¿Es el Papado una Institución Divina?
George H. Bush dijo de él: “Cuando estás en su presencia dices para tus adentros: ‘He aquí un gran hombre, un verdadero líder’. Es un hombre de libertad, de fe, que sufre siempre que la Iglesia, o el hombre, es oprimido. Ocupará, con todo derecho, un puesto de privilegio en la historia de nuestro tiempo. Yo no soy católico, pero siento hacia él un profundísimo respeto y un sincero afecto” (citado en Mirás, s.d.).
¿De quién estuvo hablando el ex presidente de los Estados Unidos? Su comentario fue dirigido con referencia al fallecido Karol Wojtyla, o más comúnmente conocido como Juan Pablo II. Habiendo sido considerado el “sucesor del apóstol Pedro” por 26 años y el heredero de un legado jerárquico interminable, Juan Pablo II influenció los corazones de muchos católicos, como también de otros religiosos. Él fue un representante del trono monopolizado de la Iglesia Católica—el papado.
¿Qué es el papado? ¿Existe un fundamento escritural para esta institución católica? ¿Designó Dios un legado de “líderes eclesiásticos” en la Tierra? Independientemente de lo que la gente opine acerca de esta institución o sus integrantes, e independientemente de los elogios, bendiciones, insultos o condenaciones que muchos religiosos puedan brindar en cuanto a esta orden eclesiástica, debemos abrir las páginas de la Biblia para analizar si el papado (juntamente con su larga lista de miembros) es una institución divina o simplemente una invención humana indigna del honor religioso que se le ofrece.
LA SUPUESTA BASE BÍBLICA PARA EL PAPADO
El papado es un sistema eclesiástico en el cual el papa (considerado el sucesor del apóstol Pedro) supervisa el gobierno de la Iglesia Católica como su “cabeza” suprema (vea Joyce, 1999).
Jesús dijo en Mateo 16:18, “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Este es el versículo bíblico al que acude rápidamente el apologista católico para defender el establecimiento del papado. Por medio de una interpretación arbitraria de este versículo—una interpretación que sugiere que Jesús escogió a Pedro, y finalmente a sus sucesores, como la “roca” (fundación) sobre la cual la iglesia sería edificada—la Iglesia Católica ha construido una gran estructura con un solo hombre a la cabeza. Pero ¿qué quiso decir Jesús en este versículo que Mateo registró? ¿Estuvo estableciendo una jerarquía humana sobre la iglesia? ¿Estuvo aseverando que Pedro era la “roca” de la iglesia?
Antes de analizar este pasaje, por favor piense en esto lógicamente. De la lectura de este versículo, ¿pudiera alguien, sin ninguna idea religiosa preconcebida, entender que Jesús estuvo otorgando el título “Papa” a Pedro? ¿Pudiera llegar alguien a la conclusión que se estuvo estableciendo un papado sucesivo? De hecho, sin ninguna influencia católica, la respuesta sería un rotundo “¡No!”.
Mateo 16:18 relata un incidente que tomó lugar en Cesarea de Filipos, cuando el Señor preguntó a Sus discípulos, “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (Mateo 16:13). Los discípulos respondieron con las diferentes opiniones populares acerca de la identidad de Jesús. Luego, con la intención de hacer a la pregunta algo más personal, Jesús inquirió a Sus propios discípulos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (vs. 15, énfasis añadido). A esta segunda pregunta, solamente el impulsivo Pedro se atrevió a contestar: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios bendito” (vs. 16). A causa de su respuesta, Jesús se dirigió a Pedro con la siguiente declaración: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia” (vs. 18). Por consiguiente, la declaración de Jesús en Mateo 16:18 esta ligada exclusivamente a la confesión de Pedro en cuanto a la deidad de Cristo y no a un pontificado futuro.
También debemos examinar la diferencia entre dos términos que se usan en el texto: “Tú eres Pedro (petros), y sobre esta roca (petra) edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18). En referencia a Pedro, el Espíritu Santo registró el término griego petros—“una piedra o peñasco sueltos, o una piedra que se pueda arrojar o mover con facilidad” (Vine, 1999, p. 647). En cambio, en referencia a la “roca”, el Espíritu Santo registró el término griego petra, el cual denota una masa de roca sólida (vea Vine, 1999, pp. 647,663). Adicionalmente, estos dos términos están en un género diferente; el término petros es masculino, mientras que el término petra es femenino (cf. Boles, 1999, p. 264; Coffman 1984, p. 248). Por tanto, petros hace referencia al nombre arameo que Jesús otorgó a Pedro (Kepha, Juan 1:42), mientras que el término para “roca” (petra) hace referencia al fundamento mismo de la iglesia, i.e., la verdad que Jesús es el Hijo de Dios y el Mesías (cf. Mateo 16:16).
Aunque estos dos términos griegos muestran claramente que Pedro no fue el fundamento o cabeza de la iglesia, también es importante notar lo que Pedro mismo dijo acerca de la “roca”. Al usar su conocimiento y especulaciones acerca del lenguaje del texto, algunos católicos argumentarán fervientemente que ellos sí entienden, mejor que cualquier otra persona religiosa, lo que Jesús estuvo diciendo a Pedro. Sin embargo, si alguien pudiera garantizar un entendimiento adecuado del mensaje de Jesús, éste sería Pedro mismo, quien escuchó las palabras de Jesús de primera mano.
