¿Fue María Virgen por Toda Su Vida?
La idea de la virginidad perpetua de María es crucial para la mariología católica (vea Herbermann, 1913, 15:459-472). Los católicos afirman que María fue virgen, no solamente antes y durante la concepción de Jesús, sino después, por el resto de su vida. Se conoce a esta idea como la “Virginidad Perpetua” de María. Pero, ¿fue María virgen por la totalidad de su vida?
Todos los cristianos (o al menos los que creen que el registro bíblico es inspirado) están de acuerdo que María fue virgen cuando el ángel de Dios le informó que había concebido del Espíritu Santo. Mateo es claro cuando señala: “[A]ntes que se juntasen [José y María], se halló que había concebido del Espíritu Santo” (1:18, énfasis añadido). Lucas registra la pregunta de María al oír que iba a tener un hijo: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (1:34, énfasis añadido). Obviamente, se usó la palabra “conocer” en Lucas 1:34 no para indicar “tener la idea o noción en cuanto a un hombre”, sino en referencia a “tener relaciones conyugales”. [María pensó que era imposible que concibiera un niño ya que ella no “conocía varón”]. La palabra “conocer” viene del griego ginosko y, en el contexto de Lucas 1:34, se “usa para expresar el pensamiento de relación o unión, como entre hombre y mujer” (Vine, 1999, 2:190). La Biblia claramente enseña que María fue una virgen al tiempo de la concepción de Jesús (cf. Isaías 7:14). Pero ¿qué acerca del tiempo posterior al nacimiento del Salvador?
Primero, considere las ideas católicas en cuanto a la misma virginidad. Si ellos definen “virginidad” como “la conservación intacta del himen de la mujer” (la membrana localizada en la vulva), naturalmente María hubiera “perdido su virginidad” al momento del nacimiento de Jesús. El Nuevo Testamento registra que la concepción de María fue milagrosa (Mateo 1:18), pero decir que su embarazo, así como su parto, fueron milagrosos, sería forzar la interpretación del texto.
Segundo, considere la palabra “hasta” en Mateo 1:25 (“no la conoció [José] hasta que dio a luz a su hijo primogénito”) en conexión con la palabra “antes” en Mateo 1:18 (“antes que se juntasen [José y María]). La frase griega heos hou, traducida “hasta”, no necesariamente implica que José y María tuvieron relaciones sexuales después del nacimiento de Jesús. Sin embargo, como Lewis ha señalado, el resto del Nuevo Testamento corrobora el hecho que cuando una negación precede a esta frase, “siempre implica que la acción que se niega sucedió después” (citado en Miller, 2006). Muy probablemente, el uso de Mateo de las palabras “hasta” y “antes” enfatiza una post-condición contraria a un estado de virginidad. Además, note que Mateo escribió su evangelio (entre 40 d.C. y 70 d.C.) después que hubieron sucedido los eventos de su registro. Por ende, si él hubiera querido que el lector entendiera que María fue virgen por toda su vida, ciertamente hubiera sido muy claro en cuanto a este asunto. Pero su redacción guía a una conclusión opuesta.
Tercero, mientras José meditaba en cuanto al embarazo repentino de María (aunque todavía no se habían “juntado”, según Mateo 1:18), “un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer” (Mateo 1:20, énfasis añadido). Como Barnes señaló, esta frase (“recibir a María tu mujer”) significa “reconocerla como tal y tratarla como tal” (2005, p. 6, énfasis añadido). El ángel de Dios animó a José no solamente a tomar a María, sino a tomarla como su esposa, no como una hermana o compañera de cuarto por toda su vida. La verdad es clara: María llegó a ser la esposa de José en el sentido físico absoluto de la palabra.
Cuarto, Mateo (1:25) y Lucas (2:7) registran que María dio a luz a su primogénito. “Primogénito” viene de dos palabras griegas: protos, que significa “primero”, y tikto, que significa “engendrar” (Vine 1999, 2:698). En estos versículos se hace referencia a Jesús como el primer hijo de María, lo cual puede implicar que María tuvo más hijos después del nacimiento de Jesús. También vale la pena mencionar que aunque Lucas hizo referencia al bebé Jesús como el primogénito de María (prototokos; 2:7), en el capítulo anterior hizo referencia al bebé Juan (el único hijo de Zacarías y Elisabet) como el hijo (huios; 1:57) de Elisabet. Esto no prueba por sí mismo que María tuvo otros hijos, sino añade peso al caso en contra de la virginidad perpetua de María.
