¿Habita Dios en Luz u Oscuridad?
En el Debate Butt/Barker del 12 de febrero de 2009 sobre la existencia del Dios de la Biblia, el ateo Dan Barker pasó casi dos-tercios de su discurso de apertura declarando que la descripción bíblica en cuanto a Dios es contradictoria. Barker presentó varias supuestas discrepancias (de las cuales la mayoría hemos respondido en nuestro sitio Web), incluyendo que Dios no puede morar lógicamente en luz y oscuridad. Dan Barker declaró a los 12 minutos y cinco segundos de su primer discurso:
¿Habita Dios en luz o habita Dios en oscuridad? Primera Timoteo 6 dice: “Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible”. Santiago 1:17 dice: “el Padre de las luces”. Y así vemos una y otra vez que Dios es luz. No hay oscuridad en él en absoluto. Sin embargo, en 1 Reyes 8 leemos: “Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad”. Primera Samuel 22 dice: “Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí; oscuridad de aguas y densas nubes”. El Salmo 18:11 dice: “Puso tinieblas por su escondedero”. Así que Dios vive en luz. Dios vive en oscuridad.
¿Describen estos versículos una imagen contradictoria en cuanto a Dios?
Primero, la Biblia usa los términos “luz” y “oscuridad” y/o “tinieblas” en varias formas en una variedad de contextos. El lugar de morada de Dios en el cielo de los cielos está lleno de “luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16) ya que “la gloria de Dios la ilumina” (Apocalipsis 21:23). Dios creó la luz en el Universo físico durante los seis días de la Creación, y “llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche” (Génesis 1:5). Hizo el Sol, la Luna y las estrellas el cuarto día de la Creación, por ende es el “Padre de las luces” (Santiago 1:17). Jesús fue transfigurado milagrosamente delante de tres de Sus apóstoles, y “resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz” (Mateo 17:2). El salmista hizo referencia a la luz en el sentido de instrucción divina: “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples” (119:130). A la inversa, el salmista hizo referencia a los que “no saben, no entienden” como personas que “andan en tinieblas” (82:5). Mientras abordaba el tema del pecado y la justicia, el apóstol Juan usó los términos “luz” y “tinieblas” simbólicamente: “Dios es luz [i.e., santo], y no hay ningunas tinieblas [i.e., pecado] en él” (1 Juan 1:5). Este mismo apóstol hizo referencia a Jesús como “la Luz” en todo su evangelio (1:4-9; 8:12; 9:5; 12:34-36,46), y Mateo registró que Jesús hizo referencia a Sus discípulos como “la luz del mundo” (5:14-16), aquellos que reflejaban Su santidad.
Note que Barker nunca aludió a las maneras diferentes en que la Escritura usa las palabras “luz” y “oscuridad” y/o “tinieblas”. Él simplemente colocó la frase en Santiago 1:17 en cuanto a Dios, el Creador de las luces, contra el enunciado poético en el Salmo 18:11 (“Puso tinieblas por su escondedero”), y sugirió a sus oyentes que tales enunciados eran contradictorios. Pero el hecho que Dios sea el Padre del Sol, la Luna y las estrellas, no tiene relación con la pregunta si Dios mora en oscuridad o luz. Qué creó Dios y dónde mora Dios son dos cosas diferentes. No se puede culpar a las Escrituras cuando un crítico compara manzanas y naranjas. Para que exista una contradicción legítima, se debe estar considerando la misma cosa.
Segundo, el pasaje en 1 Reyes 8:12 que Barker señaló (“Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad”), no está abordando el lugar de morada de Dios en el cielo de los cielos. Primera Reyes 8:12-13, juntamente con 2 Crónicas 5:13-14, abordan la presencia de Dios en el templo físico en Jerusalén. Así como “una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo” en el tiempo de Moisés (Éxodo 40:34), “la casa [el templo] se llenó de una nube, la casa de Jehová” (2 Crónicas 5:13). De igual manera, la expresión poética en el Salmo 18 y 2 Samuel 22 (una referencia del Salmo 18) describe a Dios, no en Su trono majestuoso y glorioso en el cielo, sino como Aquel que “descendió” del cielo (Salmos 18:9), “voló sobre las alas del viento” (18:10) y libertó a su siervo David de sus enemigos mientras ponía “tinieblas por su escondedero” y “por cortina…oscuridad de aguas” (18:11). Como H.C. Leupold comentó,
La idea es una tormenta violenta—una figura que las Escrituras frecuentemente usaba para enfatizar el acercamiento de Dios, como si Dios mismo estuviera habitando en la tormenta. Desde el tiempo del Sinaí en adelante, estas figuras llegan a ser comunes (cf. Éx. 19:16-18; Jue. 5:4-5; Sal. 68:7; 77:16-18; Is. 29:6; 30:27et.seq.; etc.). Mientras la tormenta pasa rápidamente, Él está en la tormenta. Las nubes espesas de la tormenta son el material en que Él cabalga (1959, pp. 166-167).
Una vez más, cuando se toma el tiempo para inspeccionar cuidadosamente la acusación de Dan Barker contra el Dios de la Biblia, el que busca sinceramente la verdad, descubrirá la vaciedad de sus acusaciones. Una y otra vez, en su debate con Kyle Butt sobre la existencia del Dios de la Biblia, y en sus libros, Barker ha despreciado el hecho que para que exista una contradicción legítima, se debe estar haciendo referencia a la misma persona, lugar o cosa, al mismo tiempo y en el mismo sentido. (Para mayor información, vea Lyons, 2003 y 2005).
REFERENCIAS
Butt, Kyle y Dan Barker (2009), El Debate Butt/Barker [The Butt/Barker Debate](Montgomery, AL: Apologetics Press).
Leupold, H.C. (1959), Exposición de los Salmos [Exposition of the Psalms] (Grand Rapids, MI: Baker).
Lyons, Eric (2003), El Yunque Tañe: Volumen 1 [The Anvil Rings: Volume 1] (Montgomery, AL: Apologetics Press).
Lyons, Eric (2005), El Yunque Tañe: Volumen 2 [The Anvil Rings: Volume 2] (Montgomery, AL: Apologetics Press).
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