¿Es Divino el Libro de Mormón?
¿Cómo puede alguien distinguir entre la verdad y el error? ¿Puede una persona saber qué religión es correcta? ¿Debe confiar una persona en las inclinaciones y sentimientos internos subjetivos? O ¿se puede averiguar y conocer la verdad religiosa según una evaluación objetiva? La mayoría de religiones (e.g., el budismo e hinduismo) basan su creencia en alguna experiencia mística o trascendental. Incluso algunos grupos “cristianos” (e.g., pentecostales, presbiterianos, metodistas, bautistas, et.al.) declaran que su credibilidad y autenticidad puede establecerse en el Espíritu Santo que, según ellos, les infunde seguridad. Pero cuando se examina la Biblia, no se asigna ese rol al Espíritu Santo. Las religiones místicas siempre han existido, y han insistido que fueron receptoras de revelaciones dadas por fuerzas superiores que han sentido. Por otro lado, el Dios de la Biblia siempre ha ofrecido evidencia—prueba—del origen divino del mensaje antes que espere que la gente crea (e.g., Juan 10:37-38; 20:30-31; 1 Tesalonicenses 5:21; 1 Juan 4:1; Deuteronomio 18:21-22).
La naturaleza de la verdad no depende en la experiencia humana subjetiva. En cambio, Dios creó a los seres humanos con mentes diseñadas para funcionar racionalmente. Si tenemos un corazón honesto y libre de prejuicios, podremos considerar y sopesar la evidencia, y sacar las conclusiones correctas. Como Jesús dijo, “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Se puede verificar la veracidad de las reclamaciones religiosas según la evidencia y el pensamiento racional. Los seres humanos pueden razonar lógicamente, y distinguir entre la verdad y el error.
¿SIN ENUNCIADOS ABSURDOS O CONTRADICTORIOS?
La verdad tiene una naturaleza que no le permite auto-contradecirse. Después de literalmente siglos de escrutinio escéptico, se ha comprobado que la Biblia está completamente en armonía con la verdad, la lógica y las leyes del pensamiento. Por otra parte, los documentos no-inspirados no pueden soportar este escrutinio. El Libro de Mormón es uno de estos documentos. Carece de las marcas de inspiración que caracterizan a la Biblia. En una publicación oficial de los Santos de los Últimos Días, se identifican 31 condiciones necesarias para producir un libro inspirado. La condición #9 dice, “No debe hacer enunciados absurdos, imposibles o contradictorios” (vea “El Reto…”, 1990, p. 1). Esta afirmación es una verdad auto-evidente. Sin embargo, el Libro de Mormón viola este mismo criterio.
En primer lugar, en su forma original, se ha reproducido textualmente una gran parte de la traducción inglesa del Rey Santiago (King James Version) en el Libro de Mormón—al menos 25,000 palabras. Por ejemplo, Mosíah 14 es una reproducción de Isaías 53. Tercera Nefi 13:1-23 es simplemente Mateo 6:1-23. Moroni 7:45 es una copia de 1 Corintios 13:4-7. Moroni 7:48 es 1 Juan 3:2. Se toma Moroni 10:8-17 de 1 Corintios 12:4-11. Alma 5:52 es Mateo 3:10. Segunda Nefi 14:1-3 es Isaías 4:1-3. Obviamente el autor del Libro de Mormón tenía una copia de la versión inglesa del Rey Santiago, y simplemente copió muchas secciones directamente de esta versión. Pero esta es solamente la mitad del problema en este punto. La Versión del Rey Santiago es una traducción no-inspirada de los manuscritos griegos y hebreos al lenguaje inglés que se completó en 1611. Pero Dios dio el Antiguo Testamento a los israelitas en su lengua natal (hebreo), y les dio el Nuevo Testamento en el primer siglo en el lenguaje común de ese tiempo (griego). Pregunta: ¿Por qué daría Dios Su Palabra a José Smith en la Norteamérica del siglo XIX (1830), no en inglés norteamericano, sino en el lenguaje británico de la Inglaterra del siglo XVII? La respuesta obvia para esta pregunta es que Dios no haría tal cosa. Este disparate no es consistente con la naturaleza de Dios.