Otros pasajes en el Nuevo Testamento proveen evidencia para concluir fuera de toda duda que Jesús tuvo hermanastros que José y María engendraron algún tiempo después que ellos “se juntasen” (Mateo 1:18). Por ejemplo, Marcos 3 relata en cuanto a un tumulto que sucedió cuando Jesús estaba enseñando a una multitud. Luego vinieron “sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle” (Marcos 3:31, énfasis añadido; cf. Mateo 12:46-50). Marcos también señaló que la gente alrededor de Jesús le dijo, “Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan” (3:32, énfasis añadido). Marcos no solamente identificó a estas personas como los familiares directos de Jesús, sino también registró que la multitud (que conocía a Jesús) identificó al mismo grupo de gente como Su familia. Adicionalmente, al enfatizar la superioridad de Su familia espiritual sobre Su familia física (que estaba buscándole), Jesús dijo: “Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre” (Marcos 3:35). El enunciado de Jesús enfatiza la relación única e íntima entre Cristo y Sus seguidores. Él no quiso dar a entender que los que hacían la voluntad de Dios eran Sus primos espirituales, sino ¡Sus hermanos y hermanas espirituales!
Mateo 13:53-58 es similar a Marcos 3:31-35. Mateo registró la llegada de Jesús a Su pueblo, Nazaret de Galilea, donde enseñó a la gente en la sinagoga (13:54). Cuando ellos escucharon la enseñanza de Jesús, “se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?” (13:54-56, énfasis añadido).
Varias teorías intentan evitar el hecho que José y María tuvieron hijos juntos. Una de esas teorías sostiene que los “hermanos” que Mateo 13 menciona fueron Sus apóstoles. Esta teoría pasa por alto el hecho que Jesús no llegó a cualquier pueblo, sino “a su tierra” (13:54, énfasis añadido). Los que identificaron a los hermanos y hermanas de Jesús conocían muy bien quién era Jesús y quiénes eran Sus familiares cercanos, como se evidencia por el hecho que identificaron por nombre a los miembros de la familia de Jesús. Una razón por la cual se maravillaron de Su enseñaza fue porque sabían que Su familia física consistía de gente ordinaria. Es irónico que muchos católicos acepten que la frase “hijo del carpintero” identifique literalmente al padre adoptivo de Jesús, José, y que la frase “su madre María” identifique literalmente a la madre de Jesús, mientras que nieguen que las frases “sus hermanos” y “sus hermanas” identifiquen literalmente a los hermanastros de Jesús. ¿Qué clase de interpretación es esa? Además, aunque los nombres Jacobo, Simón y Judas (que la multitud listó) puedan recordarnos los nombres de tres de los apóstoles de Jesús (Mateo 10:2-4), ningún apóstol se llamaba José (Mateo 13:55). Es claro que estos “hermanos” no fueron los apóstoles de Jesús. Si “sus hermanos” hace referencia a los apóstoles, entonces, dígame por favor, ¿a quiénes hace referencia la frase “sus hermanas”?
Lucas ofrece más evidencia en cuanto al hecho que los hombres a quienes se hizo referencia como “hermanos de Jesús no pudieron ser Sus apóstoles. En Hechos 1:13, identificó a los apóstoles (en ese tiempo solamente once) por nombre. Luego, en el versículo 14, añadió: “Todos éstos [los apóstoles del versículo 13] perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (énfasis añadido). Pablo hizo la misma distinción cuando preguntó, “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?” (1 Corintios 9:5, énfasis añadido). No hay duda que “los hermanos del Señor” de quienes Lucas y Pablo hablaron fueron un grupo diferente a los apóstoles.
Debido al peso de la evidencia bíblica, pocos católicos afirman que los hermanos de Jesús fueron Sus apóstoles. En cambio, muchos de ellos han sugerido que estos “hermanos” y “hermanas” fueron Sus discípulos o seguidores. Pero, otra vez, la evidencia bíblica es abrumadora.
