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Escuela Rechaza Fondos de Lotería

Los funcionarios de la escuela pública y de la lotería por todo los Estados Unidos quedaron perplejos cuando la Escuela Independiente Pública North Star cerca de Boise, Idaho, rechazó aproximadamente $10,000 de la Lotería del Estado de Idaho—dinero destinado específicamente para la educación pública en el estado. Los funcionarios educadores de California hasta New York quedaron atónitos, y han indicado que nunca han escuchado que una escuela no aceptara su parte de la lotería. Un funcionario de la lotería criticó a la escuela como “más santa que un sepulcro”. ¿Por qué una escuela tomaría tal postura? El presidente del consejo de la escuela North Star dio la razón para la decisión del consejo cuando declaró que “aceptar el dinero del juego de azar estuviera en conflicto con la misión de la escuela de desarrollar ciudadanos virtuosos” (Boone, 2004).

La civilización norteamericana ha declinado a tal punto que la mayoría de ciudadanos se sorprendería al enterarse que la escuela en Idaho tiene la misma postura moral que la mayoría de norteamericanos tuvo desde el mismo principio de la historia de nuestra nación. De hecho, los Padres Fundadores enfatizaron el tema del juego de azar. Por ejemplo, el Congreso Continental aprobó una resolución el 12 de octubre de 1788, declarando su condenación del juego de azar:

Considerando que la religión verdadera y la moralidad buena son las únicas fundaciones sólidas de la libertad y la felicidad pública: Se concluye, es decir, se recomienda seriamente por la presente a los varios estados, que tomen las medidas más eficaces para el fomento de la misma, y para la supresión de entretenimientos teatrales, carreras de caballos, juegos de azar y otras diversiones similares como actividades que producen ociosidad, disolución y depravación general de los principios y modales (Journals…, 1823, 3:85).

Las leyes de Connecticut incluían una prohibición en contra del juego de azar:

El juego de azar es entretenimiento, cuya propensión está implantada profundamente en la naturaleza humana. La humanidad, en el estado más bruto del barbarismo y en los periodos más refinados del lujo y la disolución, se aferra a esta práctica con un ardor y afición inexplicable. Describir las consecuencias dañinas de esta, la ruina y desolación de familias particulares y la promoción de ociosidad y disolución, pertenece a un tratado sobre la ética (citado en Swift, 1796, 2:351).

En una carta a Martha Jefferson en 1787, Thomas Jefferson comentó sobre la influencia degradante del juego de azar:

En un mundo que provee tantos empleos que son útiles, tantos que son divertidos, es nuestra falta personal si alguna vez conocemos lo que es la repugnancia o si alguna vez recurrimos a los recursos miserables del juego de azar, lo cual corrompe nuestras disposiciones y nos enseña un hábito de hostilidad contra la humanidad (citado en Forman, 1900, p. 266).

En su propuesta de una revisión de las leyes en su estado natal de Virginia, Jefferson ofreció el siguiente “Proyecto de Ley para Prevenir el Juego de Azar”, el cual limitaba los oficios públicos a los que no se involucraban en el juego de azar:

A cualquier persona que apuesta o juega por dinero u otros bienes, o que participa en las apuestas de aquellos que juegan en alguna taberna, campo de carrera u otro lugar público, se le debe considerar como un apostador infame, y no será elegible para algún oficio o posición de honor en este estado (1950, 2:306).

George Washington frecuentemente abordó el efecto nocivo del juego de azar en los soldados del Ejército Continental que comandaba. En las Órdenes Generales emitidas el 26 de febrero de 1776, Washington amonestó:

Se prohíbe positivamente que todos los oficiales, oficiales no-comisionados y soldados jueguen cartas y otros juegos de azar. En este tiempo de aflicción pública, los hombres pueden encontrar suficiente que hacer en el servicio de su Dios y su País, sin vagar en el vicio y la inmoralidad (1931, 4:347).

El enfoque de la mayor parte de la nación y de los Fundadores desde el primer día ha sido que el juego de azar en sus varias formas es un vicio que destruye la estructura moral de la sociedad. Como George Washington declaró a sus tropas el 8 de mayo de 1777: “Pocos vicios están acompañados de más consecuencias perniciosas” (8:28). Pero el enfoque de la mayoría ahora ha llegado a ser el enfoque de la minoría. Si el Congreso Continental estuvo en lo correcto en su declaración que “la religión verdadera y la moralidad buena son las únicas fundaciones sólidas de la libertad y la felicidad pública”, entonces Norteamérica está dirigiéndose rápidamente en el camino hacia la “disolución y depravación general de los principios y modales”.

REFERENCIAS

Boone, Rebecca (2004), “Idaho School Turns Down Lottery Donation”, Seattle Post-Intelligencer, [En-línea], URL: http://seattlepi.nwsource.com/national/apus_story.asp?category=1110& amp;slug=School%20Lottery.

Forman, S.E. (1900), The Life and Writings of Thomas Jefferson (Indianapolis, IN: Bowen-Merrill).

Jefferson, Thomas (1950), The Papers of Thomas Jefferson (Princeton, NJ: Princeton University Press).

Journals of the American Congress: From 1774 to 1788 (1823), (Washington, D.C.: Way and Gideon).

Swift, Zephaniah (1796), A System of Laws of the State of Connecticut (Windham, CT: John Byrne).

Washington, George (1931), The Writings of George Washington from the Original Manuscript Sources, 1745-1799 (Washington, D.C.: United States Government Printing Office).


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