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Equivocados en Cuanto al Gran Cañón

Por muchos años, se ha enfatizado a los turistas atónitos que observan el Gran Cañón la idea uniformista que el abismo impresionante tomó algo de seis millones de años para formarse. Sin embargo, los geólogos uniformistas recientemente concluyeron que la edad “tradicional” de seis millones de años ha sido incorrecta. De hecho, sugieren que algunas partes del Gran Cañón comenzaron a abrirse “al menos 17 millones de años atrás” (Neergaard, 2008).

Como puede imaginar, la discrepancia de casi el 300% para la edad del Cañón captó la atención de los medios internacionales de comunicación. Y esto presenta varios problemas evidentes e irreparables para la filosofía uniformista. Primero, se debe notar que si la nueva investigación es correcta, los textos uniformistas que han usado la figura de seis millones de años han estado claramente equivocados por varias décadas. Por ende, se mal informó a todos los que visitaron el Cañón durante ese tiempo. Si se puede ajustar estas fechas “firmes” tan fácilmente, ¿no deberíamos sospechar mucho de su “exactitud”? Si se puede ajustar la edad del Cañón por 11 millones de años con uno o dos estudios, ¿no podría esta edad también cambiar en una manera decreciente por 5.9 millones de años? Y ¿quién puede decir que dentro de cinco o 10 años la “investigación” nueva no nos dirá que el Cañón tiene 30 o 100 millones de años?

En realidad, el Cañón nunca tuvo seis millones de años, y ciertamente no tiene 17 millones de años. Estas fechas extravagantes se basan en métodos evolutivos erróneos de datación que han sido hallados inexactos debido a la confianza en suposiciones improbables. Neergaard reportó que el equipo de investigación responsable por el ajuste moderno de datación usó la “prueba de isótopo uranio-plomo” para llegar a la datación nueva (2008). Pero se sabe que la prueba de isótopo uranio-plomo da fechas ridículamente exageradas (vea DeYoung, 2005; Snelling, s.d.).

Las estructuras geológicas en el Gran Cañón incluso no indican un origen uniformista para este gran abismo. De hecho, los modelos que presentan un origen catastrófico calzan la evidencia disponible mucho más fácilmente. Se han publicado varios libros que verifican este caso, incluyendo El Gran Cañón: Un Enfoque Diferente (Vail, 2003) y El Gran Cañón: Monumento a la Catástrofe (Austin, 1994).

Los uniformistas evolucionistas a menudo señalan las fechas “probadas” de millones de años para “desaprobar” el relato bíblico de la Creación. La investigación reciente sobre el Gran Cañón muestra que realmente nunca se “probaron” esas fechas en primer lugar. Además, la evidencia geológica real muestra que el enfoque filosófico completo del uniformismo es insostenible. Es tiempo que regresemos al Libro que nunca cambiará—la Palabra de Dios.

REFERENCIAS

Austin, Steven (1994), El Gran Cañón: Monumento a la Catástrofe [Grand Canyon: Monument to Catastrophe] (Santee, CA: ICR).

DeYoung, Don (2005), Miles…No Billones [Thousands…Not Billions] (Green Forest, AR: Master Books).

Neergaard, Lauran (2008), “Tomó Eones de Tiempo Hacer Grande al Gran Cañón” [“It Took Eons to Make Grand Canyon Grand”], [En-línea], URL: http://news.yahoo.com/s/ap/20080307/ap_on_sc/old_grand_canyon;_ylt=AhnI3 _H1G1YAzFMF0TkJVuvQOrgF.

Snelling, Andrew (no date), “Las Falacias de la Datación Radioactiva de las Rocas: Lava de Basalto flota en Gran Cañón [“The Fallacies of Radioactive Dating of Rocks: Basalt Lava Flows in Grand Canyon”], [En-línea], URL: http://www.answersingenesis.org/articles/am/v1/n1/radioactive-dating.

Vail, Tom (2003), El Gran Cañón: Un Enfoque Diferente [Grand Canyon: A Different View] (Green Forest, AR: Master Books).


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