La vasta reproducción de la Versión del Rey Santiago en el Libro de Mormón origina cuatro inquietudes adicionales. Primero, los mormones frecuentemente intentan establecer la superioridad del Libro de Mormón sobre la Biblia al insistir que la Biblia ha sido corrompida a través de los siglos en el proceso de traducción (una opinión similar del islamismo en defensa del Corán). Pero si se ha afectado a la Biblia tan negativamente, ¿por qué el Libro de Mormón hace tanta referencia a la versión inglesa? Aparentemente, ¡al menos se debe considerar precisas aquellas porciones de la Biblia!
Segundo, los críticos del texto bíblico (los que estudian la evidencia manuscrita original que autentica el texto del Nuevo Testamento) saben que hay variantes textuales en la evidencia manuscrita existente. Se resuelve la vasta mayoría de estas lecturas discordantes cuando se compara toda la evidencia textual (e.g., Metzger, 1968, p. 185). Si el Libro de Mormón fuera inspirado, no solamente evitaría incorporar la Versión del Rey Santiago en sus páginas, sino también evitaría incluir en esas secciones los errores manuscritos que se han introducido en el texto inglés. Esta debía haber sido la oportunidad perfecta en 1830 para que Dios corrigiera los errores que se han acumulado durante los 200 años pasados (como también los 1,500 años antes de la Versión del Rey Santiago). No obstante, ¡se ha conservado los errores!
Por ejemplo, en Mateo 6:4, el Textus Receptus (el texto griego en que se basa la Versión del Rey Santiago) contenía la palabra “públicamente”. Esta inserción se preservó en el Libro de Mormón en 3 Nefi 13:4. De igual manera, los manuscritos más antiguos e importantes del texto del Nuevo Testamento no apoyan la atribución trinitaria en 3 Nefi 13:13 y Mateo 6:13 en la Versión del Rey Santiago (“Porque tuyo es el reino, y la gloria, y el poder, por siempre, Amén”). Otras traducciones inglesas posteriores omiten la oración completamente o la insertan entre paréntesis. La evidencia manuscrita simplemente no sostiene estas adiciones como parte del texto original inspirado de Mateo. Se puede citar muchos ejemplos adicionales de este mismo tipo de disparates. Ciertamente, el responsable de la producción del Libro de Mormón en estos casos (1) dependió de la Versión del Rey Santiago y (2) demostró su ignorancia del criticismo textual.
Tercero, además de los errores que se deben a las variantes textuales, la Versión del Rey Santiago también cometió errores gramaticales y estilísticos que se copiaron ingenuamente en el Libro de Mormón. Por ejemplo, en hebreo, los sustantivos masculinos singulares se cambian al plural al añadir “im”—el equivalente de “s” o “es” en inglés o español. Las palabras hebreas querub y seraf son sustantivos singulares. Las formas plurales de estas palabras son querubim y serafim. Los traductores de la Versión del Rey Santiago erróneamente añadieron “s” a estos términos para denotar la forma plural (e.g., Génesis 3:24; Éxodo 25:18,19,20,22; Isaías 6:2,6; Hebreos 9:5). En cuanto a querubim, Clarke explicó: “[A]nadir una s a esta palabra cuando la introducimos en el inglés, es muy incorrecto; por ende se debería escribir la palabra como querubim, no querubines” (s.d., 1:56, itálicas en original.; cf. Lewis, 1991, p. 59). Sin embargo, el Libro de Mormón original en inglés en 1830 reprodujo este mismo error de la versión inglesa del Rey Santiago (Alma 12:21; 42:2-3; 2 Nefi 16:2,6), aunque se han hecho correcciones en las ediciones modernas en inglés. El que observa imparcialmente estos errores puede concluir que Dios conoce el idioma hebreo, pero el autor del Libro de Mormón obviamente no lo conoce.