En su primera epístola, a través de inspiración divina, Pedro usó el término griego lithos para hacer referencia a Jesús: “Acercándoos a él, piedra (lithos) viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa…. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra (lithos) del ángulo, escogida, preciosa…. La piedra (lithos) que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo” (1 Pedro 2:4-7). Luego, en el siguiente versículo (2:8), el apóstol usó intercambiablemente lithos y petra—el mismo término griego que Mateo 16:18 registra—cuando describió a Jesús como una “piedra (lithos) de tropiezo, y roca (petra) que hace caer”. En Hechos 4, hablando otra vez por inspiración divina (vs. 8), Pedro dijo de Jesús: “Este Jesús es la piedra (lithos) reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo” (4:11). Sin duda, más que ningún otro religioso de nuestro tiempo moderno, Pedro expresó el significado verdadero del término que se usa en Mateo 16:18.
Debemos determinar lo que los demás apóstoles y cristianos antiguos creyeron en cuanto a la “roca“, la fundación de la iglesia. Si Jesús hizo referencia a Pedro como la “roca”, es lógico pensar que esta fue la “verdad” que aquellos más cercanos a Él entendieron y creyeron, y no la “verdad” que algunos religiosos “descubrieron” siglos después. El inspirado apóstol Pablo dijo a los corintios que los israelitas en el desierto “bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca (petra) espiritual que los seguía, y la roca (petra) era Cristo” (1 Corintios 10:4). ¿Se puede expresar esto más claramente? Desde el Antiguo Testamento, la roca hacía referencia a Cristo, no a Pedro. En Efesios 2:20, Pablo exhortó: “[E]dificados sobre el fundamento de los apóstoles, y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo…” (énfasis añadido). Por el estudio de estos pasajes, es obvio que los apóstoles y demás cristianos del Nuevo Testamento sabían, creían y enseñaban que la “roca” hacía referencia a Cristo.
También debemos considerar las enseñanzas de Jesús concerniente a la “roca”. En Lucas 20:17 (después de Su parábola de los labradores malvados), Jesús citó las palabras del Salmo 118:22 (como lo hizo Pedro), que le describen como la “piedra (lithos) viva”. Él continuó diciendo, “Todo el que cayere sobre aquella piedra (lithos) será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará” (Lucas 20:18; cf. Mateo 21:42,44; Marcos 12:10). Sus comentarios se dirigieron a la gente judía, particularmente a los principales sacerdotes y escribas quienes mostraron desdén hacia aquellos enviados por Dios, incluyendo al Mesías. Estos líderes religiosos sabían que Él “hablaba de ellos” (Mateo 21:45), y entendieron que estuvo haciendo referencia a Sí mismo como la piedra angular que desmenuzaría a todo aquel que no creyera en Él.
Finalmente, si Jesús dijo proféticamente, “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18, énfasis añadido), entonces esperaríamos encontrar el cumplimiento de esta profecía. La evidencia bíblica muestra que la “roca” hace referencia a la confesión de Pedro en cuanto a la deidad de Jesús, y por extensión, a Jesús mismo. Jesús prometió que Él establecería Su iglesia sobre la fundación de Su identidad (“el Cristo, el Hijo del Dios viviente”) que Pedro describió en Mateo 16:16. De hecho, la comprobación que Jesús era el Hijo de Dios y el Mesías fue la verdad impactante que motivó a 3,000 personas a creer en Jesús, arrepentirse y bautizarse para ser parte de la iglesia del Señor (Hechos 2:36-47). En Jerusalén, en el Día de Pentecostés, solamente 50 días después de Su resurrección, Cristo cumplió Su profecía de que “sobre esta roca” (i.e., el hecho que Jesús es Dios y el Mesías, Mateo 16:16; cf. Hechos 2:22-36) edificaría Su iglesia. En ese día memorable, Pedro se paró delante de las multitudes, no para declararse como el primer “papa” o “padre” de todos los creyentes. En cambio, se puso de pie humildemente para honrar y reconocer la deidad de Aquel que hizo a la iglesia una realidad.
CONCLUSIÓN
No existe fundamento bíblico para defender la existencia de un papado. Aceptar otra roca (i.e., fundamento) que la que está ya puesta, es edificar sobre fundamento humano e inestable que un día colapsará. Aceptar un fundamento diferente a Cristo, es usurpar Su rol divino como Cabeza de la iglesia a la cual compró con Su propia sangre (Hechos 20:28). Pablo escribió: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3:11, énfasis añadido).
REFERENCIAS
Boles, H. Leo (1999), Comentarios del Nuevo Testamento: Mateo, (Nashville, TN: Gospel Advocate).
Coffman, James B. (1984), Comentario sobre el Evangelio de Mateo [Commentary on the Gospel of Matthew] (Abilene, TX: ACU Press).
Joyce, G.H. (1999), “Papado”, [En-línea], URL: http://www.enciclopediacatolica.com/p/papado.htm.
Mirás, Eduardo V. (sine data), “¿Qué Dicen de Juan Pablo II?: George Bush”, [En-línea], URL: http://www.aciprensa.com/juanpabloii/dicenjp.htm.
Vine, W.E. (1999), Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento Exhaustivo, (Colombia: Editorial Caribe).
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