamente su fidelidad. Considere a Rahab la ramera. Aunque Dios no condenó su prostitución, ella “fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino” (Santiago 2:25). “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz” (Hebreos 11:32). El hecho que Dios salvara por Su gracia a Rahab de la destrucción de Jericó, no significa que Dios aprobara sus pecados sexuales pasados. Similarmente, el hecho que los escritores de la Biblia mencionen un evento particular (e.g., el matrimonio de Amram con su tía) sin condenarlo, no significa necesariamente que los escritores de la Biblia lo aprueben.
Segundo, para identificar una contradicción legítima, debemos considerar el mismo marco de tiempo. Condenar a Thomas Jefferson por no pagar impuestos federales sería ilógico ya que no había impuestos federales en los Estados Unidos durante su tiempo. De igual manera, acusar a ciertos hombres justos de quebrantar la ley de Dios antes del establecimiento de esa ley es erróneo. La primera indicación de la prohibición de Dios en cuanto a los matrimonios incestuosos se encuentra después de la salida de los Israelitas de Egipto (cuando Moisés tenía alrededor de 80 años—Éxodo 7:7). Antes de Ley Mosaica, los hombres podían casarse legalmente con familiares cercanos. De hecho, Dios bendijo a Abraham (Génesis 12:1-3) mientras estaba casado con Sara, su media hermana. Además, se deduce de la Creación de Adán, el primer hombre (1 Corintios 15:45) y Eva, la “madre de todos los vivientes” (Génesis 3:20), que sus descendientes inmediatos se casaron entre ellos y tuvieron hijos. Adicionalmente, después del gran Diluvio, Noé, sus tres hijos, y sus esposas, repoblaron la Tierra (Génesis 9:1). Por ende, en el principio Dios permitió el incesto.
No había necesidad de leyes estrictas en cuanto al patrón del matrimonio en la Era Patriarcal temprana (aparte de la institución divina de “un hombre y una mujer para toda la vida”) por al menos una buena razón: durante ese tiempo, el hombre estaba en un estado relativamente puro, al menos físicamente, habiendo dejado hace poco tiempo la condición perfecta en que fue creado, y el Huerto que había sustentado su vida…. [N]inguna característica genética dañina había emergido hasta este punto que pudiera haber pasado a los hijos de los compañeros relacionados cercanamente. Sin embargo, después de muchas generaciones, y especialmente después del Diluvio de Noé (Génesis 6-9), la radiación solar y cósmica, los mutágenos químicos y virales y los errores en la duplicación del ADN, guiaron a la multiplicación de desórdenes genéticos. Dios protegió a Su pueblo al instituir leyes estrictas en contra de los matrimonios incestuosos en el capítulo dieciocho de Levítico (Thompson y Major, 1987, 7[2]:7).
Se dio las leyes en cuanto al incesto durante la dispensación mosaica. Los que vivieron antes de este periodo no estuvieron sujetos a las leyes del incesto, así como nosotros no estamos sujetos a otros mandatos mosaicos (e.g., no comer cerdo—Levítico 11:7). Habiendo dicho eso, ya que “más desórdenes genéticos han surgido en la población mundial durante el tiempo de Moisés,…es incluso más importante evitar el matrimonio con un familiar cercano. Por ende el cristianismo se ha asegurado que se traslade estas reglas a las leyes modernas en el mundo occidental” (Thompson y Major, 7[2]:7). Aunque puede no ser pecaminoso que se case con su prima, debe pensar dos veces antes de decir, “Acepto”.
REFERENCIAS
Thompson, Bert y Trevor Major (1987), “Where Did Cain Get His Wife?” Reason and Revelation, 7[2]:5-7, febrero.
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