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El Presidente Bush se Escabulle del Oficio

Aunque los cristianos pueden apreciar la posición pro-vida del Presidente George W. Bush durante los ocho años pasados, como también sus esfuerzos en limitar la investigación de la célula madre y su nombramiento de conservadores aparentemente morales a la Corte Suprema de los EE.UU., los comentarios en cuanto a la Biblia que hizo en los últimos días de su presidencia son muy desalentadores. En una entrevista que salió al aire el 8 de diciembre de 2008 en el programa Nightline de ABC, el Presidente Bush tuvo la oportunidad de declarar al mundo su creencia firme en la veracidad de la Palabra de Dios. Tristemente, como muchos “cristianos” débiles que siguen la corrección política, el Presidente Bush dio la espalda a Dios.

Cynthia McFadden, de ABC News, preguntó al Presidente si creía que la Biblia era literalmente verdadera. Bush respondió: “Usted sabe. Probablemente no…. No, yo no soy un literalista, pero creo que se puede aprender mucho de ella, pero no pienso que, por ejemplo, el Nuevo Testamento es…tiene que ser…. Usted sabe, la lección importante es que ‘Dios envió a un hijo’” (Escherich, 2008). McFadden respondió al Presidente un poco después: “Así que puede leer la Biblia y no considerarla literalmente”. El Presidente respondió: “Sí, quiero decir, si puedo”.

¿Podría el Presidente Bush haber dado una respuesta más correcta políticamente? Solo crea “la lección importante”, que quizás no perturbará a la mayoría de americanos—que “Dios envió a un hijo”. El Presidente Bush y los otros millones que han aceptado tal tontería olvidan (o ignoran) el hecho que el plan de redención divino a través de Su Hijo es el tema de la Biblia completa. Comenzando con Génesis 3:15, el Antiguo Testamento promete y profetiza que Jesús está viniendo a la Tierra. El Nuevo Testamento está lleno de hechos acerca de la vida de Jesús, instrucciones en cuanto a la manera de vivir como Jesús, y la información del regreso de Jesús. La Biblia es acerca de Jesús desde el comienzo hasta el final. Todo lo que se escribe en la Biblia enlaza la historia de Jesús. Jesús creó el mundo (Génesis 1; Juan 1:1-3; Colosenses 1:16). Se predijeron los detalles minuciosos de Su vida siglos antes de Su encarnación y el nacimiento virginal (cf. Salmos 22; Isaías 53). Se documenta cuidadosamente a Sus antepasados—hasta Adán (Génesis 5, 11; Lucas 3:23-38). Él vivió en la carne en la Tierra por más de 30 años, dando al mundo un ejemplo perfecto (1 Pedro 2:21-25). Murió para que la humanidad pecaminosa fuera libre del pecado (Romanos 5:6-11). Una letanía de verdades bíblicas afirma y rodea la “lección importante” que el Presidente Bush menciona. No se puede separar racionalmente la lección “de un hijo enviado por Dios” con “la totalidad” de la Palabra de Dios (Salmos 119:160) que los escritores de la Biblia dijeron que era verdadera.

El mismo Libro que relata que Dios amó al mundo a través de Su Hijo (Juan 3:16), condena todo pecado, incluyendo la fornicación, el adulterio y la homosexualidad (1 Corintios 6:9-11; Romanos 1:18-32). Estos hechos son “literalmente verdaderos”. El mismo relato del evangelio que registra la invitación amorosa de Jesús para dar descanso al cansado (Mateo 11:28-30), declara que el hombre debe temer “bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). El mismo Jesús que enseñó que los justos recibirán “vida eterna”, explícitamente declaró que los impíos “irán…al castigo eterno…al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:46,41).

Tristemente, el Presidente Bush ha aceptado la interpretación “cristiana” sin sentido, débil y cobarde en cuanto a las Escrituras: acepte las enseñanzas que son convenientes y políticamente correctas, e interprete todo lo demás como lenguaje “no-literal”. No se puede pensar en otra interpretación que plazca más a los hombres y que sea más anticristiana.

“[S]ino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Tesalonicenses 2:4, énfasis añadido).

“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10, énfasis añadido)

 

REFERENCIAS

Escherich, Katie (2008), “Extractos: Cynthia McFadden Entrevista al Presidente George W. Bush” [“Excerpts: Cynthia McFadden Interviews President George W. Bush”], ABC News, [En-línea], URL: http://abcnews.go.com/Nightline/Politics/story?id=6418908&page=1.


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