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¿Escoja el Dios de Su Elección?

La religión cristiana ha caído presa de la forma de pensar multicultural y pluralista de la cultura americana. La religión hoy en día está modelada de acuerdo a la mentalidad predominante de que los ciudadanos tienen el derecho de hacer sus propias elecciones y “hacer sus propios negocios”. “¡Esa es la manera americana!”. Después de todo, “¡yo tengo mis derechos!”. “Mi punto de vista es tan bueno como el de los otros”. Desafortunadamente, tal arrogancia egocéntrica no nos prepara para la sumisión humilde ante Dios (Santiago 4:10). Esto solamente anima a la conformidad con la religión auto-modelada, i.e., religión que está estructurada de acuerdo a los deseos propios de uno. Pablo se refirió a este enfoque como a un “culto voluntario” o “culto impuesto”, i.e., adorando de acuerdo a la voluntad de uno (Colosenses 2:23).

Las condiciones religiosas en el primer siglo fueron tales que la mayoría de gente creía en una diversidad de dioses (e.g., Hechos 17:16). Pero, en realidad, había solamente un Dios (Efesios 4:6). El hecho de que los hombres fabricaran parafernalia como imágenes, templos, etc., y tomaran su religión seriamente, no alteraba el factor de que ellos estaban involucrados en una adoración vana y en una religión falsa (cf. Mateo 15:9; 2 Pedro 2:1). Decirles que había solamente un Dios, o que un dios no era tan bueno como el otro, no hubiera sido una enseñanza popular. De hecho, la doctrina de “un Dios” era percibida como una amenaza genuina para el politeísmo de ese tiempo, y también era considerada como un reto serio al bienestar religioso del Imperio. El politeísmo había penetrado tanto en la sociedad del primer siglo que la aceptación de la doctrina de “un Dios” era virtualmente inconcebible para la mayoría de gente.

La historia se repite muchas veces. Nuestro tiempo no es realmente diferente de los factores ambientales del primer siglo. Aunque los norteamericanos hemos rechazado la noción de “muchos dioses” (aunque incluso esta verdad fundacional está cambiando), el concepto de “muchas iglesias” ha sido abrazado completamente. La actitud predominante es, “asista a la iglesia de su elección”, y “una iglesia es tan buena como la otra”. Pero el concepto de múltiples iglesias es ajeno al Nuevo Testamento como lo es la idea de múltiples dioses. El mismo pasaje exacto que afirma que existe solamente un Dios (Efesios 4:6), afirma que hay solamente una iglesia (Efesios 4:4; 1:22,23). Sea por ignorancia, descontento u orgullo, los hombres se han encargado de fabricar sus propias iglesia, modelar la doctrina, organización, adoración y nombre de acuerdo a sus propios deseos. Algunos incluso no parecen darse cuenta que Jesús no dejó a nadie la libertad de modelar su iglesia (Mateo 15:9; 16:18). Todas las falsas doctrinas, los falsos maestros y las falsas iglesias serán rechazados (Mateo 15:13).

Animemos a la gente a no “abrazar las iglesia de su elección”. En cambio, instémosles a responder obedientemente al Evangelio de Cristo—a través de la fe, el arrepentimiento y el bautismo en agua (Hechos 2:38)—para que ellos puedan ser “añadidos” (Hechos 2:47) a la iglesia de la elección de Cristo (Mateo 16:18; Efesios 5:23).


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