Cuando la gente identificó a Jesús en Mateo 13:53-58, le conectó con una familia compuesta de un “carpintero”, “María”, “sus hermanos” (Jacobo, José, Simón y Judas) y “sus hermanas”. ¿Por qué la gente hiciera referencia a José y María y luego les conectaría a Su “familia espiritual” (seguidores) para establecer la identidad de Jesús? ¿Por qué hubieran nombrado solamente a cuatro de los “seguidores” de Jesús? Juan nos ayuda a concluir que estos “hermanos” y “hermanas” no fueron los discípulos o seguidores de Jesús. En el capítulo siete de su evangelio, Juan nos dice que “le dijeron sus hermanos [de Jesús]: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces” (7:3, énfasis añadido). Juan hizo una distinción clara entre los hermanos de Jesús y Sus discípulos o seguidores. Él continuó declarando que “ni aun sus hermanos creían en él” (7:5). Para este tiempo, los hermanos de Jesús no eran contados en el grupo conocido como “sus discípulos”—aquellos que creían en Él. Lucas también hizo una distinción cuando, en Hechos 1:14, identificó a un grupo conocido como los hermanos de Jesús, mientras que en el versículo 15 dio el número de los discípulos: “[Y] los reunidos eran como ciento veinte en número”. Aunque para el tiempo en que el evento de Hechos 1 sucedió, los hermanos de Jesús creían en Él y eran contados en el número de Sus discípulos, todavía se les describía como personas que habían estado relacionadas cercanamente al Salvador. Ciertamente, estos “hermanos” y “hermanas” no fueron los discípulos o seguidores de Jesús durante Su ministerio.
¿Es posible que estos “hermanos” y “hermanas” fueran los primos de Jesús u otros familiares cercanos? Al tratar de defender esta teoría, un apologista católico se enfocó en José, uno de los hermanos de Jesús que Mateo 13:55 lista. Él argumentó que los judíos “nunca le ponen el mismo nombre al hijo…. Por eso José no puede ser el hijo de José [el carpintero—MP]” (Zavala, 2000). Esta conclusión no tiene fundamento. Primero, la tradición puede reflejar lo que la mayoría de gente hace, pero no representa exactamente cada caso individual. No se puede decir que los judíos “nunca le ponen el mismo nombre al hijo”. Segundo, para el tiempo de Jesús, la tradición hebrea había sido influenciada grandemente por la cultura griega y otras (e.g., babilónica, persa, etc.). Como sucede con la influencia moderna (e.g., niños latinos que tienen nombres ingleses), para este periodo la tradición judía era una mezcla de costumbres diferentes. Tercero, Lucas arrojó luz en cuanto a la tradición hebrea de nombrar bebés para el tiempo de Jesús. Al hablar del tiempo inmediato al nacimiento de Juan el Bautista, Lucas registró que “los vecinos y los parientes…le llamaban [a Juan] con el nombre de su padre, Zacarías” (1:58-59, énfasis añadido). ¿Pero por qué los parientes y vecinos hebreos hicieran esto si no era la “tradición aceptada”? Lucas también nos informa que cuanto Elisabet (la madre de Juan) respondió que el niño “se llamará Juan” (vs. 60), ellos le dijeron, “No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre” (vs. 61). La conclusión es clara (y muestra la falta de conocimiento bíblico de algunos apologistas católicos): para el tiempo de Jesús, era aceptable poner a un hijo el nombre de su padre. Por tanto, José (Mateo 13:55) hace referencia al hijo de José el carpintero.
Es cierto que la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento hebreo) usa adelfos (hermano) con un significado más amplio para hacer referencia a un familiar cercano que no es técnicamente un hermano. Sin embargo, este uso no establece el significado de “primo” para adelfos en el Nuevo Testamento. Como Walther Gunther ha indicado, “En ningún caso se puede interpretar adelfos con seguridad en el Nuevo Testamento en este sentido [i.e., como primos—MP]” (vea Brown, 1975, 1:256). Lewis incluso declaró más enfáticamente, “‘Hermanos’ (adelfos) nunca significa ‘primos’ en el Nuevo Testamento griego” (1976, 1:181, énfasis añadido). Por tanto, interpretar adelfos como “primos” solamente en pasajes del Nuevo Testamento que hacen referencia a los hermanos de Jesús es una exégesis arbitraria que carece de fundamento contextual y/o textual (vea Miller, 2006).
Pablo ofrece evidencia circunstancial adicional. Cuando defendió su apostolado ante los gálatas, declaró que cuando llegó a Jerusalén, no vio “a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor” (1:19, énfasis añadido). Esta información calza perfectamente con Mateo 13:55, donde se identifica a Jacobo como uno de los hermanos de Jesús. Además, cuando Judas escribió su epístola, se presentó como “siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo” (vs. 1, énfasis añadido). Como confirmación, Mateo identificó a Jacobo y Judas como hermanos de Jesús. [NOTA: A diferencia de lo que algunos católicos han declarado (e.g., Tapias, 2006; Arráiz, s.d.), este Jacobo, hermano de Jesús, no fue Jacobo el apóstol (cf. Gálatas 1:17-19) y, por ende, no fue el hijo de Alfeo, sino el hijo de José el carpintero. Hasta donde sabemos, ninguno de los dos apóstoles llamados Jacobo tuvo un hermano llamado Judas (cf. Mateo 10:2-3)].