Otro ejemplo de error estilístico es el uso de la expresión “vino a pasar” [traducida como “aconteció, andando el tiempo” en la Versión castellana Reina Valera 1960—Nota del traductor]. Esta expresión es un semitismo o hebraísmo, i.e., una singularidad o peculiaridad idiomática del idioma hebreo que no tiene equivalente en el inglés o español. Las traducciones modernas prescinden de esta expresión completamente o utilizan otra expresión parecida como “pasó” o “sucedió”. La Versión del Rey Santiago simplemente transfirió el semitismo directamente al inglés y, bajo su influencia, esta expresión llegó a ser común en el uso religioso. Sin embargo, no es una expresión natal en el inglés. La versión inglesa del Libro de Mormón está saturada con esta expresión—como si el autor estuviera intentando deliberadamente hacer que su escrito sonara auténtico bíblicamente y divinamente. En realidad, ¡inadvertidamente estaba haciendo que suene semítico en el inglés del siglo XVII! Pero Dios no se hubiera comunicado con los norteamericanos en 1830 en inglés británico del siglo XVII influenciado por el hebreo. Además, la gente del periodo histórico específico que el Libro de Mormón reclama representar (e.g., los nefitas) no tuvieran razón lógica para haber hablado en hebreo, o para haber reportado su historia en fraseología hebrea o expresión semítica. Aparentemente, sin poder evadir completamente esta característica estilística debido a su frecuencia extensa, pero sintiéndose incómodos con el uso abrumador de esta frase, las autoridades mormonas borraron algunas de estas expresiones cuando se usaron demasiadas muy cercanamente. Por ejemplo, en Alma 14:7, el Libro de Mormón original en ingles tenía tres veces la frase “vino a pasar”—¡en el mismo versículo! Las ediciones inglesas modernas tienen solamente una.
Cuarto, en 3 Nefi 20:23-26, se representa a Jesús como el que habla, y Él aplica a Sí mismo la profecía que Moisés dio en Deuteronomio 18:15,18-19. Sin embargo, el autor del Libro de Mormón sin duda dependió de Hechos 3:22-26, donde Pedro parafraseó el pasaje de Deuteronomio, y luego añadió su propio comentario. El Libro de Mormón erróneamente indica que Jesús incluyó los comentarios adicionales de Pedro como si fueran parte de las palabras de Moisés en Deuteronomio.
Además de los disparates y contradicciones que existen en el Libro de Mormón en cuanto a su dependencia en la versión inglesa del Rey Santiago, existen contradicciones entre las mismas escrituras mormónicas. Por ejemplo, considere la contradicción seria en la promulgación de la poligamia. El Libro de Mormón condena la práctica de los matrimonios plurales en términos muy claros:
Mas la palabra de Dios me agobia a causa de vuestros delitos más graves. Porque he aquí, dice el Señor: Este pueblo empieza a aumentar en la iniquidad; no entiende las Escrituras, porque trata de justificar sus fornicaciones, a causa de lo que se escribió acerca de David y su hijo Salomón. He aquí, David y Salomón en verdad tuvieron muchas esposas y concubinas, cosa que para mí fue abominable, dice el Señor…. Por tanto, yo, el Señor Dios, no permitiré que los de este pueblo hagan como hicieron los de la antigüedad. Por tanto, hermanos míos, oídme y escuchad la palabra del Señor: Pues entre vosotros ningún hombre tendrá sino una esposa; y concubina no tendrá ninguna; porque yo, el Señor Dios, me deleito en la castidad de las mujeres. Y las fornicaciones son una abominación para mí; así dice el Señor de los Ejércitos (Jacob 2:23-24,26-28, énfasis añadido; cf., 1:15; Éter 10:5; Doctrina y Convenios 49:16).
Estos versículos del Libro de Mormón resaltan inflexiblemente la monogamia. Pero Doctrina y Convenios contradice rotundamente al Libro de Mormón en este punto:
De cierto, así te dice el Señor, mi siervo José, que por cuanto te has dirigido a mí para saber y entender cómo es que yo, el Señor, justifiqué a mis siervos Abraham, Isaac y Jacob, como también a Moisés, David y Salomón, mis siervos, tocante al principio y doctrina de tener muchas esposas y concubinas, he aquí, soy el Señor tu Dios, y te contestaré en cuanto a este asunto. Por tanto, prepara tu corazón para recibir y obedecer las instrucciones que estoy a punto de darte, porque todos aquellos a quienes se revela esta ley, tienen que obedecerla. Porque he aquí, te revelo un nuevo y sempiterno convenio; y si no lo cumples, serás condenado, porque nadie puede rechazar este convenio y entrar en mi gloria…. David también recibió muchas esposas y concubinas, y también Salomón y Moisés, mis siervos, así como muchos otros de mis siervos, desde el principio de la creación hasta hoy; y en nada pecaron sino en las cosas que no recibieron de mí. David recibió sus esposas y concubinas de mí, por conducto de Natán, mi siervo, y de otros profetas que tenían las llaves de esta potestad; y en ninguna de estas cosas pecó contra mí, sino en el caso de Urías y su esposa (132:1-4,38-29, énfasis añadido).
