¿Heredan los Hijos el Pecado de Sus Padres?
Entender la naturaleza de la interacción de Dios con el hombre no es una tarea fácil. El estudiante honesto de la Biblia a menudo se encuentra con cosas “extrañas” en el texto bíblico. Otros, quienes son tal vez menos sinceros, tuercen estos pasajes inicialmente extraños “para su propia perdición” (como se describe en 2 Pedro 3:16). Una de las ideas menos entendidas es cómo trató (y todavía trata) Jehová a los hijos de la gente impía. Steve Wells, autor de la Skeptic’s Annotated Bible (Biblia Anotada del Escéptico), asevera que existe una discrepancia en la Biblia concerniente a este tema. Él lista Éxodo 20:5: “Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Wells entonces presenta Ezequiel 18:20 como un texto contradictorio: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él” (Wells, 2003).
¿Existe una contradicción legítima entre estos versículos? O, para expresar la pregunta de una manera diferente, ¿existe alguna manera posible que ambos enunciados sean verdaderos? Lo cierto es que ambos enunciados pueden ser verdaderos. Lo que el Sr. Wells y otros que tuercen estos versículos para formar una supuesta contradicción no reconocen es que existe una diferencia en llevar la culpa de los padres y sufrir las consecuencias negativas físicas y emocionales debido a las decisiones malas de los padres.
A menudo se da el caso que los hijos de la gente impía sufren terriblemente. A veces sufren porque los padres abusan físicamente y emocionalmente de ellos (en violación directa a las Escrituras; cf. Mateo 7:12; Colosenses 3:21). Otras veces, los hijos sufren como un resultado de la conducta irresponsable de los padres. Por ejemplo, suponga que un hombre es adicto al juego de azar y malgasta su salario apostando, en vez de usarlo para alimentar a su familia. Como resultado, sus hijos sufren hambre, humillación y pobreza.
Sin embargo, aunque los hijos de la gente impía a menudo sufren consecuencias físicas, ellos no heredan el pecado de sus padres. El libro de Jeremías provee un comentario interesante sobre este tema. En Jeremías 16:1-6, Dios dijo a Jeremías que no debería tomar una esposa y/o tener hijos en la tierra de Israel. Dios explicó su razón a Jeremías con estas palabras: “Porque así ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan en este lugar… De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra” (16:3,4). ¿Por qué pasaría esto? Wells es rápido en señalar este capítulo, especialmente los versículos 10 y 11 donde los hijos de Israel plantean la pregunta, “¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan grande?” (vs. 10). Wells entonces registra la respuesta de Jeremías: “Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová” (vs. 11). No obstante, Wells no cita el versículo siguiente (12) que declara: “Y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres…”.
Los israelitas estaban sufriendo debido a los pecados de sus padres—y debido a sus propios pecados. Sus hijos iban a morir con enfermedades dolorosas. El escéptico es rápido en aprovecharse de este hecho y declarar que cada vez que un niño inocente muerte, esto es una burla a la justicia y algo que un Dios amoroso nunca permitiría (una idea falsa que he refutado en otro escrito; vea Butt, 2006).
¿Algunas veces sufren los hijos muertes horribles a causa de las decisiones equivocadas de los padres? Absolutamente. Los israelitas habían adoptado la práctica de sacrificar a sus propios hijos a un dios falso llamado Baal (Jeremías 19:5). Entonces, la iniquidad de los padres puede visitar a los hijos en la forma de sufrimiento físico. Pero ¿llevan los hijos la culpabilidad de ese pecado? ¡Absolutamente no! Ezequiel escribió por inspiración del Espíritu Santo: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo” (Ezequiel 18:20, énfasis añadido).
Note las palabras alma y pecado. ¿Alguna vez insinúa la Biblia, por ejemplo, que un hijo es culpable de idolatría porque sus padres eran idólatras? No (lea Mateo 18:3-5; Lucas 18:16,17). Llevar el pecado es algo completamente diferente que llevar las consecuencias físicas de las acciones de otros. Como es a menudo el caso, el escéptico ha malentendido esta idea básica y ha supuesto una contradicción bíblica donde realmente no hay ninguna. Este es otro ejemplo en que la acusación en contra de la Biblia falla, pero “la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:25).
REFERENCIAS
Butt, Kyle (2006), “La Suposición Errónea del Escéptico”, [En-línea], https://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/3071.
Wells, Steve (2001), Skeptic’s Annotated Bible [En-línea], URL: http://www.skepticsannotatedbible.com/1cor/index.html.
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