Si Jesús realmente tuvo hermanastros físicos, ¿por qué encomendó el cuidado de Su madre a uno de Sus discípulos cuando estuvo en la cruz (Juan 19:25-27)? ¿Muestra esto que Jesús no tuvo hermanos que cuidaran de Su madre? No. Los hermanos de Jesús no creían en Él durante Su ministerio (Juan 7:5). [Aparentemente llegaron a ser discípulos de Jesús después de Su resurrección]. Esta puede haber sido la razón principal por la cual Jesús confió el cuidado de Su madre a uno de Sus apóstoles en vez de a uno de Sus hermanos físicos. Jesús siempre dio prioridad a Su familia espiritual que a Su familia física (Mateo 12:48-50).
Se debe abordar un último punto. Se ha argumentado obstinadamente (como un “último rayo de esperanza” para la virginidad perpetua de María) que María no tuvo más hijos después de Jesús porque la Biblia nunca menciona “hijos de María” (vea Salza, s.d.). ¿Por qué se necesita la frase específica “hijos de María” cuando muchos versículos, que hemos mencionado previamente, claramente indican que ella y José tuvieron hijos juntos después del nacimiento de Jesús? ¿Se necesita la frase específica “hijos de María” para llegar a esta conclusión? Es interesante notar que aunque algunos apologistas católicos rechazan creer que María tuvo otros hijos porque la Biblia no registra la frase “hijos de María”, ellos aceptan y promueven ideas y frases, tales como “La Santísima Inmaculada”, “Virgen Perpetua”, “Madre de la Iglesia” y “Madre de Dios”, que la Biblia no menciona, mucho menos sostiene.
Demostrar que María tuvo más hijos de ninguna manera impugna su dignificad. Pero para justificar la adoración a María, los marianistas han buscado una manera de distinguirla de cualquier otra mujer y elevarla a un nivel de “pureza sublime”—lo cual ellos piensan que se logra por medio de su “virginidad”. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, fue Su deseo puro y sublime que los dos se unieran y produjeran descendientes (Génesis 1:28). Ya que María fue una creación de Dios, sabemos que ella pudo disfrutar de esta bendición de Él. El escritor de Hebreos nos dice que la relación conyugal entre un esposo y su esposa es honrosa (13:4), y Pablo escribió que tal relación es necesaria para aquellos que son casados (1 Corintios 7:3-5). De todo lo que se nos dice de María en la Escritura, es razonable creer que María, como una obediente sierva de nuestro Señor (Lucas 1:38), también fue obediente en este respecto.
REFERENCIAS
Arráiz, José (sine data), “Estudiando la Virginidad Completa de María a Profundidad”, [En-línea], URL: http://www.apologeticacatolica.org/Maria/MariaN01.htm.
Barnes, Albert (2005), Notas sobre el Nuevo Testamento: Mateo y Marcos [Notes on the New Testament: Matthew and Mark] (Grand Rapids, MI: Baker).
Brown, Colin, ed. (1975), El Nuevo Diccionario Internacional de la Teología del Nuevo Testamento [The New International Dictionary of New Testament Theology] (Grand Rapids, MI: Zondervan).
Herbermann, Charles G., et.al., eds. (1913), La Enciclopedia Católica [The Catholic Encyclopedia] (Nueva York: The Encyclopedia Press).
Miller, Dave (2006), “¿Tuvo Jesús Hermanastros?”, [En-línea], URL: https://apologeticspress.org/espanol/articulos/3089.
Lewis, Jack P. (1976), El Evangelio Según Mateo [The Gospel According to Matthew] (Austin, TX: Sweet).
Salza, John (sine data), “María: ¿Doctrina que Evoluciona o Verdad Eterna?” [“Mary: Evolving Doctrine or Eternal Truth?”], [En-línea], URL: http://www.catholicintl.com/catholicissues/marysalza.htm.
Tapias, Anwar (2006), “¿Tuvo María Más Hijos?”, [En-línea], URL: http://www.apologetica.org/maria-hijos.htm.
Vine, W.E. (1999), Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo (Colombia: Editorial Caribe).
Zavala, Martín (2000), “La Virgen María”, [En-línea], URL: http://www.defiendetufe.org/Maria.htm.
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