Se evidencian dos contradicciones serias. Primero, el Libro de Mormón claramente condena el matrimonio plural como uno de los “delitos más graves” y “fornicaciones”, al menos entre los nefitas. Específicamente se menciona los matrimonios plurales de David y Salomón, y se los denuncia como “abominación”. Pero Doctrina y Convenios insiste que David y Salomón fueron completamente justificados, y no cometieron pecado al tener varias esposas y concubinas. Si el autor del Libro de Mormón y de Doctrina y Convenios (supuestamente José Smith) lo hubiera expresado diferente, diciendo que Dios permitió los matrimonios plurales en un tiempo en la historia, pero después escogió no hacerlo en otro tiempo en la historia, o si hubiera dicho que algunas personas en la historia antigua debían practicar el matrimonio plural pero no otros en un tiempo posterior en la historia, entonces no existiría ninguna contradicción. Por ejemplo, Dios requirió el sacrificio de animales en el Antiguo Testamento, y luego prohibió su uso en el Nuevo Testamento. ¡Pero esto no es lo que José Smith hizo! Él identificó específicamente la poligamia de David y Salomón, y ¡luego cometió el error de aprobarla y condenarla! Esto constituye una contradicción clara. Dos enunciados son contradictorios cuando ambos no pueden ser verdaderos (cf. McGarvey, 1974, 3:31). [NOTA: Otra indicación de que José Smith no fue inspirado es la alusión en la referencia anterior (Jacob 2:27) a que un hombre puede tener solamente una esposa, pero “ninguna concubina”. Esta referencia revela que el autor ignoraba el uso de esta terminología bíblica. A diferencia de la idea equivocada popular, una “concubina” en la antigüedad era una esposa—no una amante (compañera sexual no casada); cf. el artículo de Victor P. Hamilton, “pilegesh”, 1980, 2:724].
Segundo, Doctrina y Convenios declara que la práctica del matrimonio plural en esta vida es un pacto sempiterno. Algunas veces se puede abreviar la manera en que la Biblia usa el término “sempiterno” o “eterno” para hacer referencia a un periodo de tiempo de duración limitada (e.g., Jonás 2:6). Sin embargo, cuando se emplea terminología adicional que refuerza el significado primario de “para siempre”, se excluye el periodo abreviado. La terminología que se usa en el Libro de Mormón muestra que “sempiterno” (aplicado al pacto del matrimonio plural) hace referencia al significado de para siempre. Su aplicación incluía la habitación terrenal completa de la humanidad, ya que el texto dice que Salomón, Moisés y muchos otros lo habían practicado “desde el principio de la creación hasta hoy”. Otras referencias confirman esta interpretación: “así por el tiempo como por toda la eternidad” (DyC 132:7); “en el mundo” (DyC 132:15); “en la tierra” (DyC 132:46,48). Incluso se mandó a Emma, esposa de José Smith, a aceptar las esposas adicionales que Dios había “dado” a su esposo (DyC 132:52). Se declara que el capítulo 132 de Doctrina y Convenios fue revelado a José Smith en 1843. Pero 47 años después, el 24 de septiembre de 1890, el Presidente Wilford Woodruff expidió una declaración oficial sobre el tema:
No estamos enseñando la poligamia o matrimonio plural, ni permitiendo a persona alguna su práctica…. Ni en mis enseñanzas, ni en las de mis colaboradores, dadas a la Iglesia durante el plazo mencionado, hay cosa alguna que razonablemente pueda interpretarse en el sentido de estar inculcando o alentando la poligamia…. Y ahora, yo públicamente declaro que mi amonestación a los Santos de los Últimos Días es que se refrenen de contraer cualquier matrimonio prohibido por la ley del país (“Declaración Oficial—1” en Doctrina y Convenios, 1981, pp. 291-292).
