Menu

El Sufrimiento Humano

Todo lo que se necesita hacer para ver gente de toda edad que sufre a causa de varios males y enfermedades es caminar a través de los pasillos del hospital o institución mental más cercana. El sufrimiento está en todo lugar, y por ende algunas preguntas surgen. “Si existe un Dios, ¿por qué soy afligido con esta enfermedad?”. “Si existe un Dios, ¿por qué no se permitió que mi hijo llegara a los 16 años?”. “Si existe un Dios, ¿por qué mis padres son afligidos con la enfermedad de Alzheimer?”. Estas y cientos de preguntas similares han salido del corazón humano por milenios. Estas preguntas son tan antiguas como la primera lágrima y tan nuevas como la última noticia televisiva.

Para muchas personas, la existencia del dolor y el sufrimiento es un gran obstáculo para creer en Dios. Los escépticos e incrédulos, tanto del pasado como del presente, han sostenido que la existencia del mal es una vergüenza para los que creen en Dios. En un artículo titulado “La Maldad y el Omnipotente”, J.L. Mackie se propuso mostrar, “no que las creencias religiosas carecen de sostenimiento racional, sino que son positivamente irracionales” y “que las varias partes de la doctrina teológica esencial son inconsistentes entre ellas”.

¿Cómo reconcilian los teístas la presencia del sufrimiento con la existencia de un Dios omnipotente que abunda en amor? Algunos han argumentado que la enfermedad y otras clases de sufrimiento son ilusorios y se originan de una creencia falsa. Otros han sostenido que no se necesita explicación, ya que los simples mortales no deberían cuestionar las acciones de Dios para con el hombre. Pero la mayoría de cristianos reconoce que el sufrimiento es real y que es un problema que merece atención cuidadosa. Incluso cuando el hombre no puede explicar en detalle específico todas las razones del sufrimiento humano, la Biblia presenta suficientes respuestas para permitir que el hombre llegue a entender el problema de una manera general. A diferencia de lo que muchos creen en este mundo, existen varias razones lógicas del sufrimiento mental y físico. Una de las razones principales está arraigada en el hecho que Dios es amor (1 Juan 4:8), y ese amor permite el libre albedrío.

A Adán y Eva se les presentó una elección en el Huerto del Edén (Génesis 2:16-17). A Israel se le dio la elección de servir al Señor o a los dioses ajenos (Josué 24:15). Incluso hoy, el hombre es un agente libre que tiene la habilidad de hacer sus propias elecciones (Apocalipsis 22:17). Dios no creó al hombre como un científico crea un robot que automáticamente sigue las instrucciones de su amo sin la opción de hacer lo contrario. ¿Tuviera Dios amor si creara seres humanos y luego les programara para servirle como esclavos? Dios otorgó libre albedrío a la humanidad como una expresión de Su amor. Tristemente, el hombre frecuentemente trae sufrimiento sobre sí mismo a causa de las decisiones equivocadas que realiza. El apóstol Pedro escribió: “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (1 Pedro 4:15, énfasis añadido). Cuando los seres humanos padecen o sufren las consecuencias de sus propias decisiones equivocadas, ellos no deben culpar a nadie más que a sí mismos.

El hombre también sufre a causa de las elecciones equivocadas de otros. Si Dios permite que una persona tenga libre albedrío, debe también permitir ese libre albedrío a todos para ser consistente con Su amor hacia el mundo. (Dios no hace acepción de personas—Hechos 10:34). Urías el heteo sufrió a causa de los pecados de David (2 Samuel 11) y finalmente fue muerto a causa del intento de David por esconder sus decisiones equivocadas que había hecho. Todo Egipto sufrió porque Faraón decidió no dejar ir a los israelitas cuando Moisés le dijo que lo hiciera (Éxodo 7-12). Hoy, las familias pueden sufrir a causa que un padre es encerrado en la cárcel por conducir ebrio. En tal caso, él es la causa del sufrimiento de la familia. Si un hombre fuma toda su vida y finalmente muere a una edad temprana a causa de cáncer a los pulmones, su familia y él sufren a causa de su decisión equivocada de fumar. No se debe culpar a Dios por las elecciones personales equivocadas, ni tampoco se le debe culpar por las decisiones equivocadas que otros hacen.

Hoy también sufrimos en ocasiones a causa de las elecciones personales equivocadas de generaciones antiguas. Si el hombre puede cosechar beneficios del trabajo de generaciones pasadas (descubrimientos médicos, avances tecnológicos, etc.), entonces es lógico que él también pueda cosechar sufrimiento por los pecados de generaciones anteriores. [Aunque el hombre no hereda el pecado de Adán, él sí sufre a causa de la elección de Adán de comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal]. ¿Quién tiene parte de la culpa que millones mueran de hambre en países modernos del tercer-mundo? Respuesta: Algunos de sus antepasados. Años atrás, ya que muchos aceptaron la doctrina falsa de la reencarnación, ellos comenzaron a enseñar que era equivocado comer vacas porque podían estar comiendo a algún familiar muerto hace mucho pero reencarnado en el presente. La doctrina de la reencarnación ha privado a millones de personas por todo el mundo de una salud buena. ¿Se debe culpar a Dios cuando la gente no come la carne que le podría dar nutrición?

Cuando alguien experimenta sufrimiento en su vida, a menudo es porque ha escogido el pecado. Él puede estar sufriendo las consecuencias de sus propias decisiones equivocadas, de las decisiones equivocadas de otros o de las decisiones equivocadas de generaciones pasadas. Pero independientemente de la razón del sufrimiento que experimente, no se debe culpar a Dios.


Published

A copied sheet of paper

REPRODUCTION & DISCLAIMERS: We are happy to grant permission for this article to be reproduced in part or in its entirety, as long as our stipulations are observed.

Reproduction Stipulations→