¿Había Salido el Sol o Todavía No?
Intentar presentar consistentemente contradicciones entre los relatos de la resurrección en los cuatro evangelios ha sido un intento que tuerce la Escritura pero que no tiene fundamento en la evidencia o el razonamiento lógico. Por ejemplo, algunos que critican la Biblia declaran que cuando se compara el evangelio de Juan con los otros tres registros, se puede ver que el tiempo del día en que las mujeres visitaron la tumba vacía de Jesús es diferente. Por favor, lea por sí mismo los cuatro relatos siguientes (se ha añadido énfasis para señalar el tempo del día con el que se lidia).
Mateo 28:1: Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
Lucas 24:1: El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.
Marcos 16:2: Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.
Juan 20:1: El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
Primero, por favor entienda que si estos cuatro relatos estuvieran en cualquier libro antiguo en vez de la Biblia, nunca se los cuestionaría como contradictorios. De hecho, muy probablemente se los consideraría en armonía perfecta. Pero a la Biblia se la inspecciona más estrictamente que cualquier otro libro que registre historia antigua. Considere esto: si se leyera los enunciados anteriores a un grupo de niños de tercer grado de primaria, ¿pudieran ellos entender a qué tiempo del día se hace referencia? Cualquiera que lea los relatos puede ver fácilmente que las mujeres visitaron la tumba muy temprano, en algún momento el primer día de la semana.
Segundo, no es difícil entender que María Magdalena pudo haber llegado a la tumba mientras todavía estaba oscuro, y mientras comenzaba a amanecer, y muy temprano. Lo cierto es que fue tan temprano que el Sol no había salido completamente, y por ende permanecía una sombra de oscuridad en la escena.
Se puede reconciliar fácilmente esta supuesta contradicción. Esto prueba que la suma de la Palabra de Dios es verdad (Salmos 119:160).
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