En los extractos de tres discursos que realizó en cuanto a este manifiesto, Woodruff explicó que si ellos continuaban el matrimonio plural, las autoridades civiles confiscarían los templos, y la Primera Presidencia y los Doce y los líderes familiares serían encarcelados. Por otra parte, si dejaban la práctica, para cumplir la ley de la tierra, podían continuar con las responsabilidades y ordenanzas de la iglesia (incluyendo el bautismo por los muertos). Pregunta: ¿Por qué Dios hiciera referencia al matrimonio plural como una práctica perpetua, y declararía que los no la practican serían condenados, y luego pediría que los Santos de los Últimos Días se refrenaran de tales matrimonios? Dios es eterno, y hubiera sabido con anticipación que el gobierno americano llegaría a un punto al que llamaría a los mormones a dar cuenta por los matrimonios plurales. Por tanto, Él no hubiera señalado el requerimiento como “eterno” si hubiera tenido la intención de parar la práctica. ¡Ni tampoco se hubiera retractado de uno de Sus “mandamientos eternos” simplemente porque el gobierno “pagano” de una tierra considerara la práctica ilegal e implementara la persecución! ¿Cuándo en la historia humana Dios se ha sometido al gobierno civil que se opone a Su voluntad?
¿NO DEBE HABER CAMBIOS?
Otra afirmación legítima que se lista en “El Reto” es la condición #10: “Cuando termine en 60 días, no debe hacer ningún cambio al texto. La primera edición debe permanecer para siempre” (p. 1, énfasis añadido). “Tenemos un problema aquí”. Los que estudian la Biblia saben muy bien que no existen documentos originales de la Biblia. Nosotros dependemos completamente de las copias de copias. Este no es el caso del Libro de Mormón. ¡La primera edición original de 1830 del Libro de Mormón sí existe! En las palabras del Presidente de los Santos de los Últimos Días, Wilford C. Wood, en 1958, “Testifico que se ha producido hojas íntegras de la Primera Edición del Libro de Mormón en su condición original incambiable. Esta es una restauración correcta y perfecta de la Primera Edición del Libro de Mormón, así como el Profeta José Smith lo recibió e imprimió en Palmyra, Nueva York en 1830” (prefacio). Las autoridades de los Santos de los Últimos Días han afirmado muchas veces que el Libro de Mormón original no contenía errores. En 1883, un miembro del Primer Concilio de los Setenta, George Reynolds, declaró: “Se realizó por medio de ayuda divina” (p. 71). Reynolds hace referencia al relato del testigo ocular, Martin Harris, uno de los escribas que participó con José Smith en la traducción del Libro de Mormón (p. 91). José Smith reclamó haber encontrado placas de oro que tradujo al inglés usando un instrumento conocido como el “Urim y Tumim”—dos piedras blancas sujetadas juntas por medio de un marco de plata, parecido a unas gafas. Smith sostenía las piedras entre él y las placas de oro. En 1881, el sexto presidente de la iglesia mormona, Joseph, F. Smith, explicó el proceso de traducción (reportado por Oliver Huntington):
El Señor hacía que cada palabra deletreada en el Libro apareciera en las piedras en oraciones o palabras cortas, y cuando José Smith había pronunciado la oración o palabra y el escriba la había escrito adecuadamente, esa oración desaparecía y otra aparecía. Y si se escribía una palabra erróneamente o incluso una letra erróneamente, el escrito en las piedras permanecía. Entonces José requería que el escriba deletreare la lectura de la última palabra, y entonces encontraba el error, y cuando se corregía, la oración o palabra desaparecía como siempre (s.d., p. 168).
