Equivocados por Sólo 142 Millones de Años Luz
Generalmente, nuestra sociedad da mucha importancia a la información “científica”. A menudo se usa los “descubrimientos” modernos para “probar” que Dios no existe o que la Biblia no es una descripción exacta de la realidad verificable. Las revistas científicas sugieren que los científicos han presentado toda la evidencia que cualquier persona razonable necesitaría para aceptar tales teorías como la evolución de los humanos o el Big Bang. Pero esto simplemente no es cierto. La información que los científicos evolucionistas presentan a menudo es errónea, no verifica lo que ellos afirman, y por ende, debería ser rechazada.
Por ejemplo, los cosmólogos del Big Bang declaran que, por medio de equipos de observación de gran potencia como el Telescopio Hubble, las observaciones científicas modernas del Universo confirman que el Universo se formó de una explosión inmensa alrededor de 14 billones de años atrás. Pero cuando consideramos críticamente los métodos y los descubrimientos de una gran parte de la “evidencia” de la ciencia astronómica o cosmológica, nos damos cuenta que las afirmaciones altivas de información factual no pueden competir con la realidad.
Por ejemplo, durante los 23 años pasados, los investigadores pensaron que la galaxia llamada NCG 5011C era una galaxia inmensa muy lejos de la nuestra. Ellos sugerían que su apariencia pequeña se debía a su gran distancia. Pero los “descubrimientos” recientes sugieren que estuvieron equivocados—seriamente equivocados. Inicialmente, los astrónomos colocaban la galaxia en el grupo Centauro, el cual creen que se encuentra a alrededor de 155 millones de años luz de distancia. [NOTA: Un año luz es la distancia que la luz viaja en un año. La distancia real en millas es alrededor de 6 trillones]. Sin embargo, la nueva información parece indicar que NCG 5011C no es una galaxia inmensa a 155 millones de años luz de distancia, sino una galaxia enana solamente a 13 millones de años luz de distancia (Goudarzi, 2007). Como el investigador Ivo Saviane declaró: “Nuestras observaciones nuevas con el telescopio 3.6-m ESO por ende confirman un nuevo miembro del grupo cercano Centauro A cuya identidad real permanecía escondida a causa de confusión coordinada y cálculos erróneos de distancia en la literatura de los 23 años pasados” (citado en Goudarzi, énfasis añadido). Expresando este error en forma numérica, ¡los investigadores estuvieron equivocados en cuanto a la distancia de NCG 5011C por 732 quintillones de millas o 732,000,000,000,000,000,000! ¡Este es un error de cálculo considerable! Y eso es si suponemos que los nuevos “descubrimientos” son exactos.
Aunque no toda la investigación científica está plagada de tales errores atroces, la idea generalmente aceptada que los “descubrimientos” científicos modernos exceden cualquier otra fuente de información es simplemente falsa. En cuanto a la investigación científica en general, John Ioannidis declaró, “La mayoría de investigaciones científicas publicadas es errónea…. [L]as muestras diminutas, el diseño de estudio pobre, el prejuicio del investigador, el reporte selectivo y otros problemas se unen para conducir a la mayoría de investigaciones a la falsedad” (citado en Kleiner, 2005). Ioannidis concluyó que alrededor de una de dos (50%) obras científicas revisadas al azar es errónea (2005).
Más específicamente, los descubrimientos astronómicos que se relacionan a la cosmología—el estudio del origen del Universo—contienen un grado enorme de subjetividad e inexactitud. A Geoffrey Burbidge y a su esposa Margaret se les honró con la Medalla de Oro en Astronomía, el premio más prestigioso de la Sociedad Británica Astronómica. A la edad de 80 años, Burbidge dijo: “Cuando llega a tener más edad, se da cuenta que no se sabe realmente mucho. La cosmología ha progresado muy lentamente. La corriente principal de la teoría cosmológica es como un emperador que no tiene ropa” (citado en Davidson, 2005, énfasis añadido).
En realidad, la información en los libros de ciencia cambia año tras año. Un libro de ciencia es virtualmente anticuado al momento que sale de la imprenta. Pero el texto bíblico ha permanecido por siglos. Su integridad ha superado a la de cualquier otro libro alguna vez impreso. Y la información científica que contiene coincide perfectamente con la información factual. Ciertamente, los textos científicos vienen y van, los astrónomos y cosmólogos calcularán mal quintillones de millas y billones de años, pero “la palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:25).
REFERENCIAS
Davidson, Keay (2005), “Galaxy Like a 3-Year-Old With Bodybuilder Physique,” San Francisco Chronicle, [En-línea], URL: http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?file=/c/a/2005/10/10/MNGSEF 53O01.DTL.
Goudarzi, Sarah (2007), “Oops, Huge Distant Galaxy Actually Small And Close,” [En-línea], URL: http://www.space.com/scienceastronomy/070312_giant_dwarf.html.
Kleiner, Kurt (2005), “Most Scientific Papers are Probably Wrong,” New Scientist, [En-línea], URL: http://www.newscientist.com/channel/opin ion/dn7915.
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