David Whitmer ratificó este procedimiento que garantizaba exactitud completa en la trascripción. Whitmer, quien continuaba siendo listado en las copias que circulaban del Libro de Mormón como una de las tres personas que constituían “El Testimonio de los Tres Testigos”, describió el proceso de traducción con las siguientes palabras:
Ahora les daré una descripción de la manera en que se traducía el Libro de Mormón. José Smith ponía la piedra de vidente en un sombrero, y ponía su cara en el sombrero, acercando el sombrero alrededor de su rostro para evitar la luz; y en la oscuridad la luz espiritual resplandecía. Aparecía un pedazo de algo que se parecía a un pergamino, y en él aparecía el escrito. Aparecía una palabra a la vez, y debajo de este aparecía la interpretación en inglés. El Hermano José leía el inglés a Oliver Cowdery, quien era su escriba principal, y cuando se escribía y repetía al Hermano José para ver si era correcto, entonces desaparecía, y otra palabra aparecía con la interpretación. Por ende se tradujo el Libro de Mormón por el don y poder de Dios, y no por ningún poder humano (Whitmer, 1887, énfasis añadido).
Teniendo en cuenta los procedimientos específicos por los cuales se tradujo las placas de oro, el Libro de Mormón debería ser perfecto. Pero, cuando se compara el Libro de Mormón original con las ediciones que circulan actualmente, se observa que se han hecho muchos cambios en el Libro de Mormón desde su edición original en 1830. Esta circunstancia es completamente diferente a las traducciones humanas de la Biblia. Los traductores de la Biblia no fueron inspirados cuando tradujeron. Por otra parte, José Smith reclamó haber sido guiado sobrenaturalmente en el proceso de traducir el Libro de Mormón, y haber sido preservado de cometer cualquier error. Una explicación oficial de por qué la edición original de 1830 del Libro de Mormón está llena de errores gramaticales y disparates es: los “errores de impresión”. Desde luego, esta reclamación contradice la declaración anterior del Presidente Wilford, quien comprobó la autenticidad de la edición existente de 1830 e incluso incluyó en su reproducción un “memorando” de uno de los socios originales de impresión—John Gilbert. El memorando relata el esfuerzo que se realizó para asegurar la exactitud en la impresión del manuscrito que Hyrum Smith (hermano de José) trajo a la imprenta, quien juntamente con Martin Harris, supervisó el proyecto. Por ende, la declaración de “errores de impresión” en la edición original de 1830 sería adecuada si correspondiera con los hechos, pero esta declaración simplemente no puede explicar los tipos de errores que el Libro de Mormón contenía—los tipos de errores que las imprentas no cometen.
Considere algunos de los más de 4,000 errores gramaticales que se han estimado y que se han corregido en ediciones subsiguientes. El Libro de Mormón original de 1830 en inglés en Jacob 7:24 dice, “pero todo fueron en vano”. Alma 48:25 dice, “porque la promesa del Señor fueron…”. Alma 53:5 dice, “fueron fácil cuidarlos”. 1 Nefi 5:11 dice, “Adán y Eva, quienes fue nuestros padres”. Se han corregido todos estos errores en ediciones más recientes.
Considere también algunos de los muchos cambios que se han hecho para corregir los errores de contenido. En Mosíah 21:28, se ha cambiado a “Benjamín” por “Mosíah” (ya que el rey Benjamín ya estaba muerto para este momento de la narración—Mosíah 6:4-5). En Alma 37:21, se ha cambiado “directores” por “intérpretes”. En 1 Nefi 13:32, se ha cambiado “herida” por “estado de ceguedad”. En Mosíah 27:29, se ha cambiado “destrozaba” por “atormentaba”. La página de título original de 1830 listaba a José Smith como “Autor y Propietario”. Ahora simplemente es el “traductor”. En 1 Nefi 20:1, se ha insertado la frase “o sea, de las aguas del bautismo”. Esta frase no estaba en la edición original de 1830.
Las imprentas ocasionalmente transponen letras u omiten una letra, o insertan la misma línea dos veces u omiten una línea. Pero los cambios anteriores no son la clase de errores que las imprentan cometen.
Si el que cree que los documentos mormones son inspirados evalúa honestamente y humildemente estas discrepancias, pronto llegará a sentir preocupación en su corazón. Han surgido muchos criticismos contra la Biblia durante los siglos, pero se ha contestado convincentemente a todos. Si el Libro de Mormón fuera divino, también podría defenderse y sostener su autenticidad. No obstante, la falta de explicaciones adecuadas para clarificar tales problemas fuerza a la persona honesta a concluir que el Libro de Mormón y Doctrina y Convenios no son de Dios.
REFERENCIAS
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